ALBERTO CORBACHO. En la última década se han añadido a la lista de especies presentes en los municipios periféricos de la ciudad de Madrid dos especies que no deberían estar presentes por ser oriundas de dos regiones completamente alejadas: la cotorra de Kramer Psittacula krameri y la cotorra argentina Myiopsitta monachus. La primera es una especie originaria de las sabanas y bosques secos de África y la India, mientras que la otra es una especie propia de las praderas del Sureste de Sudamérica. Y la pregunta es, ¿cómo puede ser que dos especies propias de zonas tan distantes hayan acabado en Madrid (o en Majadahonda)?
La respuesta es por irresponsabilidad. Estas especies son mascotas populares, por la fama que tienen los loros como aves parlantes. Lo que muchos propietarios de estas aves no saben son los delicados cuidados que requieren, y tras ver que el loro defeca, pica, lo destroza todo… muchas veces, pecando de buena fe, las soltaban, pensando que iban a estar mejor (esto no quiere decir que los culpables son los propietarios de loros, podemos aplicar esto mismo a perros o gatos, que son también abandonados por dueños irresponsables). Y una vez que se sueltan, es cuando comienza la catástrofe, aunque a diferencia de otras especies invasoras (como el galápago de Florida o el visón americano), las cotorras solo nos afectan a nosotros.
Por otro lado, la cotorra de Kramer sí que es una especie invasora y muy competitiva, especialmente con los animales que emplean los huecos de los árboles como refugio. Si la cotorra argentina construye sus nidos, la cotorra de Kramer se limita a usar los huecos de los árboles, expulsando de los nidos a murciélagos, pájaros carpinteros e incluso autillos (una especie de búho pequeño). Cualquiera que tenga un loro en casa o que haya visto alguno en vivo sabrá la fuerza que tienen esos picos, que no dudan en usar para expulsar (o incluso matar) a dichos ocupantes. Uno de los casos más llamativos fue el de la ciudad de Sevilla, donde las cotorras de Kramer acabaron con la población de nóctulo gigante, el murciélago más grande de Europa y uno de los más amenazados, que encontraba en Sevilla su mayor población hasta la proliferación de las cotorras.
¿La solución a estos problemas? Con la cotorra de Kramer, por sus hábitos, no nos queda más remedio que acabar con sus poblaciones mediante el control de animales. Es escoger entre ella o la inmensa variedad de especies que está destruyendo. Con la cotorra argentina nos podemos permitir ser algo más benevolentes. Afortunadamente, el método de cría que tienen, es decir, mediante la construcción de nidos, nos permite (en caso de no querer tomar medidas drásticas) no tener que matar aves para controlarlas. Si los nidos son destruidos todos los años y no se permite a las aves criar, no se producen nuevos nacimientos. Y paulatinamente las cotorras irían envejeciendo hasta que no puedan reproducirse. Espero que los lectores de MJD Magazin hayan conocido un poco más a estas aves, que sepan ahora de dónde han salido y cómo atajar un problema. Y es que ya saben el viejo aforismo: «para derrotar a un enemigo, tienes que conocerlo».
Son una plaga. Los Pinos están repletos
Colonización…. Do you remember that?
No es fácil, yo tenia en mi casa en Boadilla 2 nidos de argentinas en un cedro, entre 15y 20 m de alto.
Quitamos los nidos, y los volvieron a hacer, mas arriba, y eso vale dinero.
Mejor que no les guste tu casa.
Ikram Nejmi los que vimos el otro día 🤔
Fatima Ezahra Sabih Chtouk si, ves fue esto lo que te dije
Por que no se destruye El? Si eso es parte de la naturaleza ellos no nos invaden nosotros fuimos los que los invadimos a ellos. En que le afecta a él que habiten en los pino y árboles de Majadahonda!
Hace 15 días en un paseo por el campo de Majadahonda, concretamente al lado del Parque de Dª Consuelo, mi nieto y yo vimos un saga pedo de unos 10 cms y mi nieto me dijo, «Mira que amantis religiosa más grande» y le dije no parece una amantis, es más bien un saltamonte gigante pero mucho más grande y muy raro, pero hoy al ver la fotografía de la noticia de la especie en extinción, he reconocido al ortótpero, volvere con mi nieto para ver mas y fotografiar al insecto.