JOSE RACIONERO. El móvil se ha convertido en un elemento inseparable de nuestras vidas. Tanto, que es conocida la aseveración de que nos podemos olvidar en casa las llaves e incluso la cartera, pero si nos dejamos el móvil volvemos a por él estemos donde estemos. Tan inseparable que lo utilizamos todo el tiempo haciendo que el consumo de batería sea altísimo y ésta sufra de las cargas y descargas haciendo que su vida útil sea inferior a la esperada. Para resolverlo nos planteamos mil situaciones, desde llevar baterías portátiles, a tener varios cargadores e incluso, y a veces la mejor opción, es directamente sustituir nuestra batería iPhone o la de nuestra marca habitual por un nueva. El altísimo uso que hacemos de nuestro móvil se debe a distintos elementos, ya que no en vano ha dejado de llamarse móvil a smartphone, un nivel más allá que le ofrece en ocasiones tantas posibilidades que más perece un ordenador en miniatura que otra cosa.


Si categorizamos los elementos por el gasto de batería que hacen, las grandes killers de las baterías, ¿cómo no?, son las apps de redes sociales. Y dentro de ellas, la que se lleva la palma es Twitter, que es capaz de “comerse” hasta un 12% de la batería en una jornada. La actividad en segundo plano que realiza la aplicación es la responsable de ello. Luego nos encontraríamos con Facebook, con un 8%, y así sucesivamente con Snapchat, Instagram, y un largo etc. Después nos encontramos con Youtube. Tanto el uso de datos como el consumo de pantalla que se fulmina hasta un 15% de la batería. Es lógico teniendo en cuenta que en las redes sociales entramos y salimos, pero en Youtube los vídeos tienen unas duraciones, que sumadas al efecto enganche de los siguientes vídeos, nos mantienen mucho tiempo tirando de batería.

Whatsapp también es otro de los grandes consumidores de batería, aunque haya ido optimizándose con el tiempo. Bien por el largo tiempo de uso que hacemos de la aplicación como por el número de cargas y descargas que realizamos, muchas de éstas últimas involuntarias, de vídeos y fotos, hace que la batería sufra a lo largo del día. La geolocalización, un servicio en segundo plano en la mayoría de las aplicaciones, también hace que el gasto de batería se acelere ya que normalmente está operando todo el tiempo. Y finalmente, la música, pero en su versión app, como es el caso de Spotify o Deezer – no la música que tenemos guardada en nuestro teléfono -, debido a la descarga de datos, hace que sumando todos los mencionados anteriormente la batería no llegue en la mayoría de los casos ni a un día.

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