ALEJANDRO SALVADOR. Cada vez hay más personas que creen estar despertando la conciencia porque tratan de ocupar el día haciendo yoga, pilates o cualquier otro tipo de ejercicio físico, leen libros, escuchan música, ven televisión a tope, se conectan a cualquier historia on line o se graban videos haciendo el ganso y de lo único que están siendo conscientes es de lo largo que puede llegar a ser un día cuando no tienes ninguna obligación. Esto es lo que nos está ofreciendo este encierro, cuando seguimos empeñados en vivir en modo ego. Despertar la conciencia es todo un proceso que comienza por pararse frente al espejo en la soledad mas absoluta, respirar tranquilamente y preguntarte: ¿quien soy?, ¿por qué estoy en este mundo?, ¿por qué me pasa lo que me pasa?, ¿soy plenamente feliz?, ¿de qué depende en realidad la felicidad?, ¿qué es lo verdaderamente importante de esta vida?…


Alejandro Salvador

Son preguntas que todos debiéramos hacernos y si no alcanzamos a obtener las respuestas adecuadas, sería muy bueno que acudiéramos de alguna manera a algún terapeuta espiritual que nos indique el camino que habremos de recorrer y la manera de recorrerlo. En los últimos tiempos hemos creído estar despertando la consciencia porque hemos empezado a cuidarnos más fisicamente, acudiendo a todo tipo de gimnasios y centros para fortalecer nuestro cuerpo. Incluso hay quienes se han informado de como alimentarse e hidratarse mejor, pero todo para el cuerpo físico, aunque algunos también han aprendido a tener una mente más positiva. Pero qué poquitos se han detenido a escuchar su alma y a tratar de sanar sus heridas más profundas, atendiendo a su parte espiritual. Y es por esta razón: porque nos hemos estado autoengañando creyendo que estábamos avanzando hacia la Consciencia de unidad, cuando cada día nos estábamos alejando más los unos de los otros por culpa de vivir de puertas hacia fuera, tratando de impresionar a los demás con nuestros cuerpos esculturales, nuestros vehículos potentes, nuestras maravillosas casas y estupendas ropas de moda y demás cosas para aparentar no sé qué.

Ahora, nos toca vivir de puertas para adentro, nunca mejor dicho, a ver si somos capaces de impresionarnos a nosotros mismos, solo que esta vez va a ser difícil impresionarnos con cosas materiales que no podemos lucir ante los demás. Ahora toca frenar el autoengaño y ser honestos con nosotros mismos y dedicarle tiempo a nuestra alma y al cuerpo y la mente lo justito, a ver si de una vez por todas dejamos de vivir de las apariencias y mostramos nuestro corazón al mundo, sin tanta envoltura superflua. Y estoy seguro que el mundo será un lugar mejor al que valdrá la pena asomarse. Pero hasta que eso pase, por favor, dejar de llamar la atención de manera tan pueril en las redes sociales para que se note que estamos por la labor de despertar de verdad nuestra consciencia. Gracias. Para contactar con el autor pinche aquí.

Majadahonda Magazin