NATALIA PREGO CANCELO. Me llamo Natalia Prego Cancelo, soy médico de familia con número de colegiado 363605762. Hoy, domingo 15 de marzo de 2020, me quiero pronunciar ante la situación que estamos viviendo, ya que siento la necesidad, y la responsabilidad personal y profesional de decir lo siguiente. En estos momentos está habiendo una manipulación emocional y psicológica de la población en general, basada en hechos objetivos clínicos de la infección por coronavirus que no son significativamente más graves que los de la infección estacional anual del virus de la gripe, o infecciones por el virus del sarampión. Es necesario saber que el ser humano convive constantemente con microorganismos patógenos, o sea virus y bacterias que provocan patologías, o sea enfermedades, cuando nuestras defensas están bajas. O dicho de otro modo, cuando nuestro sistema inmunitario está disminuido.


Las cifras que la OMS ofrece sobre la infección del coronavirus no justifican la alarma social institucionalizada que se está realizando. El aumento diario del número de personas infectadas, o sea con prueba positiva en la detección de coronavirus, se debe en gran medida a la realización de pruebas de detección de forma generalizada en áreas poblacionales sospechosas de contagio, como se hizo por ejemplo en el Congreso de los Diputados. El 81% de todos esos positivos tiene una enfermedad leve, o sea síntomas como fatiga, tos y dificultad respiratoria ligera. Y muchos de ese 81% simplemente no desarrollan la enfermedad. Son los llamados asintomáticos, porque su sistema inmunitario está fuerte, igual que ocurre en muchas otras ocasiones con muchos otros virus sin que nosotros lo hayamos detectado. Solo el 3% de los infectados por coronavirus muere, porque su sistema defensivo ya estaba mermado por patologías, enfermedades previas, o hábitos tóxicos como el tabaquismo.

A nivel mundial han muerto por infección de coronavirus 5.832 personas según datos de la OMS actualizados. En 2018 en todo el mundo murieron por infección por el virus del sarampión 140.000 personas, y ese mismo año en España cada día fallecieron 41 personas de media por infección por el virus de la gripe. Decir también que el 95% de los infectados por coronavirus se recuperan totalmente con tratamiento conocido, demostrándonos datos no muy diferentes a una realidad sanitaria que en su día a día trata de forma mayoritaria casos complejos, importantes pero no imposibles de solucionar en un contexto social normalizado, que asume los riesgos que la propia vida ya nos da, y asume siempre la necesidad de protegernos con medidas de higiene y hábitos de vida saludables.

Según la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica Española, la semana 10 de este año 2020, había 68,6 personas infectadas por gripe por 100.000 habitantes, o sea unos 30.600 infectados. Y la semana 3 del año 2019 había unos 92.250 casos de gripe en España, o sea 255,3 personas por 100.000 habitantes. Hoy domingo 15 de marzo de 2020, semana 11, a las 17:00 horas, hay registradas y confirmadas en España 6.391 personas infectadas, según datos de la OMS, Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos, Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades y Comisión Nacional de Salud de China, dato que contrasta con el proporcionado por el Ministerio de Sanidad Español que es de 7.753 infectados.

Es fundamental saber que no estamos ante un virus que provoque patología especialmente grave, pero sí es fundamental saber que estamos asistiendo a una toma de decisiones a nivel institucional que sí puede agravar enfermedades y enfermar a la población en general. Esas decisiones pasan por el aislamiento físico y emocional por tiempo indefinido de personas sanas cuando solo sería necesario aislar a la población de riesgo, con un coste social muy inferior. Ese aislamiento generalizado de la población, por sedentarismo e inacción vital, provoca complicaciones y patologías como enfermedades osteoarticulares, cardiovasculares, circulatorias, problemas de ansiedad y alteraciones del ritmo del sueño. Por no hablar de las consecuencias de índole económico que provocarán un empobrecimiento generalizado de la población por parálisis de un país entero.

Por eso pido que el miedo a la circulación libre de los individuos disminuya y desaparezca, para que las personas potencien su sistema inmunitario con actividades tales como la realización de ejercicio físico o caminar, bailar, jugar, la exposición diaria al sol, absolutamente necesaria para la prevención de la osteoporosis o la depresión y la consecución de otras actividades lúdicas como escuchar música, pintar, leer, hablar con otros amigos, que potencian nuestro enfoque positivo de la vida al tiempo que debilitan al virus y nos inmunizan como especie. El miedo mata más gente que la mayoría de los virus porque merma nuestra capacidad de defensa a nivel físico y a nivel emocional por un aumento de estrés, que disminuye el sistema inmunitario, y ataca nuestro poder para responder con fuerza ante cualquier adversidad. Pido a la clase política, a la clase dirigente y especialmente al presidente del Gobierno, que entre todos devolvamos la normalidad a nuestras vidas. Por favor unamos nuestras fuerzas y energías para que este estado de alarma finalice. Respiremos aire puro y digámosle al mundo que nosotros no tenemos miedo. Gracias.

Majadahonda Magazin