JORGE RUBIO. La autoedición es uno de los recursos a los que muchos escritores han de recurrir para poder dar vida a sus obras. Pablo Urcelay Martínez es un joven autor de Majadahonda que recientemente ha publicado sus dos primeras obras mediante este método y quiere darlas a conocer a todos los vecinos de la ciudad. Una exhalación de psicodelia es la primera de ellas y consiste en un poemario que bebe de la inspiración de los versos japoneses, los conocidos haikus, para ofrecer a sus lectores 119 escritos que invitan a la reflexión sobre el mundo. Por otro lado, La noche de Mishima es una novela corta que Pablo Urcelay define como «romántica y existencialista» y que posee «una intensa visión tanto poética como crítica del mundo contemporáneo a través de los ojos de los principales protagonistas: Lexi y Dante, una pareja de jóvenes artistas perdidos en medio de una vida repleta de emociones y circunstancias complejas». Dos obras con las que su autor busca «aportar un material honesto» y  compartir una percepción que intenta estar «desprovista de populismos» y que nacen fruto de la «personalidad auténtica» del artista.

A pesar de ser originario de Murcia, Pablo Urcelay Martínez (1989) es residente en Majadahonda desde muy temprana edad. Es diplomado en guión cinematográfico por la Universidad Camilo José Cela y actualmente prosigue con su formación como director de cine en la Universidad Francisco de Vitoria. «El poemario surge fruto de la meditación y del estudio de las filosofías asiáticas en contraposición con la cultura occidental, y la novela trata de abarcar temáticas contemporáneas y atemporales como el desarraigo, el suicidio y el romanticismo, tratando además de partir de una perspectiva crítica del mundo en el que vivimos», relata el autor de Una exhalación de psicodelia y La noche de Mishima. «De la literatura espero tan sólo poder seguir desarrollando la pasión narrativa y de comunicar emociones puramente humanas en estos tiempos en los que todo tiene un tinte bastante pasajero marcado por tendencias globales y en ocasiones tuteladas por la arbitrariedad del marketing y de lo superfluo. Por ello, mi intención es siempre la de aportar un material honesto que no pretende tanto contentar sino compartir una percepción que intenta estar desprovista de populismos«, prosigue Pablo Urcelay Martínez.

«Creo que los artistas tienen la responsabilidad de no ser máquinas de producción carentes de criterio propio y sí la de apostar por arriesgarse a dar una verdad que, si bien es lógicamente revisable y rara vez definitiva, debiera ser valiente y nacida de una personalidad auténtica. Si ésta está ausente, la tarea del escritor pasaría a ser la de transcribir lo que las mayorías demandan y el arte literario se reduciría al juglarismo y a que los escritores sean meros portavoces para las masas», concluye el escritor majariego. En cuanto a sus gustos e influencias literarias destacan «las novelas de fantasía populares (Harry Potter, Eragon, etc), pasando por las clásicas de terror existencialista (Frankenstein, Jekyll y Hyde); las de época y crítica social de autores como Oscar Wilde, Hemingway o Dovstoyevski; las que narran hechos históricos; los ensayos filosóficos y de psicología» y en general todos aquellos que tratan la condición humana.