JULIA BACHILLER. La Biblioteca Francisco Umbral rindió esta semana un emotivo y precioso homenaje al profesor José Segovia, fallecido el pasado 19 de diciembre en Majadahonda. Y lo hizo en el lugar donde impartía seminarios de Filosofía y que consideraba su segunda casa. El acto contó con la presencia de su familia y numeroso público. Desde la entrada al salón central ya podía apreciarse el trabajo y el cariño puesto por sus compañeros y amigos en la realización del evento: un gran mural realizado por Eusebio con un variado contenido de su obra y seminarios recibía a los asistentes. En el interior su retrato en grandes dimensiones, que fue portada de uno de sus libros: “Filosofía para pensar por la calle, la filosofía que nunca me enseñaron”. El mural decoraba el escenario donde tendría lugar el homenaje.


Presentado y conducido por un gran amigo, Francisco García Novell, comenzó recordando cómo después de muchos años de amistad se volvieron a reencontrar en Majadahonda. Y fue Pepe Segovia el que le animó a realizar sus seminarios de Literatura Infantil y Juvenil que él realiza en esta biblioteca. Seguidamente destacó el motivo por el cual sonaba una determinada melodía en la sala antes de comenzar el acto, “Serenata de las calles de Madrid” de Boccherini, una de las piezas favoritas del homenajeado. Y también agradeció a la familia el obsequio a todos los presentes de uno de sus volúmenes: “Anochece y aún no he leído todos los libros”. García Novell finalizó agradeciendo el trabajo de los que ayudaron a celebrar este homenaje: a la directora de la biblioteca, Mar Martínez López, Eusebio, Vicente y Belén. Como fondo en una gran pantalla se emitió un video de uno de sus seminarios realizados en la biblioteca y se le oyó hablar durante unos minutos, tras los cuales se eliminó el audio aunque durante todo el acto se dejó presente su imagen en movimiento. Todo un acierto la puesta en escena.

“Se puede decir que fueron muchos y muy variados los escenarios que significaron algo muy importante en la vida de Pepe: las Navas del Marqués, Arenas de San Pedro, el Parque del Retiro en su infancia, la Plaza de Toros de las Ventas, los institutos de enseñanza secundaria y sin lugar a dudas esta Biblioteca pública de Majadahonda”. Con esta presentación se dio paso a la primera intervención de Mar Martínez López, directora de la Biblioteca a la que García Novell definió como “amiga, confidente y entusiasta hasta la medula de Pepe Segovia”, que a pesar de la dificultad que a la hora de hablar le provocaba el recuerdo de esta pérdida, dejó claro su agradecimiento y su admiración como filósofo. Mar Martínez López recordó como su relación con Majadahonda comenzó con la inauguración del Instituto Leonardo Da Vinci, más tarde ocuparía el puesto de jefe de departamento de Filosofía del Instituto Carlos Bousoño y en 2007 recibió la Cruz de Alfonso X el Sabio por su labor educativa. Y finalizó así: ”Como le dijo Camus a su profesor: es usted una de las personas que justifican el mundo con su sola presencia. Gracias Pepe”.

Tras un repaso a los éxitos obtenidos en sus seminarios de Filosofía se dio paso a otro de sus grandes amigos y compañeros, Antonio Feliz Cotado, quien lo definió como “un pensador y divulgador de la Filosofía” y en su recuerdo hizo un recorrido por su obra y citas celebres de filósofos. Finalizó diciendo: «Pepe, recordamos tu presencia, vivimos tu ausencia, resuena tu voz en esta aula, tu afecto y la seriedad de tu sonrisa. El recuerdo que hoy compartimos es un mínimo agradecimiento por haber compartido su vida y su sabiduría”. A continuación Cristina Cerezales, que dirigía un club de lectura en la biblioteca y fue la que le introdujo en ella, rememoró como se conocieron en el Gimnasio Físico de Majadahonda y tras una invitación a participar en una de las reuniones y con el éxito obtenido, todo ello dio paso a la creación de su seminario de Filosofía.

Javier Castillo, alumno suyo en el Instituto Carlos Bousoño, quiso dejar su recuerdo y homenaje dando a conocer su faceta como profesor, en la cual destacó su labor no solo como educador sino también como orientador al cual acudían a solicitar consejo. Y en él encontraban un amigo y un confidente. Su intervención dio paso de nuevo a la música como recuerdo, en este caso Atahualpa Yupanqui y la canción «El Arriero», que en su juventud muchas veces cantó con su esposa Inmaculada, la cual evocaba según decía él, su propia historia. ”Una gran lectora y una gran escritora”, fue la definición que utilizó García Novell para introducir a la siguiente invitada: María Luisa Galván, librera de Pozuelo de Alarcón, lugar donde comenzó a impartir seminarios. Ella hizo mención a su libro sobre toros: ”en un mundo que tiene tantos detractores, el libro de Pepe había que leerlo aunque a uno no le gustasen los toros”. Y finalizó agradeciéndole toda la ayuda prestada a su librería “Alejandría”, algo que nunca olvidará.

Para finalizar García Novell se comprometió ante la familia a publicar la biografía de Pepe Segovia con los datos que posee, ya que le insistió en su día en escribir sobre ella. Seguidamente sonó la canción de Pedro Infante “La barca de oro”, con la que se dio por terminado el acto. Pero aún faltaba uno de los momentos más emotivos, cuando su nieta Ainoa se dirigió a los asistentes recordando a su abuelo y agradeciendo el importante legado que les ha dejado a ella y a su hermano. Y dijo: ”si me pidieran que ilustrase la sabiduría, sin lugar a duda le dibujaría a él”, tras lo cual compartió conocimientos y reflexiones, finalizando con una frase que su abuelo le dijo para superar un drama amoroso en el que se encontraba en su adolescencia. Pertenecía al poeta hindú Rabindranath Tagore, que tradujera Zenobia con una introducción de su marido, el Premio Nobel español Juan Ramón Jiménez: “Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”, sentencia que ella modificó para aplicarla al momento actual: “Aunque el sol ya no esté, le hubiera gustado que siguiéramos observando las estrellas”.

Majadahonda Magazin