Enrique Ortiz Sierra: «Una carta para Usted, Vecino, o una charla tomando café, apurando unas cañas: ¿Por qué Majadahonda?, ¿Por qué Vecinos por Majadahonda?: una visión y una tarea»

ENRIQUE ORTIZ SIERRA. Abogado con despacho profesional en Puerto de los Leones (Majadahonda). ¿Sabe?. En una iglesia de Essex, en Inglaterra, hay una inscripción anónima, datada alrededor de 1.730, que dice: “Una visión sin una tarea no es más que un sueño; una tarea sin una visión es un trabajo penoso; una visión y una tarea son la esperanza del mundo”. Es sábado 20 de mayo (2023) y son las 5 de la madrugada. Los que madrugamos algo más de la cuenta entre semana, el sueño del viernes llega temprano (sí, se queda uno dormido en el sofá a las 10) y el reloj interno sigue marcando la hora de levantarse a pesar del fin de semana. Ahora que no se oye nada, absolutamente nada fuera (le escribo desde la zona del Parque de la Laguna) y esto es algo que adoro de esta ciudad, de este pueblo. Quería contarle algo, charlar, oírle, así imagine que tomamos un café o que, en la barra de cualquier bar de Majadahonda, charlamos animadamente, sí, riéndonos siempre (es o debería ser obligatorio), desde posturas dispares si quiere, pero creando, contrastando, opinando, debatiendo, es decir, creando entre Vd. y yo, unidos por ese pespunte invisible que es ser Vecinos, esa tarea y esa visión. Lo que queremos para el lugar donde vivimos, un punto cardinal tan esencial en su biografía y la mía, como la edad, los achaques, los precios, el salario, lo que no termina de funcionar y, claro, la familia, las idas y venidas de los espacios felices y, sí, también de los golpes.


Enrique Ortiz Sierra: «Vecinos por Majadahonda necesita un poco de oxígeno en esa tarea descomunal de hacerle llegar ese sueño y esas tareas desde una plataforma muy pequeña, sin ningún tipo de ayuda»

«VECINOS OFRECE UN PACTO DE SUAVIDAD EN LA CONVIVENCIA DE TODOS»: He pasado la campaña electoral y ahora, cuando ya queda menos de una semana para su cierre, con un pico de trabajo que me ha impedido arrimar el hombro como hubiera querido, volcarme, vaciarme y dar todo lo que me hubiera gustado para, al menos, que esos otros Vecinos excepcionales (Carlos Bonet, Federico Utrera, Pilar de Bustos, Virginia Ventura y, claro, un clarísimo Nacho Alonso y el resto de la lista de Vecinos por Majadahonda) tuvieran un poco de oxígeno en esa tarea descomunal de hacerle llegar ese sueño y esas tareas desde una plataforma muy pequeña, sin ningún tipo de ayuda, me animo a escribirle. Le cuento: soy de Granada, viví allí hasta los 32 años y mantengo allí todo ese pasado, a mi madre, hermanas, sobrinos, amigos, clientes incluso. Vine a vivir a Madrid provisionalmente por uno de esos quiebros del destino y, enseguida, en 2001, me mudé a Majadahonda. ¿Cómo contarle a Vd., que vive aquí desde hace tanto o desde hace poco, lo que encontré?. Intentaré hacerlo sencillo y no extenderme porque ya lo sabe: me encontré un lugar, una ciudad según se mire, un pueblo con otra mirada, fundamentalmente amable (sí, acogedora, con un tamaño exacto para vivir con eso que se denomina “calidad de vida” y que no es sino amabilidad), dotada con todo lo necesario (comercio, cines, naturaleza que es paraíso, restauración donde tomar esta caña que ahora compartimos...) y donde, de forma casi tácita, como un acuerdo entre todos, existía un “pacto de suavidad” en la convivencia de todos.


Enrique Ortiz Sierra: «Existe un verdadero peligro, un atentado contra esa ciudad amable y ese pacto de suavidad que todos habíamos suscrito»

LA CONTINUIDAD: «UN PACTO DE SUAVIDAD QUE TODOS HABÍAMOS SUSCRITO». Así que abrí aquí mi despacho (primero en el Tutti, un espacio que sigue necesitando intervención y que pudo ser, y nunca fue, un lugar de encuentro, luego en plena Gran Vía y ahora en Puerto de los Leones, al lado del Parque de la Laguna). Y lo que sucede desde aquel 2001 hasta hoy, Vd. lo conoce bien, no se lo voy a repetir, ya lo habrá oído y leído y, lo que es más, lo ha vivido. Y a los recién llegados (parejas con sus hijos pequeños, nuevos vecinos…) simplemente les recordaré que nuestra ciudad fue el sitio casi perfecto (sí, no lo digo yo, me lo dijo una funcionaria de la Seguridad Social que vivía en Pozuelo diciendo que era un “muermo” y que venía siempre a Majadahonda con cualquier excusa) y que ahora presenta una serie de gravísimas deficiencias y problemas que no se han solucionado por las sucesivas corporaciones. Es más, se han ido agravando y suponen (aquí, en esta barra, no le exagero, es la primera caña, luego ya no sé…) un verdadero peligro, un atentado contra esa ciudad amable y ese pacto de suavidad que todos habíamos suscrito.

