PAULA BERBELL. Enrique Ossorio se define como «madrileño por adopción nacido en Badajoz. Licenciado en Derecho y funcionario de carrera que, desde hace más de 20 años, ha tenido la satisfacción de trabajar por el bien común en gobiernos del Partido Popular, tanto en la Comunidad de Madrid como en la Administración del Estado. Padre de familia numerosa, soy amante del arte, la historia y la música clásica». Y ha escrito un artículo titulado «El éxito del “antiguo” y “perverso” Bachillerato de Excelencia» donde sitúa a Majadahonda (IES Margarita Salas) como una de las ciudades madrileñas donde esta innovación pedagógica ha tenido mayor repercusión. Estos son sus datos y sus argumentos:


«El punto número 69 del Programa Electoral del Partido Popular para las elecciones autonómicas de 2015 establecía la promoción del bachillerato de excelencia. Esta actuación la inició la Comunidad de Madrid con carácter pionero en un único centro educativo en 2011. Desde entonces, se han ido sumando nuevos centros con el objetivo de que todos los alumnos, que tuvieran la voluntad y la capacidad para seguir este programa, pudieran hacerlo. Así, hoy contamos con aulas de excelencia en Madrid capital, Tres Cantos, Alcorcón, Torrejón de Ardoz, Las Rozas, Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte, Valdemoro, Majadahonda, Móstoles, Ciempozuelos, Alcalá de Henares, Getafe y Torrelodones. El acceso a esta modalidad de bachillerato es voluntario para aquellos alumnos que quieren un mayor nivel de exigencia y que acreditan haber obtenido una nota media igual o superior a ocho en Lengua Castellana y Literatura, primera Lengua Extranjera, Ciencias Sociales (Geografía e Historia) y Matemáticas de la Educación Secundaria Obligatoria».

«El éxito del bachillerato de excelencia queda atestiguado por el hecho de que varias comunidades autónomas han imitado la iniciativa de Madrid, pero también, y es lo más importante, porque cada vez un mayor número de familias quieren que sus hijos participen en él. Sólo en el último año y medio el incremento ha sido de un 35%, pero en un escenario temporal más amplio se constata que partiendo de los 100 alumnos iniciales, ahora, sólo cinco años después, su número se ha multiplicado por ocho. También familias de otras regiones envían a sus hijos a cursar estudios en Madrid: alumnos de Cataluña, Andalucía, Navarra, Castilla-La Mancha, Castilla y León, etc».

«Prueba definitiva de su éxito son las elevadas notas en los exámenes de acceso a la universidad de aquellos que han superado el bachiller de excelencia y los múltiples premios nacionales e internacionales, primeros puestos en olimpiadas de ciencias y matemáticas que están logrando estos jóvenes. Todo esto ha dejado en evidencia a aquellas personas que, por motivos estrictamente partidistas, calificaron este proyecto como “antiguo”, “perverso”, “burbuja artificial” y otras descalificaciones variadas. Son las mismas que hicieron el ridículo, en su día, criticando algo tan acertado y valorado por todos como la educación bilingüe. Frente a estas opiniones interesadas, nacidas del entorno ideológico de la izquierda, la realidad es tozuda y demuestra que el bachillerato de excelencia es una herramienta que garantiza tres principios que son esenciales para nosotros: la educación pública de calidad, la igualdad de oportunidades y que cada alumno explote al máximo su potencialidad. Son evidentes las causas por las que esta modalidad de bachillerato contribuye a reforzar estos principios, pero puede destacarse que permite que alumnos con menos recursos y alta capacidad desarrollen sus estudios al más alto nivel, sin que las barreras económicas se lo impidan».

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Majadahonda Magazin