EMILIO PACHECO*. Cuento de Navidad desde Majadahonda: “Santa Vs Magos”. Érase una vez, la Nochebuena de 2024 en que el planeta Tierra brillaba con billones de luces. Mientras tanto, en su preciosa casa de Laponia, Santa, se había vestido con su tradicional uniforme rojo ribeteado de blanco, a juego con esa barba que le confería el consabido aspecto de antiguo obispo bonachón. Salió por los aledaños a pasear y admirar las refulgentes estrellas. En su enorme casa reinaba una actividad frenética a cargo de un numeroso grupo de elfos y duendes que fabricaban y empaquetaban regalos para guardarlos en los sacos mágicos de Santa Claus –como ellos llaman a Papá Noel– pues en pocas horas, esa misma noche, comenzaría el reparto a todos los niños del mundo. Uno de los duendecillos conocido como “Travieso” aprovechó a escondidas para tomar unos tragos de licor de lakka, el aguardiente de moras preferido de Santa, quien de vez en cuando empina el codo para sobrellevar los rigores invernales, no así los duendes y elfos que beben lakka 0,0 por prescripción de Elrond, el jefe de los elfos. Travieso, eufórico, roció con un par de jarras de dicho licor las hierbas, helechos, hojas de abedul y hongos con que los elfos alimentaban a los renos. Al poco rato de haber ingerido las hierbas, Rodolfo, el reno guía del trineo mágico, bramaba y bailaba de contento al igual que sus compañeros de tiro Trueno, Relámpago, Juguetón, Cupido. Cometa, Brioso, Bailarín y Acróbata El duendecillo Travieso, escondido tras la puerta de la cuadra, sonrió al haber conseguido su objetivo de liarla parda una vez más.
SANTA CLAUS SE PREPARÓ PARA INICIAR EL VIAJE EN SU ELEGANTE TRINEO y había encomendado a Elrond, el jefe de los elfos, organizar el viaje de Nochebuena: el trineo, los renos, los sacos de los regalos, todo debía estar a punto. El eficiente Elrond observó que Rodolfo, el reno guía, lucía su nariz demasiado roja, un tanto brillante y luminosa y al igual que el resto de los renos asignados al trineo se notaba ciertamente intranquilo, pero Elrond no dio importancia a este hecho, enganchó los renos con sus variopintos arreos al mágico trineo cargado de regalos y lo colocó en posición de salida. Enseguida tocó la campanilla de inicio de macha y elfos y duendes acudieron a formar pasillo para despedir a Santa Claus. Santa, con exultante alegría miró a todos con satisfacción y agradecimiento por el excelente trabajo realizado, montó en el trineo, se ajustó el cinturón mágico, arengó a los alegres renos y tirando de las riendas gritó: ¡JO, JO, JO, JO! Iniciando Rodolfo, el reno guía, el despegue galáctico en singular vuelo-galopada para recorrer el mundo en pos de tejados y chimeneas. Eran aún las 20 horas del día 24 de diciembre.
PERO NO SERÍA UN VIAJE FELIZ. RODOLFO, EL RENO GUÍA, al estar algo azumbrado debió ajustar erróneamente el rumbo y comenzó a ver doble y a zigzaguear sin control, golpeándose el trineo con la basura espacial y con algunos de los satélites artificiales que encontraba en su camino en la órbita baja terrestre. Pero claro, el trineo mágico salía indemne de los porrazos, no así los dichosos satélites que iban quedando maltrechos y averiados de pronóstico reservado. Santa, no conseguía de Rodolfo, por más que lo increpaba, enderezara el sinuoso rumbo. Observó las luces de la Tierra apagarse a cada golpe de satélite y se llevó las manos a la cabeza: la habían liado parda los despistados renos, sin duda. ¿Qué les estaba ocurriendo a sus infalibles renos? ¿Qué hacer ante tamaño desatino?, se dijo.
