JOSE Mª BABOT VIZCAÍNO. Desde que se lavó y adecentó la bandera de España que ondea en la actualidad en la calle Viento de Majadahonda debido a mis constantes quejas por la guarrada en que el Ayuntamiento tenía a la enseña nacional, no se ha vuelto ni a hablar ni adecentar la misma. En una de esas quejas mías sobre la bandera que publica este Magazin, el Partido Popular tuvo la desfachatez de enviar una, llamémosle excusa, y echar afuera de su partido mis acusaciones, que no han servido de nada. Solo eran eso, excusas y mentiras. La prueba es la que a continuación detallo y que, como suele pasar, evidencia que este alcalde y concejales solamente dicen mentirijillas y cometen equivocaciones. Lo hacen para salvar el decoro, pero no lo salvan, como se está viendo. Esto es lo que escribió el tal partido político (PP):
«Fuentes del Grupo Popular señalaron que “el Ayuntamiento de Majadahonda ha renovado las banderas de todos los edificios municipales en el último trimestre del año 2018, incluida la izada en la Concejalía de Bienestar Social. Además, la bandera del Parque de Colón se suele sustituir -en función de su estado–, unas 2-3 veces al año y desde la Concejalía de Educación se ha procedido en diciembre a la retirada de los mástiles que estaban instalados en algunos centros educativos, con el fin de adaptarlos a la normativa vigente”. De este modo, a lo largo del mes de enero se terminarán de instalar los nuevos mástiles en las 3 escuelas infantiles de titularidad infantil, los 8 colegios públicos, el Auditorio Alfredo Kraus y el Centro de Formación Municipal”, en total 13 enseñas, añadieron en el Grupo Popular majariego. Además, “con motivo del aniversario de la Constitución Española, el Consistorio ha entregado banderas a todos los colegios”, recordaron estas mismas fuentes».
Esta mentira, que agregó ese partido de poca talla ahora en Majadahonda, alegaba que se limpiaban las banderas cada tres meses. Y no debiera pasar en balde y/o deberían excusarse ante los ciudadanos de Majadahonda. O cumplir las sandeces que entonces escribieron pues, mientras gobiernen, hay que ejecutar lo que en su escrito dijeron y que no hicieron nunca, según las pruebas. En este caso que nos ocupa, hablo de las banderas de la calle Francisco Umbral, situada en la esquina a una conocida plaza con fuente de agua. Y si las glorietas, plazas o redondas tuviesen nombre, como en casi todas las partes menos en Majadahonda, sería más fácil decir las señas del colegio en cuestión donde está ubicada. Allí la bandera de Majadahonda tiene el fondo blanco, pero hoy parece gris por la suciedad acumulada. La bandera de al lado de la Comunidad de Madrid, que es roja, tiene un color que no se puede definir por lo descolorida que está. Y la bandera de España, nuestra bandera, los dos colores, el rojo y gualda, están tan decolorados que no se puede aplicar nombre a esa amalgama cromática, aparte de la inmensa guarrería que está incrustada en ella.
Por último, la de la Unión Europea, que es azul, se la conoce porque es oscura, pero rezuma suciedad por todos sus poros. El Ayuntamiento de Majadahonda debe comprar esas banderas en establecimientos de baratillo, ya que si se comprasen en donde deberían, las mismas estarían tintadas con colores indanthrenes o indigosoles y no con directos o reactivos o dispersos, que pierden las tonalidades en dos días. De hecho, se ven las banderas de otras capitales que no se decoloran. ¿Por qué? O porque las mantienen limpias o las compran buenas y no de chichinabo. Eso, aparte de que al colocar los mástiles seguro que los empleados municipales no debían tener un nivel, porque los dos postes centrales los pusieron inclinados, como se advierte con una simple visualización. ¿Donde estaba el capataz de la obra en esos momentos?. Estoy completamente seguro de que cuando el Magazin publicó mi denuncia, parecía que el mendaz era yo. Y ahora, a la vista de las pruebas, es el Partido Popular de Majadahonda el que debe lavar sus trapos sucios porque, en la actualidad, siguen igual de sucios que entonces. Antes se coge a un mentiroso que a un cojo.