MANU RAMOS. Un total de 5.500 votos perdió el PP en el Ayuntamiento de Majadahonda con respecto a la Comunidad de Madrid, según arrojan las cifras oficiales de la votación que tuvo lugar este domingo 28 de mayo (2023) en esta ciudad: 24.500 majariegos votaron a Isabel Ayuso pero solo 19.000 lo hicieron por Lola Moreno. El «voto de castigo», que se tradujo en casi un 14% menos de votos, pudo deberse tanto a la gestión de su predecesor, José Luis Alvarez, muy cuestionado por su propio partido hasta el punto de cesarlo de su cargo, pero también por el hecho de que la ya alcaldesa «in pectore» haya decidido vivir en Leganés, su localidad de origen, lo cual introduce una novedad a nivel nacional o casi internacional en este tipo de elecciones: un alcalde o presidente no reside obligatoriamente en la localidad donde le votaron. No obstante, para sus electores, esto parece ser un tema menor, pues a pesar de ese desgaste de 5.500 votos y un 14% de su electorado, la confianza otorgada sigue siendo tan «absoluta«, que el «rodillo» que se vislumbra puede ser de nuevo abrumador, como ocurría en la anterior legislatura cuando la mayoría total era de la coalición PP-Vox.

AYUSO LE «ROBA» 3.000 VOTOS A VOX EN MAJADAHONDA. En medio de ese «huracán», Ayuso se llevó además 3.000 electores que votaban a Vox en Majadahonda: 6.000 majariegos refrendaron la candidatura de José Rodríguez pero solo 3.000 lo hicieron por Rocío Monasterio. Vox pasa así de ser «socio de Gobierno» a «jefe de la Oposición», por lo que pierde las 2 Concejalías que desempeñaba porque se supone que los electores le han otorgado un papel más activo en la crítica, más que en la cercanía al poder junto al PP. Esa prelatura como segundo partido lo hace además a costa de Ciudadanos (Cs) y PSOE, segunda y tercera fuerza política en la anterior legislatura 2019-23, lo que le traslada un valor algo más que simbólico, ya que entonces esos dos partidos eran sus principales antagonistas.

A «VECINOS» LE TOCA MODERAR A LOS DOS BLOQUES POLITICOS DESDE EL CENTRO. La «resistencia ideológica» la opondrá ahora la presumible unión «de facto» de los dos partidos progresistas (PSOE y Más Madrid), que les hace sumar 4 escaños, los mismos que Vox, por lo que en la práctica se formarán en el pleno del Ayuntamiento dos bloques políticos. A ellos solo podrá moderarlos la posición más templada de «Vecinos por Majadahonda«, al que sus 2 escaños le posicionan como un posible «árbitro» entre las disputas partidistas de los dos bloques, ya que la aritmética será siempre favorable al PP. Así las cosas, las votaciones de esta legislatura ya estarán «cantadas» antes de que empiecen los debates y no habrá ningún tipo de incertidumbre. Y si los partidos de Oposición quieren al menos alguna vez alcanzar un algo más que honroso tanteo de 15-10 frente al PP en todas las votaciones, tendrán que hacer encaje de bolillos para buscar consensos en los temas locales, materias que en la anterior legislatura brillaron por su ausencia en favor de los debates nacionales e incluso internacionales. Y a pesar de todo, que la Oposición alcance esos 10 votos en alguna sesión se antoja complejo, por no decir muy difícil o casi imposible.