JORGE RUBIO. «La preocupación apareció en junio, cuando el colegio en el que entrenaban decidió no renovar «por sorpresa» el contrato que tenía con ellos. «Es un momento de incertidumbre. No sabemos qué vamos hacer a largo plazo», asegura Eduardo Quemada, presidente del club. A corto plazo, se plantean –sin tener nada cerrado aún, ya que necesitarían una instalación de la que pudiesen hacer uso «prácticamente exclusivo»– que los deportistas entrenen en centros deportivos más pequeños, aunque no sea juntos: «Eso es perjudicial, porque no podemos generar sensación de equipo, pero al menos no se pierde todo lo que hemos conseguido». ¿La última de sus opciones? Integrar a los muchachos en otros clubes. «Ojalá no suceda eso», dice, apenado, Eduardo». La periodista Carlota Eduardo entrevista en el diario ABC al presidente del CNW Majadahonda Eduardo Quemada ante la situación de precariedad que vive el club majariego desde que se puso fin a su relación con el colegio Caude de la ciudad. Un suceso que ha obligado a iniciar la búsqueda contrarreloj de unas instalaciones en las que estos jóvenes deportistas puedan continuar entrenando y de esta forma evitar el poner fin a un club que en poco tiempo ha conseguido relevancia nacional por los éxitos de sus deportistas. 


«El CNW Majadahonda se creó en 2008, pero no fue hasta seis años después cuando comenzó su actividad profesional. De 24 niños que estaban matriculados en un principio, han pasado a 160, 80 en cada una de las especialidades: natación y waterpolo. El aumento de los jóvenes deportistas ha ido en paralelo con el crecimiento de su palmarés, que lo ha convertido en una institución de élite. «Los juveniles y cadetes de waterpolo, por ejemplo, este año han quedado primeros de la Comunidad», relata, con orgullo, el presidente. Y eso no es todo: se clasificaron para los campeonatos nacionales, quedando cuartos y sextos, respectivamente, en la competición. «En natación, uno de los niños se convirtió en campeón de España», continúa. Los resultados obtenidos, para Eduardo, son «consecuencia de hacer bien las cosas» y, sobre todo, del compromiso y el nivel de exigencia que tienen los deportistas, de entre 8 y 18 años: «Entrenan dos horas al día, durante todos los días de la semana. Siempre con ilusión». Ese esfuerzo ha culminado en que uno de sus juveniles se convierta en subcampeón de Europa con la selección española de waterpolo y que otro haya sido preseleccionado para integrarse en el equipo de los mejores del país. Los nervios ahora no surgen antes de zambullirse en el agua y la preocupación no solo es conseguir un buen tiempo en una prueba, sino no saber si dentro de dos semanas podrán empezar a prepararse. El próximo oro de estos jóvenes deportistas será tener un centro en el que entrenar», concluye el reportaje.

Majadahonda Magazin