EL DUENDE MAJARIEGO (EdM): La violencia nocturna en el centro de Majadahonda ha superado lamentablemente este primer fin de semana de vacaciones de verano (4-5 de julio de 2020) todos los pronósticos. Este medio ya se ha hecho eco de la pelea entre varias personas en la Gran Vía en la madrugada del sábado, que luego se extendió hacia otros puntos de la ciudad. Hubo botellazos y contusionados. Algunos con aparatosas heridas en la cabeza por cristales. De hecho, aún queda rastro de sangre de la pelea, como muestra la imagen de un vecino que captó el momento en que los protagonistas se enzarzaron a puñetazos. Vecinos de la zona recuerdan a este duende que, si los políticos no se ponen manos a la obra, pronto habrá que lamentar algún desastre más serio. Otros amigos nos recuerdan también las noches de la Plaza del Cura y las de los Jardinillos o las de la La Laguna. En fin, un auténtico problema para el que este Ayuntamiento de Majadahonda carece de respuestas. Pongamos algún ejemplo. La discoteca en la que se originó la pelea (Gran Vía 33) tiene un largo historial en cuanto a broncas, ruidos, borracheras, etc. Se ha abierto y cerrado decenas de veces. De hecho se había reabierto de nuevo solo 2 días antes de la pelea del sábado. Dicho de otro modo: la bronca se veía venir ¿De verdad que no se puede hacer nada? Y es que se necesita urgentemente un Plan de Seguridad eficaz antes de que sea demasiado tarde.


Imagen de la riña ocurrida este fin de semana en el Distrito Centro

Otro ejemplo: la arrogancia (así, como suena) de algunos policías municipales a la hora de apercibir del cierre en algunos establecimientos. Esa misma noche 3 dotaciones de agentes locales con sus vehículos se presentaron en un local del centro a las 2:30 para «informar» a su propietario de que era la hora preceptiva para cerrar, precisamente justo cuando estaba echando la persiana, apagado la música y pidiendo a los últimos clientes que abandonaran el bar. El dueño, visiblemente molesto, les reprochó a los agentes que no entendía por qué acudían si ya estaba cerrando él a la hora que le correspondía. Uno de los agentes, malencarado, le pidió su DNI y él, a su vez, la identificación policial. Los clientes que abandonaban el local en esos momentos fueron testigos de la arrogancia de los funcionarios y se pusieron del lado del dueño. Tras el choque dialéctico, las aguas se tranquilizaron y todo acabó bien.

Intervención nocturna de la Guardia Civil en la Gran Vía de Majadahonda

Días atrás ocurrió lo mismo en otra pequeña terraza del centro, con apenas cuatro mesas en las que tomaban algo tranquilamente no más de 8 ó 9 clientes, más bien de edad poco proclive a escándalos. A la 1:30, hora de recoger la terraza, lo mismo de siempre: aparecen dos municipales para pedir lo que ya estaba haciendo el dueño del local. ¿De verdad que es necesario tanto despliegue para algunas cosas inocuas mientras se mira para otro lado en lo verdaderamente importante? Un poco de proporcionalidad. Un poco de ‘porfavor’. Por cierto, da la casualidad que para lo gordo se tira de la Guardia Civil y para lo menos importante de la Municipal. Este duende recomienda humildemente al Ayuntamiento de Majadahonda que tome urgentemente cartas en el asunto antes de que sea demasiado tarde, ponga los recursos y esfuerzos allá donde son necesarios, priorice las intervenciones de acuerdo a la gravedad de los hechos y recomiende a algunos agentes locales un poquito de tranquilidad. Puede remitirme sus comentarios y noticias para esta sección al correo electrónico duendemajariego@gmail.com.

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