
Betanzos está en las orillas del Río Mandeo, que conforma la Ría de Betanzos, por supuesto, que junto a Ferrol, Ares y Coruña constituyen lo que el gran Pomponio Mela llamó el “Portus Magnus Artabrorum”. Estos días de agosto el personal betanceiro sube por el Mandeo en embarcaciones entoldadas y con adornos diferentes en lo que es una romería fluvial y báquica llamada ”Os Caneiros”.
VICENTE ARAGUAS. (20 de agosto de 2025). Mi Amor: Betanzos. El viajero por estas tierras, las mías, las que me dan ahora cuanto necesito, hará bien en acercarse a Betanzos (A Coruña). Una “vila” medieval, bien fortificada en tiempos bélicos, que aún conserva bastiones y puertas, y una altura importante con dos plazas, Irtmáns García Naveiras y Constitución, centrando un paisaje urbano considerable. Cierto que a la plaza citada en primer lugar le sobra ese estafermo en forma de simulacro de rascacielos (“rascaleches” le hubiese dicho Miguel Hernández) afeando un entorno bien armónico, en el que incluso la presencia de los citados hermanos, en forma de monumento exaltación de la telefonía como señal de progreso, tiene lugar de honra. Y ahora cambiamos de plaza, camino de Constitución, dejando a un lado (o entrando en ellos) negocios de todo tipo que dan a Betanzos ese aspecto de ciudad recoleta, nostalgias provincianas donde todo encaja en rompecabezas, por definición, variopinto. Y en lo alto la iglesia de Santiago, recordando que Betanzos, hasta las divisiones hoy conocidas fue una de las siete provincias gallegas, está en medio del Camino Inglés, uno de los que llevan a la Ciudad Jacobea.

«Las fotografías, las instantáneas, mis instantes, pues, no son gran cosa. Pero son míos, claro, y a mí me pasa como al poeta francés Alfred de Musset que aunque mi vaso sea pequeño, yo bebo de él y tan a gusto».
POR UNA DE LAS LADERAS DE LO QUE FUERA “CASTRO” DESCENDEMOS HACIA SANTA MARÍA DEL AZOGUE y, sobre todo, al Convento de San Francisco. En él, tremendo sepulcro, alzado para Fernán Pérez de Andrade “O Bo” (“El Bueno”, naturalmente), podemos observar el oso y el jabalí, los animales totémicos de los Andrade, Señores de este lugar, y de Pontedeume, Ferrol, Neda, Cedeira o Villalba, bien que esfumado su poderío quedasen integradas sus posesiones en la Casa de Lemos y la de Alba. En San Francisco, fuera de horas, entré gracias a la amabilidad de Don Fernando quien me permitió la entrada, dándome las luces, para que yo pudiese tomar fotos de tan llamativo sepulcro, invocando el nombre de “Majadahonda Magazin”. Gracias, caballero. Las fotografías, las instantáneas, mis instantes, pues, no son gran cosa. Pero son míos, claro, y a mí me pasa como al poeta francés Alfred de Musset que aunque mi vaso sea pequeño, yo bebo de él y tan a gusto.

«En San Francisco entré gracias a la amabilidad de Don Fernando quien me permitió la entrada para tomar fotos de tan llamativo sepulcro”
BETANZOS ESTÁ EN LAS ORILLAS DEL RÍO MANDEO, QUE CONFORMA LA RÍA DE BETANZOS, por supuesto, que junto a Ferrol, Ares y Coruña constituyen lo que el gran Pomponio Mela llamó el “Portus Magnus Artabrorum”. Estos días de agosto el personal betanceiro sube por el Mandeo en embarcaciones entoldadas y con adornos diferentes en lo que es una romería fluvial y báquica llamada ”Os Caneiros”. Es de notar, también, el “Globo de Betanzos”. Un artilugio no excesivamente elaborado, en honor a San Roque. La gente sigue yendo a ver cómo se eleva un artefacto prodigiosamente elemental. Lo que demuestra que no todo son ingenios mecánicos construidos a partir de la llamada IA.

«Unas parrochitas y pulpo “á feira” de entrada, y la tortilla casi líquida, huevos en abundancia y de calidad extrema son texto, pretexto y contexto de un producto tan delicado»
PERO BETANZOS ES, TAMBIÉN, GASTRONOMÍA. Y entonces aparece la famosa tortilla. Que empezó en “La Casilla” y fue extendiéndose por tantos restaurantes y bares como en Betanzos abundan. Por ejemplo en la Rúa do Progreso y aledaños. Como muestra, y hago saltar su nombre, agradecido. “Comer e Beber”. Donde unas parrochitas y pulpo “á feira” de entrada, y la tortilla casi líquida, huevos en abundancia y de calidad extrema son texto, pretexto y contexto de un producto tan delicado. Y de allí vuelta a la Plaza Irmáns García Naveiras para detenernos ahora ante la estatua dedicada a Diana Cazadora. De 1866, justo dos años antes de que Isabel II “La de los tristes destinos”, tomase el camino de París. “Diana” vino de Francia, y su esplendor verde-mar corona una fuente de cuyos caños brota un agua riquísima, y sanadora de mi nostalgia recurrente por Betanzos. Mi Amor.
Lo único…..el cuajado del huevo. Cambié unos días en Betanzos por Póvoa de Varzim. Me daba miedo la tortilla poco cuajada. Ya sabes, cosas de la edad.
Faltaron los vinos de la Indicación Geográfica Protegida «Viño da Terra de Betanzos».
Será La Coruña. Cuando hable oescriba en español…
¿O acaso dice o escribe London cuando se refiere a la capital inglesa en la lengua de Calderón de la Barca?…
De todas formas como veo en la N VI cerca de Majadahonda,
A Coruña se va todo recto.
Un saludo.
«Si tu tortilla de Betanzos está cuajada, no es de Betanzos»: un chef coruñés zanja el debate de una vez por todas. Cuajarla por completo se considera una traición a la receta original, ya que la convierte en una simple tortilla española. Solo se elabora con ingredientes de máxima calidad: patata Kennebec gallega, huevos camperos, aceite de oliva virgen extra y sal. Comparto: https://www.que.es/2025/08/20/tortilla-de-betanzos-chef-corunes/?utm_campaign=twitter