JULIA BACHILLER. Después de comprobar en las redes sociales las opiniones e incluso discusiones ocasionadas por el sonido de las campanas en Majadahonda, despierta mi curiosidad conocer algo más de ellas. Situadas en lo alto de la torre de la parroquia de Santa Catalina podemos apreciar su imagen y sonido desde abajo. Pero si subimos a la torre, permiso que Majadahonda Magazin agradece al párroco de Santa Catalina, ya que seguramente pocas personas han tenido ocasión de hacerlo, encontramos cuatro grandes campanas. Y cada una tiene su nombre, su año y su fecha. Comenzaré contando que durante la guerra civil las campanas fueron fundidas para ser utilizadas como armamento en la construcción de cañones. Una vez reconstruida la iglesia, y a suscripción popular por los vecinos de Majadahonda, se instalaron dos de ellas. Las otras dos se colocarían más tarde.


La primera campana tiene como nombre «Santísimo Cristo de los Remedios», y a la izquierda de esta se encuentra «Santa Catalina», las dos del año 1956, siendo alcalde Julio Labrandero Descalzo y párroco Florencio García Muñoz. En ella se hace constar la frase “Ayuntamiento y vecinos de Majadahonda”. En otra de las campanas aparece como nombre Labrandero Álvarez, pero no se consigue leer bien debido al paso del tiempo. Las otras dos campanas han sido bautizadas como “María Madre” y “San Gabriel”. En ellas podemos leer: “En los XXV años como Párroco D. Baldomero Rodríguez, año 2003”. Y a su lado el nombre del fabricante de la campana: Quintana. Esta es una empresa que lleva desde 1637 dedicándose a la fundición de estos sonoros instrumentos. En este caso también fueron adquiridas con la aportación económica de los vecinos de Majadahonda.

Las campanas empiezan a tocar a partir de la 9:55, para avisar de la primera misa. Terminan de tocar a las 9 de la noche. Los días de diario comienzan a las 10, 11:30, 11:45, 11:55. Y por la tarde a las 18:30, 18:45 y 18:55. Los domingos se ha suprimido un toque de campana. Y es que toda misa tiene tres toques de campana, avisan cada cuarto de hora para que los fieles se puedan preparar y acudir a misa. El único toque que se ha respetado desde tiempos inmemoriales es el del ángelus a las 12:01. Y añadir que los domingos el toque puede parecer diferente, ya que es el día en el cual repican las campanas. Los demás días es un solo toque el que podemos escuchar. Historia y aportación de los vecinos de Majadahonda, eso es lo que a mi entender se puede encontrar en el campanario de la parroquia. Su sonido para algunos vecinos resulta molesto. Y a mí me hace recordar que Majadahonda fue un pueblo, ahora convertido en ciudad, pero que mantiene sus raíces como aquel pueblo al cual vinimos muchos huyendo de “la otra” ciudad.

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