Alberto Vera, nuevo colaborador de MJD Magazin, hace música, teatro y es hijo de periodista: «Mi padre murió cuando yo tenía 5 años. Demasiado pronto como para poder disfrutarle. Pero sí, aunque parezca contradictorio o mágico, siento su cercanía y su inspiración. Para acceder a esa coherencia de la que hablábamos, hay que ser muy valiente»

MARIANA BENITO. (Majadahonda, 19 de octubre de 2025). Alberto Vera Guardiola es el nuevo colaborador de MJD Magazin y en esta segunda y última parte de su entrevista habla de sus padres y amigos, que son de Majadahonda, y de él mismo, que vivió aquí, en Las Rozas y en el Prado de Somosaguas. La pregunta por ello es si cree que algunos de sus recuerdos de Majadahonda podrían ser interesantes para contar, a lo que responde: «Majadahonda, hace 40 años, era pura libertad. Todavía tenía ese aroma rústico y campechano. Según fuimos creciendo los hijos de aquellos que huyeron de Madrid hacia las primeras urbanizaciones majariegas, nos encontramos con un ambiente de grupos musicales, bares que no cerraban nunca y bosques que cobijaban nuestras borracheras hasta el amanecer. No critico en lo que se ha convertido, porque la comodidad que ofrece el capitalismo obliga al progreso y al crecimiento constante. Si te quedas atrás, los pueblos corren el riesgo de quedar incomunicados, sin servicios… de desaparecer. Sin embargo, la ciencia, la tecnología… el progreso solo son válidos cuando tienen como objetivo mejorar la humanidad, parafraseando al genial e intrigante Nikola Tesla, inventor de la electricidad, base del desarrollo moderno. Ese es el complicadísimo trabajo de un alcalde y su equipo: conseguir un equilibrio entre el bienestar del vecino y el progreso de su municipio. Sin acritud alguna, pero sí consecuencia de lo apuntado, cuando me fui a vivir a otro lugar solo tuve que huir de mi amada Majadahonda porque los precios se habían disparado. Ahora vivo en Valdemorillo».

Mariana Benito

¿Sigue la vida política de Majadahonda y la narrativa que ofrecen sus medios locales? –Sí, estamos hablando de un pensamiento crítico y el periodismo tiene mucho que hacer en este sentido. Es insufrible observar cómo desde algunos medios nacionales se defiende a un partido o a otro. Lo que importan son las ideas y la coherencia de estas con el objetivo común, la partidocracia ha hecho mucho daño. En este sentido, la prensa local es un oasis. Empatía es una palabra que carece de antónimo en nuestro diccionario. En mi opinión, aquel que carece de empatía, es un psicópata. Aquel que persigue sus intereses sin importarle el bienestar de los demás, aquellos que manipulan, utilizan o dañan a las personas para alcanzar el éxito, deberían permanecer aislados de la sociedad. Sin embargo, son perfiles que encajan muy bien en la dirección de muchas empresas, incluso en la política. Tenemos un problema muy serio si nuestros líderes son defectuosos. Kapuscinski decía que una mala persona no puede ser periodista, precisamente porque el periodista se debe a la sociedad y al bien común y, por tanto, debe ser un ejemplo en el ejercicio de la empatía.

«Tenemos un problema muy serio si nuestros líderes son defectuosos. Kapuscinski decía que una mala persona no puede ser periodista, precisamente porque el periodista se debe a la sociedad y al bien común y, por tanto, debe ser un ejemplo en el ejercicio de la empatía.»

