LIDIA GARCIA. «El matrimonio reside en un piso en Majadahonda de 207 metros construidos junto a sus dos hijas, una de ellas se encuentra estudiando en Estados Unidos. Es imposible saber si en las cenas familiares Mariano Bacigalupo y Teresa Ribera hablan del enfrentamiento que mantienen sus organismos. Pero el es un hecho que la ministra se encuentra en un aprieto por la decisión que tiene que tomar en las próximas semanas. Tal y como publicó El Mundo, la CNMC explicó en una circular que el sector energético recibe un exceso de retribución de al menos mil millones de euros que encarece el precio de la factura de los contribuyentes. La ministra por ahora se ha limitado a señalar que está estudiando la propuesta del regulador, pero no desvela si realizará alegaciones y forzará la convocatoria de una comisión de cooperación CNMC-Ministerio para estudiar cambios en el ajuste». La periodista Marina Pina cuenta en un artículo que Teresa Ribera (50) «vive preocupada por preservar su vida persona el un segundo plano. Así confirman fuentes de su equipo, quienes deslizan que la ministra para la Transición Ecológica «no habla de su vida privada porque es su acreditada solvencia la que le ha llevado a ser designada como tal». Este argumento se contradice con el de Teresa Ribera, ya que su vida privada se mezcla con la profesional. La ministra encargada está casada con el argentino Mariano Bacigalupo (51), consejero de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)».


Y concluye: «El objetivo es mediar para que la CNMC fije la cantidad que se puede recortar a las eléctricas. Aunque la Comisión es un organismo independiente, varias empresas ven un problema de conflicto de intereses en la decisión que tome la ministra. Si apoya a la Comisión, muchos le recordarán la Ley 3/2015 que regula el ejercicio del alto cargo: podría incurrir en un conflicto de intereses«. La pareja sigue unida a pesar de la disparidad de criterios. Mariano Bacigalupo ha sido quien más de cerca ha seguido el ascenso de su esposa en política. Hasta que la nombraron ministra, desde su equipo aseguran que iba a trabajar en transporte público. Teresa Ribera dejó la dirección del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales en junio del año pasado para responder a la llamada de Pedro Sánchez. En el Instituto percibía un salario próximo a los 100.000 euros». Leer el reportaje completo.

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