Bernabé y Carme: residentes en Majadahonda

SONIA BLUE. «Por amor, Carme Chaparro puso su vida patas arriba. Ella, que siempre había sido urbanita y no quería hijos, ha terminado viviendo en una ciudad residencial y ha alumbrado a dos hijas (la primera en 2011 y la segunda en 2013) que ahora son el centro de su vida. «Vine a vivir a Majadahonda arrastrada por el amor. Amor por alguien que vivía aquí cuando esto no era más que un pueblo y los niños hacían cabañas en los campos. Mi marido mantiene la misma pandilla del colegio. Y con sus amigos de siempre continúa quedando los fines de semana para jugar al fútbol y tomar el aperitivo, o pasar la tarde con unas copas y ver el partido de Liga». «Vanitatis», el siempre interesante suplemento del corazón de «El Confidencial», retrata en crónica de C. Villar a la nueva presentadora de la tarde: «Carme ha sido víctima de la noticia televisiva de la temporada, la fulminación de los informativos de Cuatro. La suya es la primera (y probablemente la de más relumbrón) de las recolocaciones que el emporio mediático ha anunciado para los profesionales de los telediarios. Chaparro va a presentar un magacín en la franja de tarde. El espacio no tiene título de momento ni fecha de estreno».


Y añade: «Carme Chaparro empezó a presentar los informativos de Telecinco en 1997. Aquel año le cambió la vida, literalmente. Un 31 de agosto, la princesa de Gales fallecía trágicamente en un accidente de automóvil en París. La cadena envió a cubrir su funeral en Londres a Carme Chaparro y a otros compañeros, entre ellos el cámara Bernabé Domínguez. Allí, mientras toda Inglaterra lloraba la muerte de Lady Di, ellos se conocieron y empezaron una relación que hoy permanece. Ahora, Bernabé, de quien dice que es su mayor crítico, cubre eventos deportivos para Mediaset. La pareja se escabulló como pudo de las cámaras cuando nació su segunda hija, en la Clínica Quirón de Madrid. Mientras Chaparro daba a luz, el rey Juan Carlos se sometía a una operación de cadera y pasaba días ingresado pocas habitaciones más allá. Nadie se enteró de que la popular presentadora estaba allí».

Por último concluye: «La periodista ha sabido encauzar ese interés que despierta y se ha convertido en una de las voces más activas del feminismo desde su columna semanal en la revista ‘Yo Dona’. También usó esa fama para popularizar la enfermedad que padece, el síndrome de Ménière, una afección del oído interno que le provoca vértigos, sordera parcial y acúfenos. «Yo el silencio total no lo conozco, no sé lo que es el silencio. Oigo siempre ese pitido absolutamente monocorde, pleno», ha dicho. Toda una influencer de la actualidad».

Majadahonda Magazin