EN TODOS LOS PAÍSES SURGIERON APAGONES POR DOQUIER. DONALD TRUMP recurrió a la Nasa y a su gurú Elon Musk –que informaron tener averiados la totalidad de sus 7000 satélites- para solucionar el problema de la luz y las comunicaciones pero el oráculo de moda solo acertó a decir: “no fucking idea” y añadió: “lo único que puedo decir es que más de la mitad de los 28.000 satélites que circundan nuestro planeta vagan por el espacio cual chatarra”. La gente no paraba de preguntarse por las causas del apagón, nadie sabía la explicación, ni siquiera Amazon, ni tampoco la Agencia Espacial Europea. Cortylandia, a oscuras, Rockefeller Center a oscuras, los árboles de Navidad de las plazas públicas a oscuras, la ciudad de Vigo a oscuras, la Gran Vía de Majadahonda a oscuras, en San Ginés de Madrid tuvieron que dejar de hacer churros y chocolate…
CESARON LOS MOSCARDONEOS DE LOS WHASSAP, instagram, tic-toc, emails; los smarfhones quedaron inservibles y sus dueños, atolondrados, con cara de ¿Y ahora qué? Estaban cariacontecidos; las cadenas de televisión y de radio no recibían noticias ni podían retransmitir comunicación alguna; los aeropuertos quedaron inactivos; no podían tampoco los satélites predecir o enviar información sobre climatología. Por doquier afloraron velas y linternas; policías y bomberos inundaron las calles de las ciudades. Poco a poco la gente se sintió presa por la zozobra, la incertidumbre y la catástrofe al haber quedado inutilizados miles de satélites artificiales en órbita terrestre sin saberse la causa, satélites que facilitaban las comunicaciones y también la puesta en marcha de las centrales eléctricas. Los bomberos de China pensaron alumbrar las calles con drones pero el fabricante DJI no tenía suficiente stockaje. En Montiel, tuvieron una genial idea, pusieron faroles de aceite y torcía a la puerta de las casas.
MAS NO ERA NOCHE PARA DERROTISMO, ALGUNA SOLUCIÓN HABRÍA. En muchos pueblos algunos vecinos recurrieron a salir a la calle a cantar villancicos con zambomba y pandereta a la luz de linternas y faroles, portando un saco de polvorones y mazapanes para endulzar las penas y unas botellas de anís con que suavizar los gaznates, no en vano era Nochebuena. Los niños ponían sus peticiones en una tarjeta en el árbol de Navidad, el árbol de los deseos, pidiendo a Papá Noel les trajera la luz, otros lo hacían al pie de los Reyes Magos en el tradicional Belén casero dejando turrón de chocolate para los golosos camellos. Y Santa, que todo lo ve, ante este confuso y desolador panorama gritó al reno Rodolfo para detener el accidentado viaje y volver grupas urgentemente a Laponia. Allí echó una dura reprimenda a Rodolfo, el reno guía, si bien el duendecillo Travieso confesó ante todos su “inocente” travesura narcotizadora de los renos. Santa, a modo de ejemplar castigo, le obligó a pintarse cada oreja de un color diferente para recordar a todos las consecuencias tan catastróficas de ciertos actos inapropiados, e invitó a elfos y duendes a buscar una solución rápida para recomponer el desbarajuste infligido a los satélites y a la Tierra.
PERO ELFOS Y DUENDES NO DIERON –A PESAR DE SU INCREÍBLE INGENIO- CON UNA SOLUCIÓN VIABLE A CORTO PLAZO. Únicamente “Loky”, el elfo más longevo, propuso a Santa Claus se reuniera con los Reyes Magos de Oriente, que para eso eran magos, pues a pesar de la sana competencia que había entre ellos en tiempo de Navidad quizás propusieran alguna solución provisional o definitiva para recomponer los satélites a su estado original. Entretanto, V. Putin, con la cara agria de costumbre, paseaba por el Kremlin entre centenares de velas encorajado por no poder continuar con su juego de la sanguinaria guerra. Benjamin Netanyahu, a regañadientes, tuvo que cesar también sus terribles bombardeos. La Organización de Naciones Unidas estaba también a oscuras, como de costumbre. Millones de luces de las compañías chupasangre seguían apagadas y la actividad de los aeropuertos y estaciones de tren suspendida…Algo bueno –según observaba Santa que todo lo adivina- estaba ocurriendo en la Tierra por culpa del duendecillo Travieso…pensó Santa., pero se dijo: “Manos a la obra, porque los niños del mundo no pueden quedar sin regalos en Nochebuena”… y, a escape, emprendió viaje relámpago de visita a los Reyes Magos.
