J. FEDERICO MTNEZ. «El trato que le ofrece es de una cuantía económica bastante elevada para la categoría: 150.000 euros por dejarse perder, seis veces más de la prima que el Rayo Majadahonda había pactado con su plantilla en el caso de lograr la hazaña de subir a la categoría de plata del fútbol español, hecho inédito en sus 42 años de historia: «Nos llamó mucho la atención que la persona que llamaba en nombre del Cartagena supiera que el importe de nuestra prima era de 25.000 euros por barba. Tenía datos confidenciales de nuestro equipo», explica a ABC un miembro del club majariego. El periodista Rubén Cañizares desvela en el diario madrileño que «alguien» del Rayo Majadahonda le «sopló» a un intermediario que iba a hablar en nombre del FC Cartagena que la prima del club majariego a sus jugadores era muy baja y podía multiplicarla por 6. La cantidad que el club había pactado confidencialmente con sus jugadores era considerado un «alto secreto» dentro del club, información a la que muy pocos accedieron y fue un dato «relevante» para iniciar el intento de soborno. Oliva, Carlitos y Basilio fueron los futbolistas que «tocaron» pero tras votación en el vestuario se decidió «no denunciar». Hoy sale a la luz junto con el improvisado «referendum» que se produjo en las instalaciones del Cerro del Espino: 2 futbolistas eran partidarios de denunciar el intento de soborno e investigar las complicidades internas que pudo haber en torno a él.


Vestuario del Rayo Majadahonda con Oliva

«Compra de Partidos: El Rayo Majadahonda rechazó dejarse ganar por el Cartagena. Ofrecieron 150.000 euros a varios jugadores antes de la primera eliminatoria de ascenso a Segunda», titula el diario ABC que, en crónica de Rubén Cañizares describe como en la mañana del jueves 24 de mayo, tres días antes del partido de vuelta contra el Cartagena, «suena el teléfono de Sergio Oliva, uno de los dos capitanes del Rayo Majadahonda. En la pantalla de su «smartphone» aparece un número oculto, pero aún así decide cogerlo. El sujeto activo de la llamada tampoco se identifica y solo le comunica a Oliva que es una persona que llama en nombre del Cartagena. Su objetivo es claro: comprar el partido de dentro de tres días, en el que el conjunto murciano y el madrileño se juegan el ascenso a Segunda, tras el 2-1 de la ida a favor del Cartagena. Es la eliminatoria directa entre los campeones del grupo II y IV de Segunda B y hay mucho en juego». Concretamente ronda los 5 millones de euros lo que transfiere la Liga de Fútbol Profesional (LFP) al equipo que logre el ascenso por publicidad, televisión y quinielas.

Iriondo arenga a los suyos en el vestuario

La llamada anónima procede de una persona que sabe el teléfono privado del capitán del Rayo Majadahonda. «La persona que llama en nombre del Cartagena también tantea a otros dos jugadores de la plantilla, uno de ellos Juan Carlos Moreno». Se refiere a Juan Carlos Moreno Rojo «Carlitos» y a Basilio, «el portero titular de los madrileños». Todos ellos escuchan estupefactos la propuesta, y son claros: «Una llamada más y denunciamos a la Policía». La tarde de ese jueves, antes del inicio del entrenamiento, «Oliva y «Carlitos» comunican en el vestuario lo sucedido», indica la noticia de ABC.


Iriondo dio libertad de voto

«Y ahí toma la palabra el entrenador, Antonio Iriondo, un veterano del fútbol modesto. El técnico le pide a sus jugadores que se olviden cuanto antes del asunto y tomen ese intento de compra como un acicate para el partido del domingo, pero también les da la libertad de decidir si quieren denunciar o no. La plantilla vota, y solo dos jugadores están a favor de ir a comisaría. El vestuario debate profundamente y considera que es muy difícil demostrar que el Cartagena está intentando comprarles el ascenso. Así que deciden hacer caso a su entrenador. Ese domingo 27 de mayo, con un gol en el minuto 99 (1-0), logran la gesta y suben a Segunda. Caso olvidado… hasta ayer», prosigue la crónica.

Dos futbolistas del vestuario quieren denunciar

Posteriormente, según publicó ayer «El Mundo», el Extremadura denunció ante la Liga y la RFEF el intento de compra de su partido ante el Cartagena del pasado domingo, que supuso el ascenso de los extremeños a Segunda. En dicha denuncia se detalla que el técnico del Extremadura, Juan Sabas, recibió en dos ocasiones una oferta de 300.000 euros por parte de Felipe Moreno, máximo accionista del Leganés, marido de la presidenta Victoria Pavón y amigo íntimo de Paco Belmonte, propietario del Cartagena.

Un cómplice alertó al Cartagena de la prima confidencial del equipo

En este caso, sí que había nombre y apellidos: «Nuestro intento de compra es totalmente distinto al del Extremadura. Ellos pueden demostrarlo con nombres y apellidos, pero nosotros solo tuvimos una llamada de teléfono anónima y era mucho más complicado aportar pruebas», explica a ABC una de las personas que estaba en ese vestuario el jueves 24 de mayo, cuando el Rayo Majadahonda decide no denunciar los hechos». Por eso, la noticia que afectaba al Extremadura «no causó sorpresa en el club madrileño, sabedor de primera mano de la situación que rodeó las eliminatorias de ascenso disputadas contra el Cartagena: «Es solo un detalle, pero habla bien claro de cómo es ese club. Durante el decisivo partido en el que logramos el ascenso -insiste un miembro del Rayo Majadahonda- hubo numerosos insultos de directivos del Cartagena a directivos de nuestro club. Por suerte, en el campo nos ganamos el ascenso». Algo que no pudo conseguir el Cartagena, ni sobre el terreno de juego -en primera instancia ante el Rayo Majadahonda y luego frente al Extremadura- ni tampoco fuera de él», como desvela hoy ABC.

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