JOSÉ MARÍA BABOT VIZCAÍNO. Señor alcalde de Majadahonda: me permito la libertad de molestarle unos momentos para sugerirle un proyecto que, de admitirlo, le ruego que lo haga suyo enteramente a todos los efectos. Se trata de erigir en la ciudad un monumento al ama de casa. Sean casadas o solteras. No es el primer lugar en el que se ha levantado este magnífico monumento por lo que representa (incluyo las imágenes de esculturas o cerámicas de Castellón, Orio (Vizcaya) o Valencia) y todos los habitantes de esta bella y magnífica ciudad celebraríamos esta iniciativa, (repito, idea suya), y esta ocurrencia, si usted no la ha tenido antes, creo, original en esta localidad. Usted conoce perfectamente el increíble papel que las esposas desempeñan, no sólo en la casa y con los hijos desde que nacen y en la tarea familiar, sino en ayudarnos en nuestro trabajo y preocupaciones, e incluso trabajando ellas. Sus opiniones y consejos son fundamentales en nuestro quehacer diario.
Las personas mayores (algunos, como yo) hemos desempeñado bien nuestro trabajo pero realmente somos nulos, en general, en los deberes domésticos. Al menos yo soy absolutamente nulo en ese aspecto. Y muchos de mis amigos y conocidos. Ya es hora, pues, que se reconozca el inconmensurable mérito de las amas de casa en general, y en particular aquellas que además de la casa tienen un trabajo fuera de ella y pueden con todo, casa y trabajo, en esta localidad. Cuando digo monumento no me estoy refiriendo a una obra faraónica. Bastaría un monolito con la figura de una mujer encima. Una cosa sencilla pero que se note que el monumento es para las amas de casa. Y si los presupuestos del Ayuntamiento están ya cerrados, una suscripción popular para erigirlo contaría, presuntamente, con una gran mayoría de ciudadanos que estaríamos dispuestos a sufragarlo. Porque se lo merecen, se merecen un reconocimiento inmenso. No le molesto más y le ruego disculpe mi atrevimiento. Le saludo atentamente.
Será ama o amo.
Querido D. José María:
Me parece una buena propuesta el reconocer la labor de la mujer a lo largo de la historia como principal cuidadora y desempeñadora de las tareas del hogar, pero creo que esta estatua es una manera de fomentar este rol, cosa que poco a poco debería superarse, dejando de ver normal que los hombres no sepan hacer labores básicas del hogar. Tampoco me parece justo ese concepto de supermujer que puede con todo: con la casa, con los hijos y con el trabajo.
Creo que a su mujer le va hacer mucha más ilusión que usted se ponga manos a la obra y procure aprender estas labores (nunca es tarde). Les animo a usted y a sus amigos a intentarlo. ¡Ese si que es un buen homenaje!