Diego Pola, Mari Paz Álvarez y José Ramón Pola inmortalizados por Tarek Halabi

LIDIA GARCIA. «Hizo dirección de cocina en el María de Zayas de Majadahonda; seguidamente practicó fogones y preparaciones reales, prácticas y cotidianas, en la gloria por partida doble: el Gloria de Oviedo y el Gloria de Gijón, o séase Nacho Manzano; y en el Bellavista, o séase Ramón Álvarez; y en el Biniarán de Baqueira-Beret, o séase Jordán Sánchez. Así que, con tales antecedentes, los pescados de la comarca de Peñas y los arroces marineros le salen redondos, sin trampa ni cartón alguno». El periodista Luis Antonio Alías y el fotógrafo Tarek Halabi de El Comercio de Gijón cuenta la historia de la familia Pola, el padre José Ramón, la madre Mari Paz, y el hijo Diego. Y sobre este último escribe que su «cachopo de concurso lleva ternera asturiana, jamón ibérico, queso manchego y guarnición de patatas y ensalada; también lo hay con cecina, y con otras hechuras, que a Diego se le puedan ocurrir, pues su madre ejerce de cocinera sabia y experimentada en potes sedosos y guisos densos, continuadora fiel de los saberes heredados; pero él, que sintió la vocación desde niño («me encantaba preparar bizcochos, pasteles y otras reposterías», recuerda) estudió y se formó profesionalmente a conciencia».


El restaurante de Diego Pola está en Candás

Tras su paso por Majadahonda ahora ha vuelto a Asturias con «El Llagar de Pola», restaurante de Candás donde se almuerza un menú por 10 euros entre semana y los sábados 15: «Frente a la fuente Santarúa, que abasteció de agua para consumo y para lavado de ropa a una parte de los candasinos desde 1779, frontón de sonoros caños con estanque grande, pilares alineando maceteros, tres ranas de piedra boquiabiertas escupiendo surtidores y una palmera de islote, abre su doble cometido hostelero el Llagar de Pola: un local para que tomemos aperitivos y cafés, otro para que comamos y bebamos sidra debidamente». Leer más.

 

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