J. FEDERICO MTNEZ. El portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Majadahonda, Manuel Ortiz, teniente de alcalde y responsable de la Concejalía de Recursos Humanos, Régimen Interior, Servicios Jurídicos y Nuevas Tecnologías, notificó este viernes la dimisión de su cargo y su retirada de la política activa, hecho que consumará el próximo 10 de marzo, tras aceptar una oferta de una empresa privada de ámbito tecnológico y retomando a sus 38 años sus inicios laborales que comenzó en el departamento de marketing de General Electric Healthcare. Ortiz ya ha trasladado su decisión al presidente del PP de Madrid, Pío García Escudero y al alcalde Narciso de Foxá, y aunque acudirá al pleno que tendrá lugar este martes 26 de febrero de 2019, posiblemente sea el último antes de su despedida. Ortiz había accedido recientemente al Comité Electoral del PP de Madrid junto a Africa Sánchez y tampoco es seguro que siga desempeñando esta función, toda vez que dependerá de la compatibilidad horaria con su nueva función laboral. Este mismo viernes Ortiz se despidió de sus colaboradores en la Concejalía y de los demás ediles. Su declaración de bienes aflora que se va de la política como vino: consigna una casa, una hipoteca, un coche y una moto. Es licenciado en económicas, amante de la cocina, fue asesor en la Comunidad de Madrid y concejal en Getafe y Majadahonda. Es hermano gemelo de Gonzalo Ortiz Lázaro, que fue director general de Inmigración en el Gobierno de la Comunidad de Madrid.


Ustarroz es el siguiente de la lista

La sustitución de Manuel Ortiz obliga ahora al Partido Popular a dos acciones: la primera es decidir quien desempeña sus funciones a partir de ahora, por lo que se podría proceder a un reparto de sus competencias entre otras Concejalías para los 3 meses que quedan hasta los próximos comicios. La segunda decisión reside en saber quién aceptará ser su sustituto. José Luis Alvarez Ustarroz, director general de Juventud y secretario de organización del PP de Majadahonda, ocupa el puesto número 12 y le correspondería el cargo, pero debe decidir a que carta se queda, si Comunidad de Madrid o Ayuntamiento, ya que aspira a entrar en las nuevas listas municipales. Le sigue Fátima Fernández de Mesa (13), hija de Arsenio Fernández de Mesa, que fuera director general de la Guardia Civil. A continuación figura Olivia García (14), asesora del PP en el Congreso que fue concejal de Juventud en Boadilla del Monte cuando era alcalde Arturo González Panero «el Albondiguilla». Por último, el número 15 es Raquel Monedero, que fue secretaria general del PP Majadahonda y hoy es asesora del Grupo Popular del Ayuntamiento.

Manu, saltando, lleva chaqueta gris y pantalón negro de Louis Vuitton y camisa y zapatos de Dior Homme. Gonzalo, traje gris en lana ligera de Louis Vuitton y camisa y zapatos de Dior Homme.

LA ANÉCDOTA: UN TATUAJE Y UN HOMBRE AMANTE DE LA MODA. Hace 4 años, el periodista Rafa Pontes relataba en la sección de moda de «El País» la siguiente historia: «Si encontrar a un joven de 16 años que le guste la política es complicado, dar con dos es casi un milagro. Pero los hermanos Ortiz, sin antecedentes en ese terreno, aseguran que para ellos empezó como un hobby que terminó convirtiéndose en el centro de sus vidas. «Cuando comenzó a gobernar el PP en 1996 había una desafección total por la política, pero ese cambio nos motivó a ambos. Apostamos por tener una formación y estudiamos Aparejadores y Económicas, respectivamente, y aunque durante algún tiempo llegamos a trabajar en esos terrenos, nuestros caminos desembocaron en el compromiso con el partido», cuenta Gonzalo. Bastante afines desde pequeños, entonces, a sus 34 años, recordaban con humor que lo único que lograba diferenciarles era el corte de pelo, aunque están acostumbrados a que les confundan a diario: «de hecho, solemos responder los dos al grito de cualquiera de nuestros nombres», recalca Manuel. Al margen de su peinado, hay sólo dos características que les separan: Gonzalo fuma y está operado de apendicitis. Bueno, tres. Desde hace unos años, Manuel lleva un tatuaje con la fecha del nacimiento de ambos en la muñeca: «La idea era tatuárnosla los dos, pero ese día no pudimos ir juntos y luego Gonzalo no se atrevió a hacérselo solo». Aun así, siguen siendo dos gotas de agua a pesar del esfuerzo de su progenitora: «Nuestra madre intentaba no hacer la típica gracia de vestirnos igual. Alguna foto hay, pero no era lo habitual. Con ello quería contribuir a que cada uno desarrollara su propia personalidad. Sin embargo, ahora, de mayores, muchas veces nos presentamos en la misma cena vestidos exactamente igual, ya sea coincidiendo en colores o incluso con la misma prenda. Y eso que jamás compramos por duplicado», aseguran.

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