Oeste Madrid: el habitual atasco de la A-6 en la Carretera de la Coruña, un problema agónico y ancestral por falta de parking disuasorio barato, transporte privado colectivo y escaso uso de tren y autobús (apenas 23%)

LIDIA GARCIA. Un total de 28.118 vecinos se desplazan a diario desde Majadahonda a Madrid, 40.055 en Las Rozas, 36.276 en Pozuelo y 28.554 en Villalba, según los datos del estudio sobre la movilidad cotidiana realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) dentro de la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas (Ecepov) de 2021 relativo a las 151 principales ciudades españolas por número de habitantes. Además, de los 28.000 majariegos, solo 6.712 (23%) utilizan el transporte público (autobús o tren), patrones que se repiten en todo el Oeste de Madrid, cuya población total se estima en unas 600.000 personas. Los datos se han confirmado además con tanta precisión por los movimientos que reflejan los móviles de los usuarios. Diario de Burgos además ha realizado la siguiente comparativa: «El 75,8% de los que trabajan y viven en Burgos dista mucho del 18,24% que se alcanza en Majadahonda, municipio satélite de Madrid, o del 18,83% de Santa Coloma de Gramenet, dependiente de Barcelona, y pone en cuestión el modelo de centralización urbanística que caracteriza nuestro país».

«El coche particular y todos los gastos que conlleva su uso siguen siendo hegemónicos en la movilidad tanto en el Oeste de Madrid como en Burgos capital, marcada por la jornada laboral o el curso académico. Más de 45.000 personas se ponen cada día al volante en Burgos para realizar, al menos, dos o más desplazamientos a sus centros de trabajo o de estudio, muchos de los primeros ubicados en los polígonos industriales del extrarradio urbano. Por contra, cerca de 17.500 trabajadores burgaleses son privilegiados, pues pueden desarrollar su día a día a pie y sin gastos añadidos. Solo 1 de cada 10 utiliza el transporte público, mientras que el uso de la bicicleta o los patinetes eléctricos crece, pero es aún muy limitado.

En este trabajo llama la atención que más del 91% de los burgaleses mayores de 16 años residentes en la capital están «satisfechos» o «muy satisfechos» cuando se les pregunta por el tiempo que dedican diariamente a sus desplazamientos, lo cual se puede entender como una prueba de la calidad de vida que ofrece una ciudad de tamaño medio como Burgos. «¿Qué razones pueden existir para este bienestar?. La primera es que, a diferencia de muchos de los 151 municipios analizados en el estudio, el porcentaje de vecinos que trabaja o estudia donde reside es muy alto en Burgos: un 75,8% de su censo laboral frente al 44,5% de la media nacional, lo que se traduce en calidad en los tiempos de desplazamientos, menos gastos, más descansos, más conciliación de la vida laboral y familiar y más facilidades de acceso de las que carecen otras urbes. En cifras absolutas, son 65.928 de los 86.966 trabajadores o estudiantes que el INE contabiliza los que trabajan y viven en Burgos. Solo hay dos capitales españolas que superan este porcentaje, Ceuta y Melilla, con el 88,57% y 79,17%, respectivamente, aunque su situación geográfica y sus circunstancias fronterizas les diferencian del resto de municipios españoles», concluye la noticia.

 

 

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