PAULA BERBELL. La premio Nobel de Medicina (2008) Françoise Barré-Sinoussi visita este martes Majadahonda para participar en una jornada sobre los últimos avances en la investigación del SIDA organizadas por el Instituto de Salud Carlos III. Científica y  viróloga francesa (París, 1947), recibió una medalla de oro, un diploma y un cheque por 10 millones de coronas suecas (1.5 millones de dólares), pero al periodista español Pablo Linde le confesó que eso le perjudicó: «Desde entonces estás más ocupada, recibes varias invitaciones todos los días para conferencias, para participar en consejos de asesoría científica… Pero recibí el Nobel a cierta edad, con mi laboratorio establecido, con investigadores seniors… Si lo que pregunta si es más fácil recibir fondos para investigación, la respuesta es no. De hecho, tengo una anécdota: el primer año tras el premio, uno de mis científicos solicitó una ayuda para un programa de investigación, obtuvo la máxima nota y no fue aceptado. Entre otras cosas nos respondieron que era un excelente proyecto, pero que, como seguramente tendríamos mucha financiación por el Nobel, preferían dárselo al segundo. Así que de hecho sucede lo contrario».


Françoise Barré-Sinoussi cuenta como ha evolucionado el SIDA: «Éramos muy ingenuos en 1983. En mi país había 50 pacientes identificados con síntomas de sida. No conocíamos todavía el perfil de la epidemia en África. Nos dimos cuenta de lo que pasaba allí entre 1985 y 1986. Entonces comenzamos a ver su dimensión. Empezamos a recibir datos que mostraban una alta prevalencia de la infección. Así que hasta dos años después del descubrimiento, no nos dimos cuenta de que era algo terrible». Y sobre la vacuna contra el SIDA se pregunta: «¿por qué es tan difícil encontrarla contra la malaria, contra el cáncer, contra la hepatitis C? No es especial para el VIH, tiene que ver con construir una vacuna, en general. Necesitamos más investigación en inmunología para entender qué señales debe inducir la vacuna para activar la protección. Depende de la definición de cura. Si entendemos una remisión perdurable del virus, creo fuertemente que la tendremos algún día. No me preguntes cuándo, porque no lo sé, nunca se sabe en ciencia algo por anticipado».

«El sida no ha terminado. Así que mi preocupación sobre la relajación se debe a que algunos políticos no lo tienen en su agenda, la sociedad sabe que hay un tratamiento… Me preocupa que las nuevas generaciones se vuelvan a contagiar y que quien está en terapia no la siga, con lo que esto supone para ellos, la resistencia que el virus puede adquirir, los contagios. Además, los avances que se están haciendo gracias al sida, como la investigación sobre los anticuerpos, puede servir por ejemplo para curar el ébola y para otros campos. El VIH es una herramienta para avanzar en la ciencia», señala enesta entrevista. Y concluye: «Tengo una fuerte relación desde hace años con Camboya. Es buen ejemplo porque cuentan con liderazgo, que es clave. Han desarrollado un eficiente programa de VIH, con gran acceso de la población y diagnosis. Y se pueden ver los resultados. Así que el liderazgo es muy importante para la respuesta al VIH. Pero no es el único país. En Senegal, por ejemplo, la incidencia es baja. Siempre me gusta recordar que en Dakar la prevalencia de la infección es más baja que en Washington DC. Por la respuesta rápida del Ministerio de Salud de Senegal contra la epidemia y su fuerte programa. Otra vez, liderazgo».

Licenciada en bioquímica por la Universidad de París (1972), Françoise Barré-Sinoussi se doctoró en virología en 1974 y realizó luego estudios posdoctorales en Estados Unidos. Inició su carrera como investigadora en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (INSERM); posteriormente pasó al Instituto Pasteur, donde trabajó con Jean-Claude Chermann en el campo de los retrovirus. La investigadora francesa, que ha trabajado también en la coordinación de programas de la Agencia Nacional francesa de Investigación sobre el Sida (ANRS) en Camboya y Vietnam, es vicepresidenta del Consejo Científico y miembro del Consejo de Gobierno de la ANRS, además de profesora del Instituto Pasteur y directora de su Unidad de Regulación de Infecciones Retrovirales, dentro del Departamento de Virología. En 2008 recibió, junto con Luc Montagnier, el premio Nobel de Medicina y Fisiología por el descubrimiento del virus del sida. Compartieron el galardón con el alemán Harald zur Hausen, descubridor del virus del papiloma, causante del cáncer de cuello de útero. Autora de numerosas publicaciones científicas sobre su especialidad, Barre-Sinoussi fue distinguida en 1996 con el título de Caballero de la Legión francesa.

Biografías y Vidas: Especializada en infecciones virales, Françoise Barre-Sinoussi adquirió notoriedad en el ámbito científico en 1983, cuando junto con Luc Montagnier logró aislar el retrovirus conocido como VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y determinar que tal virus era el causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), una nueva enfermedad por entonces sin tratamiento que se estaba extendiendo por todo el mundo, en una preocupante epidemia. A partir de entonces centró su carrera en la investigación del sida, tanto con trabajos destinados a la obtención de una vacuna como a la prevención de la enfermedad y a la lucha contra la infección. Contribuyó a la puesta a punto de tests de detección y estudió la transmisión de la enfermedad al feto en las madres portadoras del virus.

Entrevista completa

Biografías y Vidas

Majadahonda Magazin