Fallecimiento de Guillermo Cabeza: «los niños lo adoraban», dicen en la comunidad escolar y deportiva

MANU RAMOS. Más de 300 personas despidieron al profesor de música y ajedrez, Guillermo Cabeza Hernández, fundador y director de la escuela “Música con Cabeza” ubicada en la calle Gaztambide de Madrid, que falleció este viernes 5 de noviembre (2021) a las 16.00 horas en un trágico accidente cuando su bicicleta fue arrollada por un turismo en la carretera de Villanueva del Pardillo a Majadahonda. Guillermo, muy apreciado entre su familia, amigos, padres y alumnos, vivía ahora en Las Rozas, tenía 48 años y era soltero aunque deja familia y amigos en tanta magnitud como ahora su sepelio ha evidenciado. Y es que su fallecimiento ha provocado una auténtica conmoción en el mundo de la música y el ajedrez, actividades en las que era profesor, habiendo ejercido en el Colegio Zola. “Descansa en paz, Guillermo. Ha sido un mazazo para la familia del Zola. Como ayer decía una mamá, Guillermo era un amor”, escribía una de las madres, mientras que en la escuela “Música con Cabeza” el panorama era igualmente desolador: Guillermo es «Guille» para unos y «Wil» para otros, pero es además el director y fundador de la escuela. Aparte de sus dotes para la enseñanza, posee otros nada desdeñables talentos como el de ser uno de los peores jugadores de ajedrez federados en España o ser capaz de mover las orejas», escribían siguiendo su proverbial sentido del humor. «Pero por encima de todo ello, está su superpoder: es capaz de chasquear los dedos más fuerte que unas castañuelas fenicias. Puedes haber visto su trabajo, su bajo, o su contrabajo junto a Lou Bennet, Los Diablos Rojos, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Rosana o Tamara, así como tocando por algún punto de España con diversas orquestas sinfónicas«. Incluso fue objeto de una entrevista que ya anticipaba su carácter tan original y genial: «Es único, diferente e inimitable. Es Guillermo Cabeza, nuestro coordinador ambulante, dispuesto a recorrer España de punta a punta para ponerse al frente de los campamentos de ajedrez y artes escénicas de Aula Joven. Este verano estará en Celorio y hasta allí lo seguirán unos cuantos de sus seguidores incondicionales. Nosotros que lo conocemos, entendemos porqué. Si quieres saberlo tú también, no tienes más que leer su entrevista«.

Su sentido del humor era proverbial

OBITUARIO. MJD Magazin ha podido pulsar numerosos testimonios de dolor en el mundo de la enseñanza y el deporte, ya que además del ajedrez también practicaba el ciclismo amateur, por lo que en el club ciclista Foxil Team de Villanueva del Pardillo también están conmocionados. Y uno de las más sentidos obituarios ha sido el de su amigo y compañero David Martínez: «Esta madrugada me enteré del fallecimiento de Guillermo Cabeza, una grandísima persona con la que tuve el placer de trabajar muy de cerca durante años y que deja una huella imborrable en todos los que conocimos. Sirva este artículo como recuerdo imborrable del gran Will. Guillermo (entre el Fo y María Rodrigo) en la inauguración de la sede de «Ajedrez con Cabeza» de su gran amigo Pedro (entre Sabri y Divis). Solo el Fo podía competir con ese pelazo. Corría el año 2007 cuando a finales de verano me llegó un email de la Federación Madrileña de Ajedrez donde decían que buscaban un profesor de tecnificación en el colegio Zola, en Villafranca del Castillo. En aquellos años apenas estaba llevaba un año como entrenador de ajedrez (de María Rodrigo y David Antón) y me dio por escribir, no muy convencido, para ver si encajaba. Sin duda fue una de las grandes decisiones de mi vida».

Tocó con Lou Bennet, Los Diablos Rojos, Alejandro Sanz, Bosé, Rosana o Tamara

«Un día más tarde me encontré con Guille en un bar de la céntrica calle Hortaleza, donde él vivía, y de aquella «reunión» de trabajo, que terminó de madrugada, surgió una grandísima amistad. Guille era un músico, que trabajaba como profesor de música en el Zola pero que había empezado a impartir, con gran éxito, ajedrez en los recreos. Era tan extrovertido y genial que con el que no parabas de reír. En aquella conversación ya me di cuenta que era tan profesional como divertido y cuando le vi interactuar con los niños ¡qué carisma! Los niños le adoraban y él les transmitía su pasión por el ajedrez. Cada clase era una fiesta muy bien preparada y pensada. Durante las semana no parábamos de escribirnos pensando cómo enfocar las clases, qué trabajar, algunas ideas locas y luego en un ambiente fantástico, tanto con los chavales como con sus familias, les hacíamos trabajar duro de forma tan entretenida que fluía natural. Guille se inventó el «Zelo», un Elo del colegio (mezcla de Elo y Zola), que cambiaba cada semana ¡y no tenía tanto que ver con los resultados!», añade.

Más de 300 personas en su despedida

«El Zelo cambiaba según la actitud de los chavales, que fueran haciendo tareas, cumpliendo con objetivos tales como resolver un número de ejercicios o jugar correctamente una partida. Siempre me inspiró su forma de hacer las cosas y aprendí muchísimo de cómo trabajar divirtiéndome ¡solo estar con él motivaba!. Nuestro sueño de aquella primera reunión de 2007 se quedaron muy cortos. Allí se formó un grupo de chavales que lo pasaban muy bien y además jugaban de maravilla, recuerdo el 8 de 8 de Pablo Corredera en el campeonato de Madrid sub10 de 2009, los buenos resultados de Esther, David, Jorge, Marquitos y, por supuesto, la gran Cecilia Guilló, a la que Madrid se le quedó pequeña para lograr varios campeonatos de España (incluso un año en dos categorías diferentes) y un campeonato del mundo de ajedrez rápido sub16. Guille no paraba de hablar de sus chavales y los quería muchísimo ¡cómo disfrutó con ellos!», prosigue.

Revolucionó el mundo del ajedrez con su «Zelo» y la escuela de padres

Y concluye: «Prácticamente en todas las conferencias que he dado sobre entrenamiento he explicado cosas que aprendí aquellos años con Guillermo ya fuera en el Zola o viéndole montar un circuito de torneos para niños donde todos recibían medalla (¡siempre me insistía que todos los niños debían volver con la alegría de haber participado!). Guille fue capaz de que incluso los padres que no sabían jugar acabaran jugando torneos y amando el ajedrez. Creó en 2013 «Ajedrez con Cabeza» y más tarde «Música con cabeza» ¡sin olvidar sus campamentos! ¡Qué bendita locura! Más de 100 niños divirtiéndose y aprendiendo en un ambiente tan natural como bien pensado. Esa era la clave. Todo parecía improvisado pero él me explicaba el «número» que iba a hacer en el comedor tirándose las jarras de agua encima ante el alboroto, sorpresa y delirio de todo el campamento. Adoraba acudir a sus charlas nocturnas con los monitores y aprender de ellas. Me quedo con una frase: «Que haya salido bien no significa que esté bien hecho«. Siempre, con el máximo cariño y diversión, insistía en hacer bien las cosas. Cumplió sus sueños y nos enseñó a todos cómo cumplir los nuestros. Descansa en paz Will y líala muy gorda allá donde estés. Pronto me tomaré unas cervezas (o Aquarius) con Pedro en tu honor y te recordaremos toda la vida. Gracias por tanto».

Majadahonda Magazin