Tiene dos grupos musicales y ha hecho teatro. ¿Podría ampliarnos su faceta musical y teatral? –Estoy tocando en un grupo de música surf instrumental, los «Black Surf Yayos«, y en otro de música soul, «Alma de Soul«. Pocos amigos majariegos tengo que no hayan tocado algún instrumento o que no hayan formado parte de algún grupo musical. Es una característica que creo que se sigue potenciando en la zona. La música es el motor de mi vida, junto con mi familia y amigos, obviamente. He hecho teatro en Valdemorillo. Es, además de un arte sin rival, una terapia maravillosa que ofrece al practicante conocimiento de sí mismo y de los demás, de sus emociones e inquietudes. Es humildad, compañerismo, sabiduría y máxima expresividad. El escenario alienta a desnudar el alma y a entregar lo mejor que uno tiene a los demás. Se confiesa «deportista y amante de la naturaleza». ¿que deportes practica? ¿Ha pisado mucho el Monte del Pilar? –Todo tipo de artes marciales, senderismo, mountain bike, patinaje, roller dance, tenis, pádel, ping pong, esquí, buceo, natación… El ejercicio ofrece bienestar psicológico y físico. El deporte es menos recomendable, puesto que la competición causa muchas lesiones y, a cierta edad, es menos saludable. Esa es la diferencia entre ejercicio y deporte: el segundo, incluye la competición.
En cuanto a la naturaleza, no sé vivir alejado del campo.

«He hecho teatro, un arte sin rival, una terapia maravillosa que ofrece al practicante conocimiento de sí mismo y de los demás»

«Lo más importante, soy una persona honesta», señala su CV. ¿Que valor cree que concede la sociedad actual a la honradez? –No puede existir una sociedad saludable e igualitaria sin ella. Permítame un ejemplo comparativo: Las marcas y las empresas deben ser coherentes en sus comunicaciones internas y externas. De lo contrario, malgastarán todos sus recursos y energías en mantener una falacia, padecerán crisis insalvables y no proporcionarán un bien a la sociedad (como es su obligación). Con las personas, sucede lo mismo. No se puede mantener un discurso distinto en casa y otro fuera. Es más fácil la coherencia (una de mis palabras favoritas). Si los valores están claros y uno dedica sus esfuerzos a hacer el bien a los demás, aunque parezca que otros te pasan por encima, al final, recibirás el preciado premio: buena compañía, pocas necesidades, armonía, paz, integridad, salud, felicidad serena y auténtica (no euforia pasajera e inestable)… Amor. Es muy importante que esa persona que vemos en el espejo todos los días nos caiga bien.

«Estoy tocando en un grupo de música surf instrumental, los «Black Surf Yayos», y en otro de música soul, «Alma de Soul». Pocos amigos majariegos tengo que no hayan tocado algún instrumento o que no hayan formado parte de algún grupo musical.»

«Quedo a su disposición, aunque sea para poner pies de fotos, como decía mi padre en sus inicios. Y soy muy buen relaciones públicas», afirma como declaración de intenciones. ¿La vocación por el periodismo o la escritura viene de su padre? ¿Cree que la empatía es necesaria en el periodismo o debe primar la función critica? –Mi padre murió cuando yo tenía 5 años. Demasiado pronto como para poder disfrutarle. Pero sí, aunque parezca contradictorio o mágico, siento su cercanía y su inspiración. Para acceder a esa coherencia de la que hablábamos, hay que ser muy valiente. Introduzco otros dos vocablos: Asertividad y curiosidad. En nuestro libro «sagrado» (el diccionario de la RAE) encontrará su significado. Por cierto, fíjate Mariana en el sinónimo de curiosidad, en su primera acepción: Armonía, otra bella palabra. Uno debe aportar su pensamiento, respetando el de los demás. Más aún, debe estar atento al pensamiento de los demás y, si los argumentos que nos brinda son suficientes y para cambiar el nuestro, ¿porqué seguir equivocados? Por otro lado, nada es blanco o negro. Nuestra necesidad de cierre cognitivo, para poder dormir por las noches, nos convierte en numeritos sin valor humano, en cifras para el marketing político y de marcas. No es necesario llegar a una conclusión inamovible. Sigamos ampliando información. El día que comprendamos eso, nadie podrá manipularnos y obligaremos a los administradores públicos a trabajar por ese bienestar al que, también, siempre se debe el periodista.

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