JOSE Mª BABOT VIZCAÍNO. Ya es sabida mi dedicación total a luchar para mantener en las debidas condiciones de limpieza la bandera de España que ondeaba en la calle Viento de Majadahonda y, acogiéndome a la libertad de expresión, escribo esta nueva carta sobre la materia. Pues bien, el nuevo alcalde no tenía bastante con tener esta bandera ondeando putrefacta y ha optado por retirarla. Y no solo eso, sino que ha debido ordenar, ya que él, como alcalde es el único (supongo) que puede dar esta clase de órdenes, que se quite el mástil que la sostenía. Eso es una vileza, ya que al desmontar todo, piensa (presuntamente) en eliminarla definitivamente para (supongo) no tener más acoso por mi parte sobre su limpieza.

Cuando juró el cargo que le dimos los majariegos, el nuevo alcalde dijo estas palabras: «juro o prometo (no sé lo que usó) por mi conciencia y honor… guardar y hacer guardar la Constitución….» ¡Cuanta mentira, puesto que no cumple con lo prometido o jurado!. Está fuera de todo orden y eso es otra vileza. La Constitución española dice en su artículo 4, párrafo 2: «Se utilizará la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales». Pero no para ahí la cosa de incumplir lo que expresó en su promesa o jura del cargo, ya que aparte de la Constitución, está la llamada Ley de Banderas, Ley 39/1981 de octubre que regula el uso de la Bandera de España, publicada en el BOE núm 271 del 12/11/1981, y su entrada en vigor, el 13/11/1981, por la Jefatura del Estado. Y su última actualización se publicó el 14/10/1992. Esta Ley fue sancionada, por S.M. Don Juan Carlos I de España. Y en su artículo 3, párrafo 1, dice:

«La bandera de España deberá ondear en el exterior y ocupar el lugar preferente en el interior de todos los edificios y establecimientos de la administración central, institucional, autonómica, provincial o insular y municipal del Estado». En el articulo 6ª, punto 1, dice: «cuando se utilice, la bandera de España ocupará siempre un lugar destacado, visible y de honor». Y en el artículo 10ª, punto 1, dice: «los ultrajes y ofensas a la bandera de España y a las contempladas en el artículo 4 del presente texto, se castigarán conforme a lo dispuesto en las leyes». Por último, en el punto 4, de este mismo artículo 10º, se especifica: «sin perjuicio de la responsabilidad en que concurran los autores de las infracciones de lo dispuesto en esta ley, lo establecido en el artículo 123 del Código Penal o 316 del Código de Justicia Militar, en los casos de personas y lugares previstos en este último será asimismo de aplicación a los presidentes, directores o titulares de organismos, instituciones, centros o dependencias y a los representantes legales de partidos políticos, sindicatos, asociaciones o entidades privadas de toda índole…».

Y termina esta Ley de Banderas así: «por tanto, mando a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley», firmada en el Palacio de la Zarzuela, Madrid, a 28/10/1981. Juan Carlos, Rey. Los partidos políticos, sobre todo Vox, que tanto grita con el españolismo (presuntamente), están calladitos y no se por qué. Como se verá, el Sr. alcalde tiene una forma muy poco ortodoxa de ejercer el mandato que le dimos los ciudadanos de Majadahonda. Por tanto, si comulga con los independentistas, según sus actos para con la bandera de España, no se tunee de pepero y salga del armario político. Desde esta tribuna le ruego muy encarecidamente, Sr. alcalde, que restituya a los majariegos la bandera al sitio del que Vd. la ha quitado.