JORGE RUBIO. La posición privilegiada de Majadahonda en la zona noroeste de Madrid ha sido uno de los motivos que han llevado a esta inmobiliaria alemana a instalarse en Majadahonda. Una apuesta con la que esta compañía espera facturar 21 millones de euros en 2019 por su gestión en la venta de inmuebles de lujo. Engel & Völkers abrirá el decimocuarto Market Center (MC) en la zona noroeste de Madrid que será una extensión del ubicado en la calle Génova de la capital, según cuenta Cinco Días: «Con una inversión de 1,7 millones de euros, la firma espera facturar con este centro 4 millones de euros en 2019 que aumentarán a 6 millones en 2020, elevando a 21 y a 26 millones, respectivamente la facturación en Madrid en estos años. El nuevo MC abrirá sus puertas el próximo 21 de mayo y cubrirá, desde la Avenida de la Victoria, 63 de El Plantío, la compraventa y el alquiler de inmuebles residenciales de la zona noroeste de Madrid». 

«Algunos de los municipios que abarca esta nueva oficina, como Pozuelo o Majadahonda, se sitúan entre los de mayor renta anual per cápita y más caros de España», subraya Óscar Larrea, director general de Engel & Völkers Madrid. «La Finca, Prado de Somosaguas y la Avenida de Europa, en Pozuelo y la zona de Monte del Pilar, en Majadahonda, concentran las viviendas más exclusivas del área junto con Valdemarín (Aravaca) y la urbanización Montepríncipe de Boadilla del Monte. Ubicaciones todas ellas donde se pueden encontrar viviendas con precios de hasta 20 millones de euros. El tiempo que se tarda en vender un inmueble en la zona es un claro indicador de la fuerte demanda existente. Aunque Engel & Völkers ha realizado operaciones en un día, el tiempo medio de venta se sitúa en un mes y medio«, concluye.

Critican el peso de Madrid en los negocios aunque las «oficinas estén a más tiempo de viaje de Majadahonda». Ramón Pedrosa, CEO de «Bracken»,  relata en un artículo de opinión de El Mercantil Valenciano el peso que tiene en los negocios el disponer de unas oficinas en la capital. Y lo hace poniendo como ejemplo a Majadahonda: «Empecé a mudarme a Madrid hace poco más de un año. La empresa de comunicación que fundé en València después de 13 años en el extranjero (viviendo en Malasia, Indonesia, Hong Kong, Japón y México, no se crean) había crecido lo suficiente como para justificar el dar el siguiente gran salto. El salto a Madrid. El salto a la Gran Ciudad. Ya saben, las luces de la Gran Vía y todo eso».

«Parece que si trabajas en España y no vives en Madrid no eres más que un aficionado provinciano tratando de jugar en la liga de los mayores, aunque hayas operado en plazas multinacionales. Da igual si has pateado entero el Sudeste asiático o hecho campañas en América Latina, o comprado tecnología en Londres y tus socios son financieros de prestigio mundial. Pues hala, a Madrid, con los mayores. A que te hagan caso con una oficina en Serrano, aunque esas oficinas estén a más tiempo de viaje de Majadahonda que de Joaquín Sorolla«. Una realidad que refleja de la siguiente manera: «Es sorprendente cómo el salto a Madrid se ha vuelto para muchos un viaje mítico a una especie de Ítaca a la que le sobran coches y contaminación, como si Madrid fuera Nueva York, o San Petesburgo. El complejo localista de nosotros mismos nos paraliza«. Y concluye: «Pues bien, y a lo que voy. En este año, comunicando operaciones financieras globales y salidas a bolsa desde Madrid, cuando me han querido criticar, me han dicho que hacía las cosas «a la valenciana». Y lo dicen con sorna. Ahora resulta que hacer las cosas «a la valenciana» es hacer las cosas mal«.