Superando el tabú de hablar del suicidio para combatirlo: Javi Martín en «Caiga quien Caiga»

AGENCIA EFE. Jonathan es auxiliar de enfermería y un superviviente, tiene 30 años y, a su espalda, dos tentativas de suicidio en 2021. Vivió un tiempo en Majadahonda y actualmente sigue yendo porque trabaja en el Hospital Puerta de Hierro. Hoy (mes de mayo de 2022), con tratamiento médico, da esto por superado y es consciente de que si, en algún momento, le asalta la idea de quitarse la vida, mirará la foto de su hija de 17 meses. En vísperas de que Sanidad active la línea 024 de ayuda a las personas con riesgo de conducta suicida, Jonathan y otros supervivientes consultados por Efe, como Vega, madre de un chico de 20 años que se quitó la vida, o Javi Martín, el presentador del programa televisivo «Caiga quien caiga«, que barajó la idea de suicidio en varias ocasiones, coinciden en que estos teléfonos salvan vidas, pero detrás debe haber profesionales entrenados porque cuando el supuesto suicida cuelga, no hay posibilidad de ayuda. De media solo transcurren 90 minutos desde que el suicida piensa en quitarse la vida hasta que lo intenta, y en ese corto espacio de tiempo los teléfonos de ayuda cobran suma importancia.


EL ARREPENTIMIENTO LLEGÓ A TIEMPO. Jonathan se tomó una caja de antidepresivos. Cuando ingería la última pastilla, ya se había arrepentido. Recurrió al 061, los servicios de emergencia actuaron rápido y el lavado de estómago fue en el propio domicilio. Pero no solo los supervivientes aplauden la esperada activación del 024 en todo el territorio nacional; también lo hacen asociaciones como La Barandilla, que cuenta desde 2018 con su propio número (911 385 385). En cuatro años recogió 6.000 llamadas y evitó muchas tentativas. No obstante, desde la entidad son críticos. Su presidenta. Ana Lancho. reprueba que aún no se conozca cómo va a funcionar el 024, si estará disponible 24 horas o será atendido por psicólogos o voluntarios. También lamenta que no se haya contactado con ellos ni con otras líneas como el teléfono de la esperanza o la Fundación ANAR para la prevención del suicidio en menores, referentes en este ámbito.

LOS SUPERVIVIENTES INSISTEN: TELÉFONOS CON PROFESIONALES ENTRENADOS. Jonathan no recurrió nunca a estos teléfonos porque encontró apoyo en su mujer, a la que llamaba en los momentos críticos, pero cree que estas líneas son necesarias y pueden rebajar las cifras de suicidios, aunque sobre todo insiste en que detrás tiene que haber profesionales preparados. Tras un primer episodio en 2017, Jonathan fue diagnosticado con trastorno límite de la personalidad y ansiedad generalizada. Nunca antes había tenido problemas, pero confiesa que una infancia con maltratos pudo ser origen de estas alteraciones, que le han acarreado sufrimiento suficiente como para abocarse a dos tentativas de suicidio. Hoy, sigue el tratamiento médico y aleja de sí cualquier pensamiento suicida porque le «partiría el alma» ver qué explicación le darían de mayor a su pequeña hija. Y a cualquiera que lo quiera intentar le dice que «que lo piense mucho, porque es muy serio«.

LAS LÍNEAS ANÓNIMAS SON POTENTES PORQUE «NADIE TE JUZGA». Lancho considera que el teléfono es una medida «muy potente» que salva vidas y eso ocurre porque el acceso es fácil, «nadie te juzga, es anónimo» y la persona que te atiende sabe que hay un posible suicidio en curso y no te va a dejar hasta que el otro desista de ese pensamiento. En declaraciones a Efe, el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), Víctor Pérez-Solá, valora estas «líneas calientes» y, sobre todo, a los profesionales que manejan la «tremenda ambivalencia» de quienes llaman, que «quieren morirse y ser rescatados». Pérez-Solá asegura que el suicidio «se puede prevenir pero no predecir» y considera estos teléfonos parte de una estrategia en la que hay otros pilares, como formar bien a los médicos de Primaria en el diagnóstico, preparar a los jóvenes en el bienestar emocional y la prevención del suicidio y el seguimiento de quien intentó quitarse la vida. Según este experto, el 80% de la gente que se suicida (80.000 tentativas al año y 4.000 consumadas) sufre enfermedad mental.

 

Majadahonda Magazin