FELIX G. PEDROCHE. Llegamos a la única asociación que ha quedado en pié, la «Asociación de Urbanizaciones de Majadahonda (ASURMAJ)», con quienes en su día contacté y me dieron de lado porque decían que en la otra asociación vecinal «sólo había rogelios«. Por cierto, su secretario era Javier Caballero, era ex-concejal del PP, con lo cual no pude integrar a ambas asociaciones, como era mi objetivo. Esta asociación se reúne exclusivamente con el alcalde del PP para presentarle sus propuestas en beneficio de sus asociados, propietarios de vivienda con piscina (asociación de los ricos) cada vez que se convocan Elecciones Municipales. Por lo tanto, será algo menos representativa de los vecinos de Majadahonda. Por cierto, se reserva igualmente el derecho de admisión de nuevos socios, siempre bajo la lupa ideológica. Y con estos mimbres (secretario torticero incluido de esta peculiar asociación vecinal, ex-concejal PP a la sazón), queremos crear una asociación vecinal que sea realmente representativa de todos los vecinos del municipio, como para elegir a ese candidato honesto (sin dedo apuntador que lo imponga, como nos tienen acostumbrados) al que todos aspiramos.
Ya tenemos un partido que se autodenomina VpMJ –Vecinos por Majadahonda-, que se constituyó con ocasión de las anteriores Elecciones Municipales y que de momento no sacó ningún concejal. Lo cual no me extrañó nada, a la vista de su entonces escasa o nula representación vecinal. Mi conclusión tras este periplo vecinal, y visto lo visto como dicen los buenos parroquianos, es que hay que empezar la casa por los cimientos. Primero: constituir una asociación potente en número, y sobre todo integrada y participativa del acervo vecinal de los majariegos, donde se conozca quienes son y están. Y segundo: constituir un partido político que funcione al albur de la asociación, y no al revés, como ahora nos intentan hacer ver estos mindundis que se autoerigen en representantes del municipio. Una Asociación de Vecinos que convoque primarias de cara a los procesos electorales municipales para que se presenten candidatos como elegibles en función de su pensamiento e inquietudes sociales bien conectado al municipio.
La democracia es ascendente de la base a la cúpula. Justo lo contrario de lo que hemos vivido desde la nueva Constitución consensuada en democracia tras la muerte del dictador, por los autodenominados «padres de la patria». Todo se hace al revés: 1º se celebra el Congreso Nacional con la asistencia de compromisarios de paja (amordazados), de donde surge un candidato nacional teledirigido por el aparato mafioso del Partido. 2º Transcurrido el tiempo suficiente para que se calmen los navajeros, proclives o no al Presidente Nacional del Partido, ungido por la gracia de «alguien», que no son precisamente los afiliados, se celebran los Congresos Autonómicos, donde ya está todo el trigo repartido, y se abre la asistencia a todos los afiliados interesados en participar, para que armen bulla hasta que se cansen, asistiendo a unas ponencias ya marcadas a fuego (inamovibles en su estructura) por los Estatutos Nacionales del Partido.
Pasado algún tiempo, cerradas las heridas del Congreso Regional, el Partido determina se convoquen las Elecciones a las Juntas Locales, que raramente hay como fue el caso del PP de Majadahonda, donde rompí la costumbre del dedazo de Génova, al provocar elecciones por presentarme como alternativa al Alcalde-Presidente. Tuve ocasión de comprobar los trapicheos que se traían el alcalde y sus lamebotas (estómagos agradecidos, algunos hoy concejales) que franquearon el acceso a la sede del PP majariego, informando a quién debían votar los escasos despistados afiliados peperos que acudieron a votar a la Presidencia de la Junta Local pepera, pese a estar expresamente prohibido por las Normas de la Junta Electoral Regional. Esta conducta servil y antidemocrática fue objeto de denuncia por mi parte ante el Comité de Derechos y Garantías del afiliado. Pero como dicen por ahí «verdes las han segado» o sea n.p.c. Algunos de sus miembros de papel (inoperantes) empezando por su propio presidente, hoy ostentan cargos institucionales (alcaldes a dedo por Génova), en señal de «agradecimiento por los servicios no prestados. En fin, sin ánimo de aburrir a mis apreciados lectores de Majadahonda Magazin, puedo asegurar con conocimiento de causa, que como dice el refranero: «de aquellos polvos, éstos lodos«. Próximo capítulo: «La absurda actuación de los concejales en el pleno del Ayuntamiento de Majadahonda»
Señor Pedroche, su texto tiene tres características: falso, sectario y difamante. Falso porque la Asociación de Urbanizaciones no tiene asociados (propietarios con piscina, como dice usted), sino como su nombre indica son urbanizaciones y, hasta donde yo sé, éstas no tienen ideología. Cosa distinta son sus presidentes, que son quienes en representación de las mismas, acuden a las reuniones de la asociación.
Sectario porque usted no puede evitar, por mucho que lo intente, catalogar a la gente por su legítima ideología y así desprestigiarla según sus propias convicciones (también legítimas).
Difamante porque usted no para de criticar a diestro y siniestro, en este caso al secretario de la asociación, asegurando veladamente que fue él quien impidió fusionar AVM y ASURMAJ. Como queda dicho, eso es un imposible categórico, así que no se empeñe en absurdos.
Y por último, no dudo que usted atesore talentosas virtudes, pero le aconsejo que las dirija a construir y no a criticar a todo el mundo, porque cuando reparte por igual a todo bicho viviente, eso significa que quien tiene el problema es usted y no los demás
Relax
Usted no está en el siglo XXI. Sus propuestas destilan «democracia orgánica» y vuelta a las cortes compuestas por tercios. Siga escribiendo, que no lo hace mal, pero intente hacer propuestas razonables y no hablar con el «yo» delante
Mi aliento y ánimo a Félix García Pedroche por seguir denunciando lo que nadie se atreve y todos, en el fondo, pensamos. Reflexiones así hacen falta.