PAULA BERBELL. «En Navidad Umbral hacía gala de cierto costumbrismo laico y mal encarado. Él era ateo y concentraba todo su afán en fin de año. Lo recuerdo una Nochevieja, en su dacha de Majadahonda, rodeado de amigos y gente del oficio. Aquel año apareció por su casa un periodista de la competencia cargado de champán. Como quiera que el periodista llevaba un peluquín que le cubría hasta las orejas, Paco se pasó la noche haciendo correr la ocurrencia de que el tío guardaba las botellas debajo del peluquín». La periodista Carmen Rigalt describe aquella Navidad majariega en la que el escritor Francisco Umbral recibía en su chalet de Majadahonda. Y MJD Magazin, como homenaje a ese décimo aniversario de su muerte que se conmemora en 2017, reproduce dos referencias más de sus «artículos majariegos»:
26-10-1997, EL MUNDO: «Esta semana hemos presentado en la Casa de la Cultura de Majadahonda la primera novela premiada con el “Francisco Umbral” de narrativa. Ricardo Romero, alcalde, y Ana María F. Mallo son los ángeles protectores de este premio que lleva mi nombre. “Travolta tiene miedo a morir”, de David Benedicte, la obra premiada (con otras dos), está en la corriente actualísima del realismo sucio –droga, homosexualidad, moto, noche, Carabanchel y mucho Madrid-, pero con una escritura propia y fuerte, una construcción sabia y un humor seco y nuevo que debe ser el de esta juventud: el autor tiene veintitantos años. Me enorgullece patrocinar una primera novela tan lograda, la mejor en su género dentro de España».
22-02-1998, EL MUNDO: «Aquí en Majadahonda se concede el segundo premio “Francisco Umbral” de novela corta y juvenil. A la fiesta han venido Esperanza Aguirre, el alcalde del pueblo que es mi amigo Ricardo, Alonso Millán, Conrado San Martín, aquel galán de Cifesa, Massiel, Iñigo, Concha Cuetos, etc. – Cúrate eso, que no quiero volver a verte así -me dice Concha-. – “¿Me amarás si tiro la muleta? La Cuetos tiene una inteligencia de ojos claros y un temperamento de madre coraje. Lo que le iría es el papel de amante/madre, modalidad que yo no he conocido nunca, aunque quizá haciendo memoria… Concha tiene un carnaje de madura sensual y fuerte que a mí me gusta mucho. Y un talento de actriz al que le viene pequeña una farmacia de guardia. Le digo al jurado que procuren buscar alguna novela femenina entre las muchas que acuden al concurso. Hoy las chicas están escribiendo muy fuerte, y esto tiene una fácil explicación sociológica: empiezan a vivir a los 15 años y, claro, a los 25 ya tienen experiencia literaria y de la otra, mucho que contar, materiales, vida y calle, mucha calle, para hacer su primera novela. Todo esto lo trajo la democracia, el socialismo, la liberté, la cosa. He querido conocer a los concejales socialistas y comunistas del pueblo, viejos compis, aunque más jóvenes que yo. La concejala de Cultura se enamora de mi bufanda y he tenido que regalársela. Volvemos tarde a casa, pero el pie duerme muy contento».
