EL DUENDE MAJARIEGO (EdM): Dice el aforismo que más vale una imagen que mil palabras. Vean la foto. Estarán con este duende en que es completamente cierto. La imagen que nos envía un vecino de Majadahonda es de un cajero automático de nuestra ciudad en el que a veces duerme el renombrado chico de la mochila. Ese muchacho que deambula por nuestras calles pidiendo algo de dinero, unas veces respetuosamente y otras de forma vehemente y faltona. Dicen que es una persona de muy buena familia pero que, por la razón que sea, no se hacen cargo de él. En efecto duerme en los cajeros automáticos cuando están abiertos y cuando no, pernocta en algunos portales o incluso a la intemperie. Una pena. En ocasiones, Policía Municipal y Guardia Civil le preguntan si se porta bien cuando lo ven. El responde que sí. Es como el Guadiana: aparece y desaparece por temporadas. El chico de la mochila es un ciudadano como los demás, con sus derechos y con sus deberes, pero sin esperanza y sin futuro, a pesar de lo que ponga el cartel del cajero en el que fue visto hace días. Pero no es el único, hay más. Este duende ha visto también a otro joven durmiendo en el cajero de la entidad naranja. Y no nos olvidemos de Carlos, aquel ciudadano que dormía con sus dos perros en el cajero de Bankia de la Av. de España el verano del año pasado (2019) y que, tras ofrecerle entre varios vecinos techo, comida y trabajo, parece que lo dejó todo y se marchó de Majadahonda porque esa nueva vida no era la suya. Uno desconoce si la realidad que hay detrás de todos estos conciudadanos es la automarginación voluntaria, la exclusión social, la enfermedad mental, las adicciones o cualquier otra situación, pero lo que sí es seguro es que para eso están los servicios públicos, para hacerse cargo de ellos y darles algo de dignidad. Puede remitirme sus comentarios y noticias para esta sección al correo electrónico duendemajariego@gmail.com.


El cajero de Majadahonda ofrece una inesperada enseñanza

Majadahonda Magazin