LIDIA GARCIA. La historia se repite y parece que no cambia nunca. La pasión de los políticos por «hacerse la foto», las visitas e inauguraciones, hacerse acompañar por los «asesores» de turno, en este caso dos mujeres, y demás vicisitudes que lleva el cargo ya se «cantaban» hace cuatro siglos por los juglares y los músicos. Y la Navidad religiosa o el Carnaval laico eran el momento propicio para que el pueblo cantase las verdades del barquero a sus gobernantes. El historiador Guillermo Poza ha rescatado en su página «Majadahonda es otra historia» dos villancicos del siglo XVII y da a conocer las citadas canciones populares navideñas con el nombre de «Majalahonda«, escrito con una L en lugar de una D.


Esta denominación es curiosamente la misma que emplean Cervantes y Quevedo para referirse a esta ciudad del Oeste de Madrid, la cual es una corrupción del lenguaje que se daba (y aún hoy persiste en algunas zonas) sobre todo en el norte de España al pronunciar erróneamente el nombre de esta población madrileña. El texto del primero dice lo siguiente: «Villancicos que se han de cantar en la capilla Real de Su Majestad la Noche de Reyes de este año 1677″. El segundo se titula «Letras de los Villancicos que se han de cantar en los Solemnes Maitines del Nacimiento de N. S. Jesucristo, en esta Santa Metropolitana y Patriarcal Iglesia de Sevilla este año de 1687. Compuestos por D. Diego Joseph de Salazar, Racionero, y Maestro de Capilla«.

Segundo Nocturno. Villancico IV. Estribillo.
Todos: Fuera, que sale de ronda
el alcalde de «Majalahonda«.
Y viene a Belén a dar parabién,
que quiere el Concejo hacer un festejo.
(Aurora al Sol que ha parido la más bella)
Todos fuera que sale de ronda,
el alcalde de «Majalahonda«.
Para que sirvan al Niño, lleva el alcalde dos amas,
la una que baila bien y la otra que bien baila.
Todos: Canté y bailé al son de la gaita,
y entre el alcalde también en la danza.
Vaya de fiesta, y entren las amas,
que una es gallega y otra aldeana.

Los alcaldes sirvan hoy a los Reyes.
Que Dios les hará en ello
muchas mercedes.
Ande, ande, ande. Ande Señor Alcalde.
Venga el Alcalde de Rejas. Y Canillejas. Y Alcorcón.
Dé a los Reyes promisión.
Y el de Barajas. Venga luego con alhajas
al Portal.
Cuajada el de Fuencarral.
Y haga la ronda
el alcalde de «Majalalonda«.
Ande, ande, ande. Ande señor alcalde.
Que le han de hacer mercedes
sus Majestades.

 

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