ANA ELLIOTT. Llevamos 44 días confinados en nuestras casas para hacer frente al coronavirus. Estamos haciendo entre todos, y muy especialmente nuestros profesionales sanitarios, las fuerzas y cuerpos de seguridad y los trabajadores de servicios esenciales, un esfuerzo inmenso para vencer a un enemigo que ha trastocado por completo nuestras vidas y las de nuestras familias. Estas semanas el miedo y la incertidumbre nos han sobrevolado a todos y, en realidad, todavía no tenemos garantías de cómo afrontaremos el futuro durante la fase de desescalada. Por eso, los representantes de los ciudadanos tenemos un papel esencial en un momento como este: tomar decisiones que nos permitan mejorar la situación y, al tiempo, transmitir confianza a los ciudadanos, ofreciéndoles transparencia y honestidad en la gestión.


Ana Elliott

El alcalde de Majadahonda anunció en sus redes sociales que su proyecto (el del Gobierno PP-Vox) para reactivar la economía de Majadahonda consistía en un plan de inversiones y una «histórica operación asfalto» en la que invertirían 4,5 millones de euros. Estoy segura de que al leerlo los vecinos se llevaron las manos a la cabeza. ¿Es la construcción un sector estratégico en nuestra ciudad? ¿Puede el alcalde garantizar que el impacto económico del proyecto incidirá directamente en Majadahonda, al tiempo que cumplirá con la Ley de Contratos española y la regulación europea en materia de competencia? ¿De verdad piensa resolver la situación económica de los majariegos imitando a Zapatero en su fallido «Plan E»?

Majadahonda no es una ciudad industrial, sino una ciudad residencial, en la que nuestro pequeño comercio, la hostelería y los servicios tienen un grandísimo peso en la generación de riqueza. Además, el alcalde de Majadahonda no puede asegurar que los 4,5 millones de euros previstos en la operación asfalto tengan un impacto directo sobre empresas o vecinos de la ciudad ya que la Ley de Contratos del Sector Público impide elegir a una constructora por el mero hecho de tener su sede en Majadahonda. Su anuncio escondía una gran mentira a los vecinos: el plan de asfalto nunca ha sido un proyecto de reactivación económica específica tras la crisis del COVID19. En realidad, no es más que una iniciativa derivada del Programa Regional de Inversión (PIR) y que el gobierno municipal tenía pendiente desde 2016, con un retraso que ha estado a punto de provocar que Majadahonda perdiera más de 4 millones de euros en inversiones.

Y es que el PIR tiene dos límites: el primero consiste en que la mayor parte de los fondos tiene que destinarse a financiar obras o infraestructuras como efectivamente es, por ejemplo, el asfaltado, pero no es posible destinarlo a financiar programas de ayudas al tejido productivo. Aun así, si lo que se quiere es reactivar la economía de Majadahonda, ¿de verdad la inversión más importante en infraestructuras es cambiar el asfalto? Además, hay que tener en cuenta, que el PIR permite que los ayuntamientos desembolsen solo el 10% de los proyectos financiados, siempre y cuando deleguen su gestión en la propia administración autonómica. Es decir, de los 4,5 millones de inversión que se atribuía el alcalde en su operación asfalto, más de 4 millones vendrían de la Comunidad de Madrid.

Aún falta añadir la segunda condición, que es probablemente la más crítica, el plazo: los ayuntamientos tenían hasta el 30 de marzo para presentar las actuaciones que quisieran incorporar al PIR. Significa que, de no ser por la suspensión de plazos administrativos derivada del Estado de Alarma, el gobierno municipal PP-VOX probablemente habría llegado tarde y en Majadahonda habríamos perdido más de 4 millones de euros en inversiones de la Comunidad de Madrid. Por tanto, como portavoz del Grupo Municipal Ciudadanos en Majadahonda me alegro de que, aun al límite, se haya evitado esa pérdida de inversión para nuestra ciudad. Y, sobre todo, me alegro de que una vez resuelto el aprieto en el que Ustarroz se había metido, el Gobierno Municipal esté centrado por fin en las medidas de reactivación económica para el empleo y el comercio de nuestra ciudad que desde Ciudadanos llevamos semanas pidiendo. Esto sí será positivo para la reactivación económica de Majadahonda. Solo quiero terminar con una petición a nuestro alcalde que estoy segura de que comparten los vecinos de Majadahonda: por favor, no vuelva a mentirnos. Circunstancias excepcionales como las que estamos viviendo nos ponen a prueba a cada uno de nosotros individualmente, pero sobre todo someten a evaluación la calidad de las instituciones democráticas. En Ciudadanos lo exigimos en Majadahonda, al igual que estamos haciendo en toda España: de ahora en adelante trátenos a los ciudadanos como adultos y diga la verdad, Sr. Ustarroz.

Majadahonda Magazin