EL DUENDE MAJARIEGO (EdM): Recibe este duende últimamente correos electrónicos de jóvenes majariegos que ponen de manifiesto la cantidad de irregularidades e ilegalidades que cometen las empresas al contratarlos. Unos dicen que aprovechando estos momentos de crisis sanitaria y económica, mientras que otros afirman rotundamente que esto se produce con crisis y sin ella, que muchos empresarios se comportan así siempre. Pongamos algunos ejemplos reales, sin mencionar ni la empresa ni el trabajador. Una chica de 23 años es entrevistada y aceptada por el gerente de una afamada tienda de ropa ubicada en el Centro Oeste. «Mira», le dice, «tu contrato especificará que trabajas los días de diario, de lunes a viernes, pero trabajarás en realidad de viernes a domingo, que es cuando hay más lío». Evidentemente el truco consiste en que los sueldos son más elevados en festivos. Son lentejas. Ella, ingenua, pregunta que qué pasará si acude un inspector y la ve trabajando cuando no le corresponde o no la ve cuando le corresponde. «No te preocupes», le responde, «si viene un fin de semana y te pregunta, le dices que estás haciendo unas horas extras». Tal cual amigos.


Quejas laborales al Duende

Segundo ejemplo: un chico recién titulado en Fisioterapia envía su currículum a varias clínicas de la zona Oeste y rápidamente recibe una primera llamada de una de ellas, aquí en Majadahonda: «verás», le dice la jefa, «como terminas tus estudios ahora y no tienes experiencia, lo que necesitas es practicar, de manera que puedes venir las ocho horas habituales a trabajar aprendiendo durante algunos meses y cuando hayas practicado lo suficiente ya podremos negociar tu sueldo». El chico, perplejo, pregunta: «¿me está diciendo que voy a trabajar sin cobrar?». «Hombre, en realidad no estás trabajando, estás aprendiendo», responde el entrevistador. Lentejas, versión 2.0.

Y va un tercero: chica que termina Veterinaria, entrevista en una conocida clínica majariega y propuesta de trabajo: «harás los turnos de noche pero el horario que figurará en el contrato es el diurno. Cosa de ahorros salariales, ya sabes». Más lentejas. Y así muchos casos más. Recuerdo un profesor que nos decía que la empresa puede competir en el mercado con cuatro criterios únicamente (no necesariamente excluyentes entre sí): menores costes, mejor servicio, mejor producto o propuesta innovadora. Parece que en España, sin querer generalizar, la clase empresarial se inclina por el primero. Error: pan para hoy y hambre para mañana. Así que uno se pregunta si será que tenemos una clase empresarial averiada o es que se ha averiado con la pandemia. Amén. Puede remitirme sus comentarios y noticias para esta sección al correo electrónico duendemajariego@gmail.com.

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