
Este mal encarado Pablo Manuel Iglesias, porque no puede mantener la mirada fija de ojo a ojo, quiere llegar a decir, si no lo remedia Pedro Sánchez, (o a lo mejor lo quiere decir el mismísimo Sánchez) la célebre frase que dijo el Rey Sol, Luis XIV de Francia: «El Estado soy yo». Y lo dirá para ser él, de facto, el mandamás. Bajo mi parecer, y no creo ir muy desencaminado, me da en la nariz que a Iglesias le interesa muchísimo que el Gobierno no haga nada, ni los presupuestos ni nada de nada. Y que la Oposición se le vuelque, que eso son los polvos para formar los lodos de tiempos venideros para el mencionado Pablo Manuel Iglesias. Le interesa, presuntamente, que la pandemia no se sanee del todo, que no funcione la educación, ni la sanidad, ni el Ministerio de ese maestro, el tal Ávalos, ni el de Trabajo, que ya quisieran muchos de los que han pasado por ese Ministerio descalzar al otrora ministro de Trabajo, Girón de Velasco…
Ni nada de nada, porque el Gobierno es para él una escalera para, de un empujoncito de nada, tirar a Sánchez y colocarse él de presidente. Y así está, azuzando fuertemente a Tezanos para que haga unas encuestas sobre si los españoles queremos o no que siga la Monarquía, ya que según parece el CIS dispone de una excelente y modernísima cocina en donde guisa unos excelentes platos pero que poca gente se cree. Solamente los acérrimos de la izquierda antimonárquica y antiespañola. Pablo Manuel Iglesias está luchando a todas luces, sin esconderse lo más mínimo, por querer instaurar en España, bajo su mando, una versión más moderna y tan bananera como la de Bolivia. Y todavía hay gente que aplaude este sistema que tenemos y que dejan por libre que siga haciendo de su capa un sayo.





Es verdaderamente escandalosa la versión que usted da en este artículo sobre nuestra guerra civil. En realidad, su crítica al Vicepresidente del gobierno es más de lo mismo. Mentiras y desprecio a una legitimidad adquirida en las urnas, que son las únicas que pueden darla. Debe ser usted de VOX. Parece franquista.
Escriba Vd. otra versión a ver si es capaz de disfrazar la verdad. No, no soy de VOX, pero sí de derechas y creo que es un orgullo, según yo lo veo, que ser de izqueirdas. Nunca lo he escondido, no como otros que tuercen la cabeza cuando se habla de esto, tanto de derechas como de izquierdas, aunque éstos la esconden bastante menos, lo reconozco.