FELIX PEDROCHE. *Analista político y económico, vecino de Majadahonda. Hoy voy a escribir de como el sátrapa ruso instrumentaliza en su propio provecho el sistema de economía de mercado de tipo comunista instalado en Rusia para su propia economía y disfrute de ocio personal. Lo desarrolla junto a sus amigos hampones en el sistema de economía de mercado capitalista occidental. Su inmensa fortuna personal (valorada en torno a 100.000 millones de € por The New York Times) la tiene depositada en el área occidental. Resulta chocante como un mandatario de su talla defiende el sistema de economía centralizada para su propio país, cuando su vida personal la desarrolla disfrutando de la libertad y nivel de vida occidental. No nos ha de pillar por sorpresa cuando lo venimos viendo en los demás países aliados al bloque soviético. En Venezuela, sin ir más lejos, tenemos al opresor Maduro desvalijando a su pueblo sumido en la miseria más absoluta, pero él en cambio manda a sus hijos a disfrutar (viajes, estudios) a Occidente. Lo mismo ocurre en el régimen castrista de Cuba. Amasan inmensas fortunas extrafronteras, de las que sus más allegados disfrutan, continuando ellos al frente de su aparato comunista que manipulan y aprovechan en su propio beneficio.
Aquí en España lo hemos visto recientemente en la supersónica figura carismática levantada por el troskista Pablo Iglesias. El líder de Podemos, aupado por sus compinches e ignorantes seguidores, llegó a posicionarse como socio de Gobierno junto a un Partido Socialista Obrero Español manipulado y rebajado por su presidente Pedro Sánchez, llegando a reunir a lo más extremo y antisistema del espectro nacional. El opresor ruso ya ha encontrado en su propio país un movimiento contestatario al que intenta aplastar con violencia extrema, encarcelando y/o haciendo desaparecer a figuras claves del movimiento liberador, ya harto y desengañado de su estirpe de matones junto a sus criminales mafias opulentas. Próximo capítulo: «El mejor antídoto contra Putin es la información transparente internacional».