MANU RAMOS. «Yo no vivía de forma coherente: era un hombre de familia los sábados y los domingos, pero un tiburón de lunes a viernes. En el fondo de mi corazón, había un anhelo de algo más». Quien así habla es Borja Barragán, creador de Azvalor Lux Altum Faith, una SICAV (Sociedad de Inversión de Capital Variable) radicada en Luxemburgo. Y su gestora es la prestigiosa firma española Azvalor Asset Management, pero la empresa que dirige Borja Barragán, Altum Faithful Investing (con sede en Majadahonda, Madrid), es la que acaba decidiendo si hay compañías que no pueden estar en el fondo porque sus productos o su actividad van en contra de la doctrina social de la Iglesia católica, dictada por el Vaticano. Casado y padre de 7 hijos, se preguntaba en Infocatólica: ¿Por qué no incluir a Dios en la gestión del patrimonio?». Y es que Altum Faith es «el fondo que triunfa con la doctrina del Vaticano» porque «el vehículo evita empresas que fomenten el aborto o la anticoncepción También excluye a las que promuevan el matrimonio homosexual», según informa el periodista Miguel Moreno Mendieta en el diario económico «Cinco Días».
También en el suplemento «Zenit«, Borja Barragán había declarado antes que cómo su empresa, “centrada en la persona” responde a la propuesta del Papa Francisco en su encíclica Laudato si’: llevar a cabo unas directrices éticas y ambientales que deben conducir a “evitar el apoyo a las empresas que perjudiquen la ecología humana o social (por ejemplo, el aborto y las armas) y la ecología ambiental (por ejemplo, los combustibles fósiles)”.
Barragán confiesa en Infocatólica: «Pasé un periodo de discernimiento potente y -gracias al apoyo de mi mujer y de diversos sacerdotes- tomé la decisión. En 2015, dejé el banco en el que trabajaba para empezar este proyecto de inversión coherente con la fe. no tenía ni idea de inversiones éticas. Lo primero que pensé fue en formarme, así que fui a Harvard para aprender sobre inversiones sostenibles, y allí descubrí el concepto de endowment, de fondo dotacional, que vi perfectamente aplicable al mundo de las congregaciones religiosas. «Borja Barragán se cayó del caballo en 2014, como le pasó a Pablo de Tarso camino de Damasco. Este inversor madrileño había trabajado para Citigroup, RBS y Merrill Lynch en los departamentos de intermediación de activos financieros, pero, tras cursar un máster en Pastoral Familiar en el Instituto Pontificio Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y de la Familia, decidió reorientar su vida personal y enfocar su carrera profesional hacia la inversión bajo los criterios católicos.
UN FONDO CRISTIANO CON EL BANCO JULIUS BÄR. «Primero lanzó un fondo cristiano con el banco Julius Bär y después creó su propia firma para invertir bajo los parámetros de la doctrina vaticana. En los dos últimos años, el nuevo vehículo que asesora ha ido como un tiro, anotándose casi un 90% de rentabilidad en los últimos 18 meses», indica el reportaje. El fondo de inversión, que acumula un patrimonio de 56 millones de euros, se lanzó en 2018. Los primeros tiempos fueron difíciles, por la fuerte apuesta de Azvalor por compañías mineras de oro, uranio y explotación de petróleo, que no levantaban cabeza. Sin embargo, después de la pandemia de 2020 y con la reapertura de las economías, el precio de las materias primas comenzó a volar. Y con él, el de las empresas especializadas en la explotación de minerales o fuentes de energía» indica el artículo.
HABITUAL EN EE.UU Y PAISES ISLAMICOS. «En España hay pocos fondos de inversión que siguen criterios religiosos para definir su cartera, pero en Estados Unidos y en muchos países islámicos están muy generalizados. De los más de 600 productos de esta tipología que monitoriza la firma Bloomberg, Azvalor Lux Altum Faith es el que mayor revalorización ha tenido en lo que va de 2022, más del 30% (frente a las caídas generalizadas en todas las Bolsas del mundo). Altum Faithful Investing no solo asesora el mencionado fondo. Su principal actividad es ofrecer asesoramiento financiero a congregaciones religiosas, para que puedan invertir su capital cumpliendo con los mandamientos cristianos», señala Miguel Moreno Mendieta.
La empresa de Majadahonda cuenta con 8 empleados y todos los beneficios se revierten en proyectos sociales llevados a cabo por organizaciones cristianas. La principal herramienta que utilizan es Altum Explorer, una aplicación que permite analizar de un vistazo todas las firmas cotizadas del mundo que no cumplen con los valores católicos: porque investigan con células madre, porque toleran el aborto, porque fabrican métodos anticonceptivos, como los preservativos, o porque promueven modelos de familia no católicos, como las parejas homosexuales. «El universo de inversión en renta fija de Altum Faithful es más limitado aún que el de Bolsa. La firma descarta comprar bonos soberanos de cualquier país que permita la interrupción voluntaria del embarazo».
PROHIBIDO INVERTIR EN PAISES «ABORTISTAS» Y EN EMPRESAS «GAYS». «Eso hace que en Europa no pueda adquirir deuda española, ni francesa, ni alemana… Solo en países como Malta, Andorra o Liechtenstein está prohibido cualquier tipo de aborto. Fuera de Europa también podría comprar deuda de Corea del Norte, Madagascar, el Congo, Gabón, Honduras, El Salvador o Guatemala. Por ejemplo, la compañía Disney, que ha estado en los últimos días en el centro de la polémica por incluir un beso entre dos mujeres en su película Lightyear, está fuera del universo inversor católico. En cambio, de acuerdo con los parámetros de inversión de Altum sí que se puede invertir en compañías tabaqueras como Scandinavian Tobacco o Karelia Tobacco, en productores de petróleo o de oro, en empresas de casinos como Penn National Gaming o en compañías de bebidas alcohólicas», concluye Miguel Moreno Mendieta.
Jesús dijo que antes pasaría un camello por el ojo de una aguja que un rico al reino de los cielos.
La respuesta de Barragan a Simòn: Por último: tras una entrevista hablando de dinero, ¿qué le dirá a los que estén pensando en el camello y el ojo de la aguja?–Que en esa visión hay mucho de caricatura, porque cuando Jesús habla del ojo de la aguja, se refiere a dónde está el corazón, si en las riquezas o en Dios. No hay que caer en la hipocresía: todos sabemos que para realizar buenas obras es necesario tener bienes materiales. Dios nos ha dado una serie de dones, materiales y espirituales, y tenemos la obligación de gestionarlo de la mejor manera posible, para que den fruto. Al final, el dinero no es un bien ni un mal en sí mismo; todo depende de cómo lo utilices… y de cómo lo obtengas. En esto sí hay que ser muy cauto y pulcro.