«Soy de Rivne, una ciudad cercana a la frontera con Polonia. Vine a España en el año 2000 en busca de un futuro mejor para mí y mi hijo»

SILVIA ANULA. Con ocasión de la presentación del libro del catedrático emérito jubilado y escritor hispano-islandés afincado en Majadahonda, Aitor Yraola, volumen titulado «Sobre la Historia y la Guerra en Ucrania», acto que se celebra en la Biblioteca Francisco Umbral este viernes 27 de setiembre a las 19.00 horas, Majadahonda Magazin ha tenido la oportunidad de entrevistar a la ingeniera ucraniana Tamara Kondratyuk. Ella misma, junto al general de división retirado Vicente Díaz de Villegas, participan junto al autor en el evento, que promete un interesante debate. En una entrevista en este mismo periódico, Aitor Yraola adelantaba que su libro era un ensayo «que comprende múltiples perspectivas de historiadores, juristas, filósofos, políticos, arqueólogos, politólogos y del general Vicente Díaz de Villegas para racionalizar lo irracional de la guerra». Tamara ha tenido la gentileza de desplazarse desde su residencia en Málaga para hablar de su vida en España y de Ucrania.

Silvia Anula

Silvia Anula: ¿De dónde eres Tamara y en qué circunstancias viniste a España?. Tamara Kondratyuk. –Soy de Rivne, una ciudad cercana a la frontera con Polonia. Vine a España en el año 2000 en busca de un futuro mejor para mí y mi hijo. La vida de mi familia ucraniana bajo el yugo soviético fue trágica. Después de la II Guerra Mundial los rusos confiscaron todas nuestras propiedades y condenaron a mi padre primero a 6 años de prisión, y posteriormente lo enviaron a trabajos forzados en Kazajistán, donde yo nací. A los 7 años mis padres me enviaron de vuelta a Ucrania con mi familia materna. Como ciudadana ucraniana me pusieron muchas dificultades para realizar estudios universitarios. Después de muchos intentos para ingresar en la Universidad, me gradué en la Politécnica de Vinnitsa en Ingeniería Electrónica y trabajé en una empresa de suministros militares. Estos estudios no los pude convalidar en España porque algunas asignaturas cursadas estaban consideradas secretas y no expidieron certificados. Más tarde trabajé en el Ayuntamiento de esa ciudad pero, tras la caída de la Unión Soviética, me quedé sin trabajo y sin dinero. Fue entonces cuando decidí emigrar a España. Mi hijo tenía entonces 21 años. Trabajé primero en Madrid como comercial para José Monleón, quien siempre me consideró como una más de la familia, y luego conseguí un trabajo en Yorclin Finans Ltd en Marbella, con contrato fijo. En España siempre he recibido cariño y comprensión porque, además de un clima benigno, lo más valioso de este país es el gran corazón que tiene la gente. Mi hijo está casado y vive en Murcia.

«En la casa de mis padres en Rivne viven 8 personas refugiadas de la guerra y cuentan con el apoyo y el cariño de todos los vecinos»

S.A.:¿Qué relación tienes actualmente con Ucrania? TK: –Familia directa no tengo a nadie, unos sobrinos y amigos. En la casa de mis padres en Rivne viven 8 personas refugiadas de la guerra y cuentan con el apoyo y el cariño de todos los vecinos. Además tienen un huerto donde cultivan lo más necesario. El pasado mes de agosto tuve que hacer un viaje para arreglar allí unos papeles. No hay vuelos directos así que tuve que volar hasta Polonia y desde Cracovia viajar en autobús durante 500 km hasta mi ciudad Rivne. Me encontré con gente muy valiente y unida como nunca. Pasé varias horas en refugios durante los bombardeos rusos, donde cantamos canciones populares. Estuve también en colegios y guarderías improvisadas en pasillos subterráneos. No había electricidad pero todos trabajaban en sus puestos para acercarse a la victoria. Y las mujeres ucranianas ocupaban los puestos de trabajo en el transporte, agricultura, empresas que han dejado los soldados que combaten en el frente…

«En España siempre he recibido cariño y comprensión porque, además de un clima benigno, lo más valioso de este país es el gran corazón que tiene la gente»

«Tuve que volar hasta Polonia y desde Cracovia viajar en autobús durante 500 km hasta mi ciudad Rivne. Me encontré con gente muy valiente y unida como nunca»

S.A.: ¿Crees que el Gobierno español está haciendo lo suficiente para ayudar al esfuerzo bélico del pueblo ucraniano? TK: –La ayuda que está prestando España es extraordinaria, no solamente a nivel político sino que se ha manifestado en los españoles de a pie que nos han apoyado desde los primeros días de la invasión, cuando la gente común y corriente recogía y enviaba a Ucrania artículos de primera necesidad e incluso vehículos para las Fuerzas Armadas. Además, nos abrieron las puertas de sus casas para ofrecernos refugio. Todo esto es muy valioso para nosotros. Sé también que España ha enviado a Ucrania durante estos dos años y medio de guerra armamento, municiones, minas, drones, tanques e incluso embarcaciones por valor de muchos millones de euros. Por todo esto siempre estaremos agradecidos a España, un ejemplo de auténtica solidaridad con mi país.

«Pasé varias horas en refugios durante los bombardeos rusos, donde cantamos canciones populares. Estuve también en colegios y guarderías improvisadas en pasillos subterráneos»

 

Majadahonda Magazin