MIGUEL BERZOSA. Más de un centenar de alumnos del Colegio Público Francisco de Quevedo de Majadahonda vivieron una experiencia inédita y ante todo enriquecedora en su trasfondo cultural. La Unión Española de Catadores, en colaboración con la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid y de su profesor, José Ramón Lisarrague, brindaron la oportunidad a este entusiasta público infantil de elaborar su primer mosto. Y no de cualquier manera, valiéndose para ello del método más ancestral que se recuerda: la pisada de la uva. Tras una breve introducción teórica a la obtención del zumo de la uva y el arraigo histórico de esta labor agrícola en nuestro país, este más de un centenar de niños y niñas de edades comprendidas entre los 3 y 8 años disfrutaron, provistos la mayor parte de ellos con bolsas protectoras de plástico, los más intrépidos descalzos a la vieja usanza, de esta iniciativa para la que se contó con uva procedente del viñedo experimental propiedad de la Universidad Politécnica de Madrid en los aledaños del Palacio de la Moncloa.


Una vez pisada la uva, el mosto fue embotellado de forma individual para cada uno de los participantes en el taller. Para finalizar la actividad, las manos de los participantes fueron las protagonistas de una cuando menos singular etiqueta/mural: la de sus huellas dactilares. Un perfecto colofón para una jornada divertida. Pisar, manchar, saltar, reír, y sobre todo aprender, una inmejorable forma de enseñar a nuestros más pequeños el origen de tradiciones con mayúsculas de nuestra cultura como es la de la vendimia.

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