1432754523_extras_noticia_foton_7_1“¿Aun así sigue siendo maravilloso ser entrenador? Yo creo que sí, porque te permite seguir viviendo de lo que te gusta… Ya no puedes jugar y lo más parecido que encuentras a es lo de entrenador y eso es maravilloso y se lo digo en un día malo para mí. Ayer mi hijo, que juega en el Guijuelo, sufrió una lesión importante de rodilla y llevo todo el día esperando que sepa la gravedad real. Estoy que no me tengo”. Los años también pasan para Luis Milla (Teruel, 1966), el hombre que durante años opositó como sucesor de Del Bosque en la selección.


Luis Milla, head coach of Spain's men's Olympic soccer team, gestures during a training session ahead of the London 2012 Olympic Games, in Glasgow July 23, 2012. REUTERS/David Moir (BRITAIN - Tags: SPORT OLYMPICS SOCCER)

Luis Milla

El periodista Alfredo Varona lo ha entrevistado en el diario Público y escribe: “Fue un candidato real. De posible sucesor de Del Bosque ha pasado a entrenar al Lugo tras viajar a Emiratos Árabes. El fracaso de los JJOO de Londres 2012 acabó con su etapa en la Federación. “Nada era igual desde que se fue Fernando Hierro”. El muchacho que descubrió Cruyff contra pronóstico. El futbolista que tenía un termómetro en la cabeza. Hizo carrera en Barcelona, Real Madrid o Valencia con sensatez y poca vanidad. Su relación con el gol fue nula. Sin embargo, con la pelota era fantástica. “Yo hacía mejor al equipo”. Ahora, a los 49 años, dirige al Lugo, quizás su primera gran experiencia como entrenador de club. Un escenario silencioso, poseído por las buenas intenciones. Allí vive ahora Luis Milla que descarta que “eso sea un exilio”. “Al contrario”, matiza. “Es una oportunidad de trabajo. Hoy en día, trabajar está muy duro: hay que valorarlo todo”.

Pregunta: Era difícil imaginar el Lugo para usted tan apartado, tan lejos del centro

Respuesta. –La suerte es que pueda estar aquí. Mi última experiencia había sido en Emiratos Árabes. Hay cantidad y calidad de entrenadores y cada vez es más difícil que a uno le llamen los dueños de un equipo y le digan, “hemos pensado en ti como entrenador”, y a mí me ha pasado en el Lugo.

Ha vuelto al fútbol pegado a la tierra. ¿Uno se acostumbra rápido?

– No, porque nunca salí de él. Siempre tuve presente lo que me permitió llegar a la elite: yo arranqué en este fútbol. Jugué en el Teruel en Tercera división. He tenido que sacarme el título de entrenador, trabajar con la base del Valencia…. Nunca me separé de mis orígenes. Nadie me regaló nada.

Fue un futbolista de equipo grande. ¿No lo es como entrenador?

–No sé dónde está la diferencia. Mire ahora en el Lugo, está claro que no es un equipo grande y que se puede trabajar tranquilo. Pero resulta que los jugadores viven por y para el fútbol y que yo voy a estar expuesto a los resultados y ellos dirán… Porque, en realidad, el fútbol es igual en todas partes. Siempre se mueve a corto plazo.

En su época de futbolista, Santiago Segurola escribió de usted: “Milla nunca ganará un partido, pero tampoco lo perderá

–Creo que lo que quiso decir Segurola es que yo era un futbolista que no hacía ruido. No iba a ganar ese partido, pero sí iba a hacer mejor al equipo.

¿En su equipo también existe Luis Milla?

–Sí, siempre. Es más, no concibo el fútbol sin un jugador como fui yo, sin un mediocentro que sepa leer el partido, encontrar el equilibrio…, y sí, claro, en mi equipo siempre tiene que haber un futbolista así.

Entrevista completa en Público.es

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