Enrique Ortiz Sierra: «Soy abogado. No soy político, analista o sociólogo. Pero sé, lo hemos vivido todos, que estos últimos 4 años al frente de esta ciudad, han sido el retrato realista de la dejadez y la indolencia«

«CORTAR ESA INERCIA DE DESTRUCCIÓN PARA QUE VUELVA LA AMABILIDAD Y VUELVA NUESTRO PACTO DE SUAVIDAD». Soy abogado. No soy político, analista o sociólogo. Pero sé, lo hemos vivido todos, que estos últimos 4 años al frente de esta ciudad, han sido el retrato realista de la dejadez y la indolencia, del no hacer, del no escuchar, del destruir y de decisiones aciagas. Parece claro que las mayorías y el poder absoluto, cuando se van alargando en el tiempo, conllevan una desconexión del que dirige, en este caso nuestro alcalde, con la realidad, en este caso, su calle, la zona donde está, áreas por completo abandonadas, atascos (sí, ¡atascos!) inexplicables, inseguridad en una ciudad mediana (sí, estamos entre los municipios de Madrid con mayor tasa de inseguridad), abandono y todo lo que ya se ha denunciado. Y lo que es peor e intolerable: no querer oír nada, no abrirse, no charlar, establecer una distancia infranqueable entre el poder y Vd. y yo, que no hemos podido ni opinar. Y eso es lo que ha ido sucediendo en estos 22 años que yo conozco, un deterioro que se va acelerando tanto que es AQUÍ y es AHORA cuando debemos cortar esa inercia de destrucción para que vuelva la amabilidad y vuelva nuestro pacto de suavidad, lo que nos hace vecinos y nos empareja a todos. Como decía Di Lampedusa en la película «Gatopardo«: “Hay que cambiarlo todo para que nada cambie”.

Enrique Ortiz Sierra: «Vecinos es es el proyecto más apasionante de los últimos años por la ilusión y por las ganas»

«ESTÁ INSCRITO EN LA ERMITA DE MAJADAHONDA, COMO ESPERANZA DE MAJADAHONDA». Y es aquí donde volvemos a Essex, en Inglaterra, a esa inscripción anónima que tan bien define lo que es el proyecto más apasionante de los últimos años (aquí toca un brindis, sí, por la ilusión y por las ganas) y dicho de una forma directa, el único que tiene realmente sentido en el panorama actual, de aquí, sí, de nuestra ciudad, pero también global: «Vecinos por Majadahonda«. Y lo escribiré sencillo y me va a entender: porque sólo desde el conocimiento profundo de ese pacto de suavidad y amabilidad que debe ser esta ciudad para continuar habitando en uno de los mejores lugares de nuestro país, se pueden llevar a cabo acciones concretas, basadas en lo que le preocupa a Vd. y a mí. Y es ahí donde esa ESPERANZA DEL MUNDO de la iglesia de Inglaterra, inscrito en la Ermita de Majadahonda, como ESPERANZA DE MAJADAHONDA, sólo puede llegar de «Vecinos por Majadahonda«, y eso ya es una realidad.

«Vecinos por Majadahonda» tiene un SUEÑO, SÍ: hacer de esta ciudad un sitio mejor donde todos podamos ser mejores»

«VECINOS ES LA ÚNICA AGRUPACIÓN, PLATAFORMA, PARTIDO, FORMADA ÍNTEGRAMENTE POR VECINOS SUYOS Y MÍOS». Y como me preguntará por qué, lo intentaré hacer mucho más sencillo: porque es la única agrupación, plataforma, partido, que, formada íntegramente por vecinos suyos y míos, que viven aquí desde hace tantos años como Vd. y yo, que puede unir ese SUEÑO Y ESA TAREA que es el futuro del mundo. Y el sueño es mucho más sencillo: abiertos por completo a Vd. (para que opine, para que se le escuche, para que participe), «Vecinos por Majadahonda» tiene un SUEÑO, SÍ: hacer de esta ciudad un sitio mejor donde todos podamos ser mejores y, así, vivir mejor, pasear, sentarnos a la sombra, recorrer los parques con el sosiego de un lugar donde hay amabilidad y suavidad. Y la TAREA que pedía la inscripción de la Iglesia de Essex son, para empezar, las 97 tareas del programa electoral, partiendo de la experiencia de haber vivido aquí todos los integrantes más de 20 años y después de haberle escuchado a Vd. y a sus otros vecinos, lo que les preocupa, lo que no les gusta, lo que les encantaría tener en pos de esa amabilidad y suavidad.

«Esas son las tares que Vecinos, alrededor de un sueño, harán de Majadahonda un lugar donde volvamos a ser Vecinos»

«VPMJ HARÁ DE MAJADAHONDA UN LUGAR DONDE VOLVAMOS A SER VECINOS». Cada uno de los candidatos ha escuchado, ha pateado cada rincón, cada zona, «Vecinos por Majadahonda» sabe hasta el paso de peatones que se quitó hace un mes y que se hace necesario que vuelva para cruzar por un sitio cómodo y seguro. Esas son las tares que, alrededor de un sueño, harán de Majadahonda un lugar donde volvamos a ser Vecinos y, más allá de la ida y venida de lo que va sucediendo en nuestras vidas, vivamos en la amabilidad del buenos días, se dé o no, del que se sabe unido por el hilo invisible de una vecindad donde siga vigente ese pacto de suavidad que firmamos cuando llegamos a vivir aquí, a este paraíso. Y ahora el camarero invita a una ronda, habrá que llenar. Nos ha estado escuchando y sabe que, entre todos, con Carlos Bonet al fondo, Majadahonda va a ser un lugar de sosiego, de concordia, de convivencia. Y los bares son un lugar de encuentro para hacer balance, para saber qué queremos, compartiéndolo, y qué hay que hacer: hablar con el que esté al frente. Y termino asegurándole que los que estarán al frente, lo van a escuchar. Tenemos el futuro del mundo, o de nuestro pequeño mundo, Vecino: una visión, un sueño y muchas tareas por delante.

 

Majadahonda Magazin