LIDIA GARCIA. Alvaro Herrero, fotógrafo submarino profesional, lleva viviendo en Majadahonda desde segundo de primaria. «Siempre me ha gustado como un pequeño pueblo acogedor en el que puedes ir a todos los lados andando, e incluso pasear por un área natural como es el Monte del Pilar. Recuerdo ir con mis hermanos pequeños al colegio, y antes de entrar, pasear por el Monte del Pilar en busca de charcas donde criaban los anfibios». Y acaba de regresar de Indonesia: «La situación del coronavirus allí es algo tardía. La isla en la que vivimos, Gili Trawangan, está cerrada al turismo, pero no estábamos retenidos en las casas. Además hay una comunidad muy fuerte que se forjó con el terremoto de 2018 y todos lo llevamos muy bien». Y añade: «Salí de España hará unos cinco años. Fui a visitar a un compañero de trabajo (trabajaba como instructor de buceo en Alicante) en Koh Tao. Allí hicimos un viaje a las Islas Similan y a uno de los manager le encantó mi trabajo como fotógrafo. Me dijo que podría trabajar con ellos como fotógrafo submarino y así lo hice. Desde entonces he viajado por Tailandia, Filipinas e Indonesia, haciendo de mi pasión mi trabajo. Como fotógrafo uno siempre tiene unas fotografías favoritas. La más reciente es el Mundo del Silencio. Es muy importante para mí porque es la primera que hago por debajo de los 100 metros de profundidad, a 104 metros concretamente, y transmite la inmensidad y soledad que siento cuándo estoy ahí abajo«.
«Otra es el atardecer de los anfibios. Representa un tritón palmeado mirando al atardecer y es una metáfora de que si no hacemos algo al respecto, los anfibios desaparecerán de la tierra, ya que son el grupo de animales más amenazado del planeta. Otra es amamantando. Y es uno de los momentos más alucinantes que he vivido bajo el agua. Una ballenato es amamantado por su madre en las aguas de Tonga. Nadar con ballenas sin duda ha sido una de las experiencias más impactantes y mágicas de mi vida. Escuchar el sonido de los machos cantando mientras todas las hondas sonoras se reproducen desde tu caja torácica. Notar esa vibración en el cuerpo ha sido de lo más alucinante«, señala. Y concluye: «Me gustaría montar una empresa de viajes de fotografía de naturaleza. Viajar por todo el mundo con otros fotógrafos, enseñarles los lugares y las especies más mágicos y que puedan plasmarlo con sus cámaras de fotos para que todo el mundo vea lo maravilloso que es este planeta y lo que realmente merece la pena cuidarlo». Vea las mejores fotografías de Alvaro Herrero en su página web y en sus redes sociales.
Qué apasionante tiene que ser tu profesión, sentir la soledad en la profundidad a 104 m y a la vez la inmensidad del océano, o poder disfrutar del amamantar de una ballena a su ballenato.
Alvaro, espero que sigas disfrutando de tu trabajo y logres tus objetivos.
Enhorabuena por tus extraordinarias fotografías!!!
Que ha sentido cantar las ballenas en su cuerpo?
Dentro de su cuerpo? Es submarinista o se las come. Jajajajaja
Tienes la sensibilidad de una almeja, Jose. Precioso reportaje y fotos 👏👏👏👏👏
El tal Jose debe de tener alguna carencia porque no escribe, escupe. Un poco de empatía por favor