ESTA VEZ, RODOLFO, EL RENO GUÍA, CON UN CUBO DE CAFÉ ENTRE PECHO Y ESPALDA, al igual que sus ocho compañeros de tiro, cuando eran las 22 horas del día de Nochebuena, guiaron el trineo con rumbo certero y Santa llegó a Oriente, a la ciudad fantasma de Babilonia, aparcó su trineo frente a un recóndito y suntuoso palacio en cuya puerta los Reyes Magos Gaspar, Melchor y Baltasar lo recibieron efusivamente: “Sabemos lo que te trae, Santa Claus/San Nicolás, y para tu tranquilidad hemos de decirte que tenemos la solución. Ningún niño de este mundo quedará sin su regalo y no dudes que esta noche será la Nochebuena más luminosa de nuestra vida, por otra parte ya excesivamente longeva. Vuelve a Laponia, carga tu trineo con los regalos y ponte a la faena, y sobre todo no refunfuñes cuando te manches de hollín en las chimeneas. En breve verás una señal inconfundible en el cielo. Ésa será la señal de que todo volverá a la normalidad. Has de saber que no te tenemos envidia ni celos porque muchos niños te prefieran a nosotros. Adiós!, compañero, gracias por recurrir con humildad a nuestra poderosa magia y no olvides quiénes te sacaron las castañas del fuego, Santa. Que Dios te bendiga”
SANTA, NO CONTESTÓ, SOBRABAN LAS PALABRAS, SONRIÓ Y COMPRENDIÓ, se rascó la blanca y rizosa barba, se inclinó ante los Reyes Magos, subió al trineo, le arrimó un tiento a su bota de piel de reno llena del aguardiente lakka, su licor preferido, grito su consabido Jo, Jo, Jo, Jo, los renos bramaron animados, y desapareció raudo. Al poco una enorme estrella con una larga y refulgente cola apareció en el cielo, surcó el espacio a la velocidad del rayo y su polvo galáctico reparó de inmediato los miles de satélites artificiales averiados. Santa sonrió feliz. El satélite Iridium se deslizaba difundiendo con su potente altavoz el villancico “Noche de Paz”, otro tanto hizo el satélite Galileo con el “Tamborilero”, el SpaceX hacía sonar “Feliz Navidad”, y el Astra difundía “Los peces en el río”, todo un jolgorio espacial. En un instante la Tierra se iluminó de nuevo con millones de luces. En Vigo, ciudad de España, un tal Abel Caballero, se santiguó y fue el primero en anunciar por televisión: “loado sea Dios. Merry Christmas” y trillones de whatsapps comenzaron a dar la consabida lata. Un reloj dio las doce campanadas de la Nochebuena mientras una niña arropaba feliz a su gatita Nube. La estrella fugaz especialmente luminosa alumbró al mundo, un mundo nuevo sin guerras, inundado de paz y buenas intenciones. En todas las casas reinó la alegría de la Noche de Dios alrededor del árbol de Navidad y del Belén del Niño, cuya estrella, desde hace más de dos mil años alumbra al mundo con su cálida e inigualable Luz. Y colorín colorado este cuento se ha acabado. ¡FELIZ NAVIDAD!
*EMILIO PACHECO es escritor/ dramaturgo. Navidad 2024 #emiliopchecosanchez .
Buenísimo
Un cuento que merece una reflexión a nivel mundial, estamos en manos de personas sin escrúpulos que pueden hacer el cuento una realidad para el mal, por lo tenemos que confiar en la mágica noche de Navidad y de la de los Reyes Magos de Oriente Feliz Navidad y hagamos un mundo mejor para que todas las personas puedan disfrutar de una vida digna y feliz con seres queridos FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO
Muy oportuno el cuento para recordar que la Navidad existe porque una vez en Belén de Judea nació un niño largamente anunciado con la misión de redimir todos los pecados de la Humanidad. Y que un par de semanas más tarde llegaron unos reyes no sé si magos o no para ofrecerle unos regalos muy simbólicos: Oro como a rey, incienso como a Dios y mirra como a hombre. Y desde entonces en esa fecha traen regalos a muchos niños del mundo.
No veo porque los ha salido ese vejete nórdico como competidor de traer regalos en Navidad, adelantándose a los Magos e ignorando a Jesús.
No me extrañaría nada que fuera fruto de una estrategia comercial de los que venden juguetes y muchas otras cosas -no hay más que ver las insoportables campañas televisivas que nos invaden-.
Que el hombrecillo nórdico se quede entre las nieves de quienes lo inventaron pero que no venga aquí con ínfulas de sustituir a Jesús, oscureciendo la Tierra como en el cuento.
Bellísimo! Admiro tu pluma y tu sensibilidad. Gracias querido Emilio y Feliz Navidad
Que cuento más bonito!
Da gusto leerte. Ojalá fuera la Navidad como la describes tú.
Un cuento…..muy ingenioso, genial y bellísimo.
Describes, Emilio, con gran habilidad las contradicciones, maldades y errores que el mundo está cometiendo contra sí mismo.
Y….has sabido dibujar con gran ironía una fotografía clara la gestión tan mala qe hacen grandes mandatarios de países.
Y…..le muestras y enseñas a la Humanidad el camino hacia la solución a través de los grandes símbolos de la Navidad.
ENHORABUENA…..
Por este cuento de Nochebuena.
Excelente.
Abzs