¡Menudo cambio han pegado los videojuegos! De ser el enemigo número uno de padres y profes, a convertirse en los nuevos ‘teacher’s pets’ en las aulas españolas. Y es que ya no es raro ver a los peques aprendiendo mates con Minecraft o historia con Assassin’s Creed.
Pero vamos a ponernos serios un momento: ¿realmente están aprendiendo algo, o solo la estamos liando parda metiendo consolas en clase? Es la pregunta del millón que tiene a medio mundo educativo dándole vueltas al coco.
Mientras medio mundo adulto se entretiene echando partiditas en los casinos online en España, los peques están revolucionando la educación a base de videojuegos educativos. La pregunta es: ¿esto funciona de verdad o nos estamos marcando un farol?
Por un lado, tenemos a los profes más modernos defendiendo que el Fortnite puede enseñar más sobre estrategia que un libro de texto. Por otro, están los de toda la vida, con el boli rojo en ristre, preguntándose si nos hemos vuelto todos locos.
Del Boli al Joystick: La Revolución en las Aulas Españolas
¡Flipad conmigo! Entras en una clase de Majadahonda y, en vez de ver a los chavales haciendo avioncitos de papel, están ahí, pegados a las tablets como si fueran imanes. Pero ojo, que no están cotilleando en Instagram – están viajando al Antiguo Egipto o resolviendo ecuaciones como si fueran misiones de un juego.
Midiendo lo Inmensurable (o Casi)
Los cerebritos que estudian estas cosas se han currado unos métodos más completos que el menú del día:
– Primero te hacen un examen ‘de los de toda la vida’ antes de meter los juegos
– Luego pillan todos los datos mientras juegas (que sí, que te están vigilando)
– Los profes se ponen en modo detective observando cómo te desenvuelves
– Y para rematar, bombardean a preguntas a todo quisqui: alumnos, padres y hasta al conserje
¿Y Funciona o Qué?
La cosa es que no vale solo con decir ‘mi niño saca mejores notas’. Están siguiendo a los chavales durante años para ver si esto de aprender jugando es flor de un día o viene para quedarse.
Es como cuando tu madre te decía que las lentejas eran buenas, pero tú necesitabas comprobarlo. Pues igual: necesitamos estar seguros de que esto no es solo molar por molar, sino que de verdad está ayudando a los peques a aprender mejor.
¡Ojo! Que esto no va solo de memorizar fechas y fórmulas como robots. Los expertos están flipando con lo que descubren sobre los videojuegos en la educación. ¿Te cuento lo más interesante?
¿Sabes cuando te pasas horas intentando superar un nivel difícil? Pues resulta que estás entrenando tu cerebro sin darte cuenta. Los profes están alucinando con cómo los peques resuelven problemas más rápido que un speedrunner.
Y no solo eso. Los chavales están más motivados que nunca. Vale, igual no para estudiar el teorema de Pitágoras, pero cuando les metes el rollo educativo en formato juego… ¡Boom! Se enganchan que da gusto.
Los Marrones del Asunto
Los investigadores se están rascando la cabeza intentando averiguar si las mejoras vienen solo de los juegos o hay más factores. Es como intentar saber si has adelgazado por el gimnasio o porque tu madre cocina más sano.
Y luego está el rollo de la privacidad. Porque claro, recopilar datos de menores es más delicado que un soufflé.
Del Futuro Chungo al Futuro Molón: La Evaluación 3.0
El rollo este de medir si los peques aprenden con los videojuegos se está poniendo más interesante que una temporada de tu serie favorita. ¿Y sabes qué? Viene con más tecnología que el último iPhone.
Realidad virtual que te mete en una clase virtual más real que la vida misma
Máquinas que te leen el cerebro (sí, has leído bien) para ver qué se te queda y qué no
Algoritmos más complejos que la receta secreta de tu abuela
¿Hacia Dónde Tiramos?
Mira, esto es como cuando empezó internet: nadie sabía muy bien qué iba a pasar, pero todos sabíamos que iba a ser la leche. Los videojuegos en clase son igual – están aquí para quedarse, y o nos subimos al carro o nos quedamos en la era del papel y boli.
Pero tranqui, que no es plan de tirar todo lo antiguo por la ventana. Es más bien como hacer un buen gazpacho: mezclar lo mejor de lo tradicional con las nuevas tecnologías hasta que quede de muerte.
Porque al final, como diría la abuela (si supiera algo de videojuegos): ‘No es más listo el que más juega, sino el que mejor aprende jugando’.





