«El presunto asesino de la conocida como «casa de los horrores«, se encuentra en prisión preventiva en la cárcel de Navalcarnero hasta donde se ha desplazado ‘El programa de Ana Rosa’ para conocer más de cerca el día a día de su vida en la cárcel. Según ha podido saber este programa, Bruno «pasa los días de forma muy tranquila, tomando su medicación y cumpliendo los mismos horarios que el resto de presos. El «descuartizador de Majadahonda» cuenta con dos bis a bis al mes que aprovechan sus padres, única visita que recibe, y cuenta con 80 euros para gastar en el economato de la prisión que su familia se encarga de ingresarle mensualmente en la tarjeta de la que disponen los presos en la cárcel. No tiene «preso sombra» y apenas se relaciona con el resto de presos, y cuando es preguntado acerca del motivo que le ha llevado a la cárcel, contesta que no recuerda nada, que no sabe qué pasó. En cuanto a su pareja, con quien está esperando un hijo, hay declaraciones contradictorias sobre si va a visitarle o no, ya que algunas personas aseguran que una joven rubia le visita, descripción que coincidiría con la de su actual pareja.
Según este mismo espacio, el «descuartizador de Majadahonda«, según la documentación de la investigación a la que ha tenido acceso ‘El programa de Ana Rosa’, no solo tenía armas blancas en su domicilio. En su vivienda se encontraron numerosas armas de fuego «para las que como es evidente él no estaba cualificado debido a sus conocidos problemas mentales». Aunque tenía licencia para tener escopetas de caza, «no la tenía para las dos pistolas automáticas especialmente diseñadas para el ejército y las fuerzas de seguridad, junto con un silenciador adaptable a estas pistolas, un objeto para el que el ciudadano de a pie no puede conseguir licencia y que se limita a uso profesional». ¿Qué pretendía Bruno con este arsenal?.
Las búsquedas del ordenador de ‘el descuartizador de Majadahonda’ son otras de las pistas policiales en las que está centrada la investigación. Una máquina incineradora, un bidón de ácido clorhídrico… ¿para qué pretendía usarlo el asesino? Los periodistas de Ana Rosa responden: «La carrera del «descuartizador de Majadahonda» para convertirse en un asesino en serie no se detuvo con el arsenal de armas que se encontró en su domicilio. El acusado dedicó mucho tiempo a la búsqueda de instrumentos para poder deshacerse de un posible cadáver. Como han revelado las búsquedas que Bruno hacía en su ordenador, dedicaba mucho tiempo a encontrar máquinas capaces de picar carne o machacar huesos. ‘El programa de Ana Rosa’ ofrece en exclusiva las pruebas de búsqueda de este tipo de instrumental que demostrarían los planes que el asesino tenía en mente, pues, ¿para qué quería una máquina incineradora, máscaras protectoras o ácido clorhídrico?».
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