LIDIA GARCIA. El mercadillo de Majadahonda (martes y sábados), ahora cerrado por decisión del Ayuntamiento, sigue estando sin embargo de actualidad. «Irene de Grecia, al descubierto: así es en la intimidad la hermana (y mejor amiga) de la reina Sofía. La tía del rey Felipe VI es una persona peculiar y que puede parece excéntrica, pero con los pies en la tierra y con un carácter muy sencillo que se ajusta a su forma de vivir y de pensar». El reportaje de Eva Celada en el suplemento «Vanitatis» de «El Condidencial» cuenta una anécdota sobre la hermana de la «reina emérita» Sofía: «Su refinado humor inglés y su nula inclinación hacia la ostentación se hizo patente en una cena de gala, en la que una señora alardeaba sobre lo costoso de su indumentaria. Tras un rato escuchándola con atención, le mostró sus zapatos y le dijo: «Pues yo estos zapatos los he comprado por 20 euros en el mercadillo de Majadahonda. ¿A que son preciosos?». La señora, por supuesto, se quedó de piedra. Además, le hubiera gustado tener hijos. Pero, como ella misma afirma, tiene sobrinos a los que adora y que la llaman ‘tía Pecu‘, de ‘peculiar’, porque es diferente a las personas de su entorno. También ayuda a muchísimos niños y adolescentes, a los que visita con frecuencia en países como India, Sudáfrica e incluso Grecia, y también a través de su fundación, como el programa de jóvenes talentos sin recursos, que ofrece becas para aprender música», indica el artículo.
La autora del reportaje hace una confesión: «Tuve la suerte de conocerla hace unos quince años a través de un amigo común, Diego Hidalgo, importante mecenas de su fundación, Mundo en Armonía. Y en ese preciso instante supe que debía escribir una vida como la suya, sin duda, tan extraordinaria. Sin embargo, Irene se mostraba reacia: «A los periodistas cuando no les cuentas todo lo quieren saber se molestan, e incluso pueden llegar a generar problemas». Me sorprendieron esas palabras, que pueden no ser literales, pero sí se ajustan al sentido de su opinión. No obstante, no me desanimé y continué con mis pesquisas para conseguir escribir su historia. Tiempo después, y ante la perspectiva inevitable de que el libro se publicara igualmente, accedió a recibirme y mantener varias conversaciones, y por supuesto a supervisar el texto final».
Y añade: «Irene de Grecia, hermana menor de la reina Sofía, nació en Sudáfrica la hermosa primavera de 1942. Sus padres, los reyes Pablo y Federica de Grecia, vivían el primero de sus exilios a causa de la entrada de los nazis en el país. Aloes, margaritas blancas o las hermosas violetas africanas rodeaban el jardín de la bella casa colonial de la familia. Son, precisamente, esas pequeñas flores moradas de hojas exquisitas y precio asequible las favoritas de Irene. No solo su predilección por estas humildes flores refleja el carácter sencillo de la princesa, sino también su forma de vivir y pensar».
«No hay ni que decir que es la mejor amiga de su hermana Sofía. Viven juntas desde siempre. Irene tiene una habitación con baño, vestidor y pequeño salón en la primera planta del palacio de la Zarzuela. Durante su convalecencia de un cáncer de mama, su hermana la instaló en la zona inferior para que las visitas del médico y los cuidados de las enfermeras se pudieran hacer en la misma planta baja, de mayor acceso. «Ella se sentaba en un sillón en la habitación para hacerme compañía y a la vez estudiaba sus papeles y ponía al día la agenda. Cuidó de mí en cada momento durante aquellos meses», cuenta la princesa sobre aquella época. Es muy discreta y siente aversión a salir en las fotos de familia, por lo que es frecuente verla en alguna esquina o tras algún pariente lejano. Tampoco es presumida. No se tiñe su pelo gris, casi blanco. No suele ir a la peluquería, apenas se maquilla, ni se ha hecho nunca operaciones estéticas, al contrario que la Reina. No lleva joyas; como mucho un collar corto y unos pendientes. Y tampoco sombrero», agrega.
Y cuando se le pregunta por qué, dice sonriendo: «Tengo la cabeza demasiado grande y no me sirve ninguno». La moda le trae sin cuidado. Lleva pantalones amplios, normalmente oscuros, blusones de colores, algún poncho y abrigos sobrios. Este tipo de indumentaria tiene mucho que ver con sus viajes a la India, que hizo los primeros años con su madre Federica y posteriormente ella sola. Allí tuvo residencia e incluso un guía espiritual. Era feliz con un sari tradicional o vestida de la forma más informal posible. Sin embargo, cuando tiene que asistir como acompañante de sus hermanos a un evento, viste de forma elegante. Le gustan los colores vivos y utiliza las joyas familiares, que nunca lleva en su acontecer diario.
Será que no tiene dinero la que fuera Reina de Grecia,porque desde que les desterraron, les hemos estado manteniendo los ESPAÑOLES.