SILVIA ANULA. El CDC Moscardó es un club «histórico» del fútbol modesto madrileño y español del distrito de Usera que, a principios de los años 70 del pasado siglo e igual que el Rayo Majadahonda en la liga 2028-19, tocó el cielo al conseguir debutar en Segunda División. Este domingo 13 de octubre (2024) a las 12 de la mañana visita el Cerro del Espino en un encuentro que le da por esta circunstancia un carácter especial. El Club Deportivo Colonia Moscardó, entrañable y popular conjunto que ahora sobrevive en Segunda RFEF, se estrenó en la categoría de plata en la temporada 1970-71, en la que disputó todos sus partidos como local en un campo de tierra. Una circunstancia que llama la atención. Fundado el 23 de julio de 1945, el CDC Moscardó nació con la pretensión de que los jóvenes de Usera, y especialmente de la Colonia Moscardó, pudieran jugar al fútbol. El cambio estructural experimentado por el barrio en los años 60 provocó el aumento de la masa social del conjunto rojiblanco, que en la campaña 1963-64 celebró su primer ascenso a Tercera. De aquella plantilla de Segunda División, Sánchez Barrios llegó a dar el salto a la máxima categoría, donde defendió dos temporadas la camiseta del Real Madrid, con el que ganó un título de Copa, y otras dos campaña la del Sevilla, recuerda el periodista Jorge Abizanda en el diario ABC. Pero existe otra circunstancia más que lo liga con el Rayo Majadahonda: después del «Plus Ultra» (origen del Castilla), fue el segundo club del entonces futbolista Antonio Iriondo, el legendario entrenador que llevó el club majariego a la división de plata del fútbol español.
“EN BILBAO NO JUGABA AL FÚTBOL, FUI CICLISTA. PERO AL MARCHARME A MADRID LLEGUÉ A UNA CIUDAD SIN AFICIÓN AL CICLISMO. Entonces me puse a jugar a lo que jugaban todos, que era el fútbol. Un buen día, jugando en la plazoleta de mi barrio, se acercó un tío y me fichó para un equipo. Y, a partir de ahí, con 15 años, ya empecé a moverme en ese mundo. Fiché por un equipo que se llamaba Plus Ultra, que luego fue el Castilla, y cuando acabé mi época de juvenil fiché por el Moscardó. En el segundo equipo se me dio bastante bien, marqué bastantes goles en un par de meses y me subieron con los mayores. Ahí es donde empieza mi historia”. Durante su etapa como jugador ya exhibía su forma de concebir este deporte y se preveía que los banquillos le esperaban. Sin embargo, ese paso lo dio antes de tiempo ya que tuvo que colgar las botas de forma inesperada por culpa de un problema cardíaco. Desde sus inicios fue un entrenador rebelde, que apostaba por el caos y la libertad y que aprendió mucho por cuenta propia. “Cuando uno es futbolista se manifiesta del modo que ve el fútbol. Con 28 años dejé el fútbol cuando mejor estaba y me dediqué a entrenar. Me inspiró muchísimo la Brasil de los 70, quería que mis equipos jugaran de esa manera. Desde el principio, he sido bastante autodidacta, aprendí mucho en los cursos de entrenadores, pero siempre fui rebelde ante las cosas que te enseñaban como dogma. Traté en todo momento de verlo como yo lo veía por dentro. Así empecé como técnico y así estoy terminando» recuerda al periodista Pablo Marcos en la revista «Panenka»
Y EN EFECTO, NACIDO EN MOSCÚ DE PADRES REFUGIADOS ESPAÑOLES DURANTE LA GUERRA CIVIL del siglo XX, Iriondo volvió a España con cuatro años. Su trayectoria como jugador se limita a categorías inferiores del fútbol profesional, destacando como algunos de estos clubes el CDC Moscardó, en el que con 17 años debutó. El origen de su nacimiento ha hecho que a Iriondo se le conozca como «el ruso» en el fútbol madrileño, «un apelativo que no cambia lo que eres. Tanto allí como aquí he sido siempre español. Lo del apodo también tiene su historia: «Comenzaron a llamarme «el ruso» cuando debuté en Tercera División como futbolista. tenía 19 años y estaba en el Moscardó. El club publicaba un boletín en el que se incluían biografías escuetas de sus jugadores. Ese día salió la mía, en la que se reflejaba que nací en Moscú, marqué dos goles, se le dio bombo y me quedé con el ruso», declaraba al diario AS.
AUNQUE SÓLO ESTUVO EN LA CAPITAL RUSA DURANTE 3 AÑOS, SUS PADRES ESTUVIERON DESDE 1937 HASTA 1957, AÑO EN EL QUE PUDIERON REGRESAR. El periodista Samuel Galicia en el diario «Marca» amplía algo más esta circunstancia: «Antonio Iriondo nació en Moscú el 3 de noviembre de 1953 y es uno de los hijos de los niños que tuvieron que abandonar España tras el estallido de la Guerra Civil. Salieron de España siendo niños y volvieron casados y con un hijo. «Durante la Guerra Civil de España se produjeron bombardeos en el norte, no sólo en Gernika, sino en mucho sitios más que no han recalado tanto. Para salvaguardar a los niños de las garras del conflico, se les puso a salvo enviándoles al extranjero. Algunos se fueron a Francia, otros a Latinoamérica, y a mis padres les mandaron a Rusia porque la relación de España, todavía republicana, con la URSS era buena», explica Antonio Iriondo al diario Marca. Tras finalizar la Guerra Civil sus padres querían regresar, pero no pudieron».
«LA II GUERRA MUNDIAL HABÍA COMENZADO. «No podían volver porque luego estalló la II Guerra Mundial. Cuando se acabó esa guerra tampoco pudieron volver porque las relaciones de la Unión Soviética con la dictadura de Francisco Franco eran nulas. Esos niños que se fueron entonces ya no eran niños, sino jóvenes. Mis padres se conocieron allí, se emparejaron y nací en Moscú, aunque sólo estuve allí tres años», declara el técnico del Rayo Majadahonda.Eso sí, a pesar de haber vivido en el extranjero durante tan poco tiempo, el apelativo de ruso nunca se ha separado de su figura. «Comenzaron a llamarme ‘el ruso’ cuando debuté en Tercera División como futbolista con 19 años en el Moscardó. El club por aquel entonces publicaba un boletín en el que se incluían biografías escuetas de sus jugadores. Esa temporada también salió la mía, en la que se reflejaba que nací en Moscú, marqué dos goles, se le dio bombo y me quedé con el ruso», concluye Antonio Iriondo.