Bitcoin y las criptomonedas que nacieron luego de la comprobación de la tecnología de cadena de bloques como un medio confiable para el intercambio entre individuos fueron, sin duda, proyectos experimentales. Muchos fueron los expertos con visiones catastróficas sobre estos sistemas, y muchos menos los que tuvieron el coraje de decir que estaban equivocados. Lo cierto es que las criptomonedas, y particularmente Bitcoin, tuvieron un impacto sobre la economía mundial. A pesar de que la mayoría de estos impactos han sido para bien, existe una dualidad en los beneficios de las criptomonedas, ya que, como todos los avances tecnológicos, el uso inescrupuloso de la tecnología se presta para ello. Esto, sin embargo, es un tema para otra ocasión.
Democratización y Descentralización:
Dos de los principales principios comunes de los proyectos o “White Papers” de criptomonedas fueron la promesa de democratización y descentralización de los sistemas financieros tradicionales. En gran medida, este objetivo se ha cumplido sin mayores efectos negativos. Las bases de estos principios se colaron en la metodología bancaria tradicional, y muchos de los grandes operadores bancarios están aplicando tecnologías propias de cadenas de bloques para descentralizar sus procesos. Si bien no es de su interés económico la descentralización total, estos operadores tuvieron que evolucionar para adaptarse a lo que el público general hoy da por sentado: Hacer banca no tiene por qué costar una fortuna, no tiene por qué ser lento, y no tiene por qué estar condicionado a un sinfín de requerimientos legales y técnicos.
Seguridad:
La tecnología de cadena de bloques, si bien no es infalible (como se ha demostrado en múltiples casos de ataques a plataformas particulares), es segura. Además, las vulneraciones de sistemas han llevado la tecnología de cadenas de bloques a evolucionar desde el aspecto de seguridad, para volverse exponencialmente más seguras. Es raro escuchar de ataques efectivos recientemente, y esto se debe a que los vanguardistas desarrolladores tecnológicos de estos sistemas han aprendido de cada ataque.
Transparencia:
Cuando las transacciones se almacenan en un “registro público” global, el cual comparten cada uno de los operadores, las mismas son absolutamente transparentes. No hay misterios en las operaciones con cripto. En consecuencia, los sistemas bancarios tradicionales están siendo mucho más abiertos con sus registros transaccionales. Las criptomonedas elevaron la vara con la que se miden los estándares económicos en cuanto a transparencia.
Anonimato:
Uno de los aspectos más controversiales de las criptomonedas, el anonimato de las operaciones se ha prestado a las críticas de los gobiernos mundiales, ya que este anonimato permite hechos que, por qué negarlo, pueden ser muy negativos, como la evasión de impuestos, lavado de dinero y financiación de actividades ilícitas, entre otros. No obstante, la existencia de las criptomonedas ha hecho que el mundo entero mire a los sistemas financieros tradicionales con los mismos ojos; es decir, la demanda por el anonimato sobre las criptomonedas se ha trasladado también a los bancos y paraísos fiscales, teniendo un impacto positivo sobre el sistema en general.
Acceso:
Cualquiera puede acceder a las criptomonedas, que son asequibles por su propia denominación mínima, que permite que hasta un centavo de Euro te permita adquirir criptomonedas a través de intercambios como bitcoinrevolution.ai.
El presente
2021, año de pandemia, año de cambios políticos importantes en las potencias del mundo. Año, sin duda, extraño y, sin embargo, también año en el que el Bitcoin alcanzó niveles inéditos, y en el que las criptomonedas y su tecnología subyacente se están abriendo paso a lo que se conoce como “mainstream” y podría traducirse al castellano como “lo que todos utilizamos”. Genios empresariales como Elon Musk, con su empresa de autos eléctricos, TESLA (TSLA), comenzaron también este año a aceptar Bitcoin para la compra de sus autos. Esto no es poca cosa. Uno de los argumentos más enarbolados por los que se oponen a las cripto es que las mismas son poco más que un activo de protección o especulación, y efímero en ello. Este tipo de nuevos usos sin duda apunta a un mayor impacto económico mundial del “dinero digital”. La democratización económica que es uno de los principios fundamentales de las tecnologías de cadenas de bloques, (el escape natural del individuo de las garras del sistema bancario mundial), y el acceso directo a los mercados de criptomonedas, a través de plataformas como Bitcoin Revolution, prometen ser algo más que un medio de intercambio especulativo.
El Informe del Banco Mundial investiga la preparación de las regiones de Europa y Asia para la “revolución digital” que implican las criptomonedas. El sólo hecho de que el Banco Mundial esté analizando temas como este es un testimonio de que las criptomonedas están aquí para quedarse. Este informe, el cual puede descargar en PDF [inglés], responde a interrogantes muy atinadas sobre el avance de las criptomonedas como instrumento financiero confiable y de calidad. Atrás quedaron las dudas manifestadas por los expertos, adelante sólo queda la capacidad de la sociedad de explotar las ventajas y contrarrestar las desventajas de esta tecnología.
El Futuro
Con un sinfín de nuevos proyectos relacionados a las cadenas de bloques, y con la consolidación de las principales criptomonedas como activos deseables y asequibles, el futuro cripto es muy prometedor. Las alternativas de uso de cripto cada vez son más reales y variadas, desde comprar un café hasta un auto, sin duda, la facilidad y velocidad con las que estas operaciones se realizan conllevarán a una verdadera revolución en el ámbito económico. Cuidado y en el futuro cercano ya el papel moneda sea un simple recuerdo de tiempos menos civilizados.
