Situación inédita: atascos en Majadahonda por los controles. ©Juan Carlos Lucas

LIDIA GARCIA. Un reportaje en El Mundo de la periodista Ana del Barrio recoge el desconcierto suscitado en Majadahonda y Villalba por la confusión que están originando las medidas adoptadas por la Comunidad de Madrid para garantizar el confinamiento: «Majadahonda es otra de las localidades que estrenó las nuevas medidas, ya que los contagios se han disparado en este municipio del oeste, cuya tasa de incidencia de 745 casos por 100.000 habitantes ya supera a la de Vallecas. La incertidumbre reinó entre la población y algunas mamás no sabían dónde podían hacer la compra: «Entonces, ¿a qué Mercadona puedo ir ahora? Me dicen que el de Monteclaro está confinado y sólo puedo ir al del Sexta Avenida, que es Madrid. ¡Qué follón!», se pregunta Mercè Perramón.


Ana del Barrio

«Municipios como Guadarrama, Collado Villalba, Manzanares el Real, Majadahonda o Pozuelo forman parte de las 32 zonas básicas de salud que comenzaron su confinamiento perimetral para frenar el avance del coronavirus. El despiste que hubo en Carabanchel el primer día del funcionamiento de las medidas se repitió en Collado Villalba. El desconcierto de los ciudadanos no entiende de barrios ni de puntos cardinales. «Estoy bastante despistada. No sé si se puede subir o bajar», aseguró una señora. El enfado también es generalizado. Da igual si estamos en un municipio de la sierra, rodeado de chalés, que en una calle estrecha abarrotada de bloques de pisos. «Esto es un despelote. No hacen caso al pueblo y están fastidiando a los médicos y a la población. Ahora ya no te repiten las pruebas PCR. Si das positivo, a los 10 días vuelves a trabajar, pero a lo mejor sigues siendo positivo y estás contagiando a todo el mundo. Pero están recortando las PCR», se quejó Sonia.

MAJADAHONDA: TERRAZAS VACÍAS: «Las habitualmente abarrotadas terrazas de la Gran Vía majariega estaban desiertas, aunque algunos lo atribuían más a la bajada de temperatura que a los confinamientos. «Lo único que hace que la gente no salga es el frío», sostiene Segundo García, un jubilado sentado en un banco. «La terraza tendría que estar llena. La clientela ha caído un 80%», se lamentó Enrique Méndez, encargado del bar El Rincón. Curiosamente, la misma estampa se repetía en el Valle de la Oliva, la zona no confinada de Majadahonda. Ni un alma al mediodía en Panorama ni en Santinno, los restaurantes de moda de la localidad. «Se están cargando la hostelería y lo van a conseguir. Están mareando a la gente que ya no sabe lo que puede hacer», criticó el jefe de cocina del restaurante Maitake. Para añadir a continuación: «Esto nos está matando».

VILLALBA. «Curiosamente, durante las dos últimas semanas, las restricciones por el Covid-19 en Villalba se aplicaron en el barrio de El Gorronal y parte de la zona de La Estación, pero este lunes 26 de octubre (2020) cambiaron las tornas. Las zonas confinadas pasaron a estar desconfinadas y viceversa, con lo que no había quién se aclarase. – ¿Ah sí? Yo vivo allí y no sabía que estaba desconfinado- afirmó un señor en la cola para comprar lotería en el pueblo. – Pues si vive en la zona desconfinada, no puede estar aquí- le replicó otro. – Es que he venido al hospital – contestó el primero. -Esto es un lío. Nos están volviendo locos- replicó otra señora, mientras el grupo se enzarza en una discusión digna de los hermanos Marx. Mientras tanto, el bar del pueblo se muestra abarrotado. «Hoy tengo más gente que nunca. Esto no hay quien lo entienda, macho», declaró sorprendido Gonzalo, el camarero», concluye el reportaje.

Majadahonda Magazin