Agentes de la benemérita vigilaron la concentración del Monte del Pilar

RAMON ESPAÑA. «Sexto día consecutivo de concentraciones para protestar contra el Gobierno entre un dispositivo policial. Más de una decena de vehículos policiales ha vigilado el cumplimiento del estado de alarma, en una protesta que se ha realizado también en otras zonas de la capital como Aravaca, Pinar de Chamartín, Chamberí y en otros municipios como Majadahonda«, señala Telemadrid con información de la agencia Efe. Y Laura Sanchís de «El Imparcial» de Luis María Ansón añade: «Desde los balcones, pero también a pie de calle, vecinos de distritos tan heterógeneos como Chamberí, Aravaca, Retiro, Pinar de Chamartín, Méndez Álvaro, Las Tablas, y también de localidades como Móstoles, Majadahonda o Alcorcón, han protagonizado la manifestación más estruendosa desde el inicio del estado de alarma. Las protestas han llegado incluso a la calle Ferraz, donde se ubica la sede del PSOE».


La concentración transcurrió sin incidentes

En Majadahonda fue la zona del Monte del Pilar la que registró más número de concentrados que la Gran Vía, en torno a 300. Bajo la atenta mirada de una pareja de la Guardia Civil, los agentes escucharon lemas como «el pueblo unido, jamás será vencido» y «libertad», que parecían de otro tiempo y otros lares y ahora han sido «remasterizados»: Lo cierto es que el virus está cambiándolo todo y poniendo el mundo del revés. También se escucharon los más habituales de «¡España, España!», más acorde con el gran número de banderas constitucionales. Y las cacerolas como música de fondo, en eso nada ha cambiado desde que se iniciaron en Francia en la década de 1830, al comienzo de la Monarquía de Julio, por parte de los opositores del régimen de Luis Felipe I de Francia, según el historiador Emmanuel Fureix. Más de un siglo después, en 1961, se realizaron en Argelia «las noches de las cacerolas«, en el marco de la guerra de Independencia.


La Gran Vía de Majadahonda registró otra concentración

Las mismas se popularizaron en Latinoamérica (allí se llaman «cacerolazos» y comenzaron en contra del gobierno de Unidad Popular dirigido por Salvador Allende (1970-1973) por el desabastecimiento de productos que se vivía en esa época. Convocadas de boca en boca, al caer la noche, en los barrios más acomodados de Santiago, mujeres y niños salían a los balcones y a los jardines de sus casas para hacer sonar las cacerolas. Posteriormente, tras casi una década de dictadura de Augusto Pinochet, los sectores populares se apropiaron de esta forma de protesta como una manera de evitar la represión en las calles y echaron así a los dictadores de Chile y Argentina. En Buenos Aires, el primer cacerolazo ocurrió el 20 de agosto de 1982, a finales de la dictadura militar. Pero también en democracia: durante la presidencia de Raúl Alfonsín (1983-89) se dieron varios cacelorazos y fueron el fin del gobierno de Fernando de la Rúa cuando se popularizaron como protesta en los sectores urbanos del país.

El centro comercial Monte del Pilar fue el escenario de la protesta

En Venezuela hubo caceroladas contra Carlos Andres Pérez con el famoso «caracazo», Rafael Caldera, Hugo Chavez y Nicolás Maduro, mientras que en Colombia las recibieron Juan Manuel Santos por su reforma fiscal e Iván Duque en apoyo de los agricultores. Y en España fueron «caceroleados» los presidentes José María Aznar, Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. En Cataluña y el País Vasco se han producido caceroladas a favor y en contra de los independentistas y a nivel local han sido convocadas en Madrid contra la corrupción del monarca Juan Carlos I y en Tenerife por temas medioambientales y de vivienda. Brasil, Canadá, Ecuador, Honduras, Islandia, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay han registrado ya un fenómeno que se ha convertido en global y que ha producido incluso un «cacerolazo virtual«: el Kacerolazo Mix inventado por Luis Guillermo Rodríguez.

Majadahonda Magazin