LIDIA GARCIA. «Sonsoles y su pareja eligieron Santiago de Compostela para escenificar una boda que también tuvo como invitados a Rafael Velón o Joaquín Prat Jr. Uno de los motivos de elegir ese lugar fueron sus raíces gallegas. Los dos llevaban demasiados años viviendo en Madrid. Actualmente, los dos viven en Majadahonda, donde tienen una casa. Siempre discreto y en un segundo plano, Carlos Pardo ya trabajaba entonces para el bufete de abogados Giménez Torres de Madrid, del que también es socio. Nacido en Barcelona en 1972, Pardo ha gozado de una estabilidad laboral equiparable a la de su pareja, con la que ha tenido dos hijos. En 2008, Sonsoles ya formaba parte de la redacción de Telecinco, cadena en la que ha hecho casi de todo: desde ser la enviada al Congreso de los Diputados a presentar un programa».

El periodista José Madrid relata en «Vanitatis» de «El Confidencial» que «siempre discreto y en un segundo plano, Carlos ya trabajaba entonces para el bufete de abogados Giménez Torres de Madrid, del que también es socio. Nacido en Barcelona en 1972, Pardo ha gozado de una estabilidad laboral equiparable a la de su pareja, con la que ha tenido dos hijos. En 2008, Sonsoles ya formaba parte de la redacción de Telecinco, cadena en la que ha hecho casi de todo: desde ser la enviada al Congreso de los Diputados a presentar un programa». De hecho, la revista «Hola» anticipaba que Sonsoles Ónega «pasó de la información política a presentar un magazine de actualidad. A Sonsoles Ónega el periodismo le viene de familia. Su padre es Fernando Ónega y tiene una hermana, Cristina Ónega, que está al frente del Canal 24 Horas de Televisión Española». Todo queda en familia.

«Conforme Sonsoles ha ido adquiriendo popularidad, ha visto cómo muchas de las preguntas que le hacían sus compañeros de la prensa también eran de carácter personal. «Creo que una de las grandes enseñanzas es que elijas bien a tu pareja. Yo elegí comprensivo, y bien, porque mi marido respeta totalmente que haya tratado de compatibilizar todo», dijo hace unos meses a la revista ‘¡Hola!’. Sin embargo, la prensa del corazón, tratada habitualmente en su programa, nunca ha sido un caballo de batalla para esta periodista inquisitiva y elocuente. Sí lo ha sido, por ejemplo, el azúcar, aditivo que intenta evitar a toda costa desde que a uno de sus hijos le diagnosticaron diabetes. «Lo pasé muy mal«, confesó en una entrevista, en la que también contó que el diagnóstico cambió positivamente la alimentación de su familia.

«Más allá de su vida personal, una de las pasiones públicas de Ónega es la literatura. Autora de tres libros, ha visto cómo alguna de sus obras recibía el reconocimiento de la crítica. Con ‘Después del amor todo son palabras’ ganó el XXII Premio de Novela Fernando Lara, dotado con 120.000 euros. En muchas de esas obras, ha dejado claro otro de sus grandes valores: el compromiso con la mujer. «El primer paso responde a una necesidad personal de saber qué les estaba pasando a las mujeres de mi generación, que es una generación que ha crecido con las libertades ganadas, pero está perpleja ante el funcionamiento de la sociedad. De hecho, decidí escribirla cuando yo ya he sido madre y tengo mi carrera profesional. Yo llego a los viernes en coma y de ahí surge la necesidad de saber qué nos ha pasado y qué posibilidades hay de hablar de lo que yo llamo ‘el timo de la mujer trabajadora», confesaba a este medio cuando presentó ‘Nosotras, que lo quisimos todo’, concluye este suplemento.