14515165394294“Nuestro conocido atleta, Álvaro Encinas, actualmente está luchando por poder lograr su objetivo: acudir a las Paralimpiadas de Tokio 2020. Lamentablemente, la silla actual de Álvaro, no cuenta con las características necesarias para poder acercarse a su objetivo y los costes de una silla nueva, adaptada a Álvaro, son de 6000 € aproximadamente; actualmente lleva recaudados 1500€. Desde el Club Majadahonda queremos ayudar a Álvaro a luchar por sus sueños, y por ello, hemos puesto a la disposición del público general, una hucha solidaria, situada en la pista de atletismo de Majadahonda (avenida Guadarrama 21), para todo aquel que desee hacer un donativo. Toda la recaudación será íntegramente dirigida, a la compra de la nueva silla de Álvaro. Como dice el refrán: «muchos pocos hacen un mucho». Con este gesto solidario, el EA Majadahonda se suma a las diversas iniciativas que pretenden aupar a Alvaro Encinas a Tokio 2020. Por otro lado, también existen otras dos vías para ayudar a Álvaro a conseguir su silla: «Recogida de tapones solidarios. También en la pista de Majadahonda existe un depósito de tapones solidarios, que Álvaro recoge periódicamente. O realizando una donación al siguiente número de cuenta: ES49 2038 2925 0130 0105 4118. El titular de la cuenta es el mismo Álvaro, y todas las donaciones serán dirigidas única y exclusivamente a la obtención de la silla».


alvarohucha-1El periodista José Clavero en “Marca” puso su grano de arena con este semblante: «Álvaro tiene un sueño: formar parte del equipo paralímpico español de Tokio 2020. Trabaja de manera incansable para conseguirlo. Lo hace tanto físicamente, dedicando hasta seis horas de entrenamiento diario, como en la búsqueda de patrocinadores que le permitan adquirir una silla para competir al máximo nivel. «Ahora mismo cuento con una que no está adaptada del todo a mí y que tiene 25 años. Es como si un corredor lo hiciese con unas zapatillas que no son de su talla», afirma. El precio para conseguirla es de 6.000 euros, según palabras del atleta, una cantidad que por ahora no se puede permitir y que le ha apartado de los Juegos de Río de 2016. El que la sigue la consigue, se suele decir, y Álvaro no parece querer rendirse. Desde el nacimiento, sufre la lesión medular de espina bífida y no puede mover sus piernas. Optimismo no le falta. Y ante los que afirman que rodar es más fácil que correr en una prueba como la San Silvestre, no se muerde la lengua. «Que lo prueben y vean. Los corredores basan su actividad en músculos grandes como el cuadriceps e isquiotibiales, yo en grupos más pequeños como el hombro, bíceps o el tríceps que tienen menos resistencia», declara.

Fuente:

Marca

Majadahonda Magazin